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Curry vs. Tan: Asesinato en ruta 32 y en Matina responderían a pugna de bandas narco

Por José Adelio Murillo | 2 de Nov. 2025 | 4:47 am

Durante la última semana, la comunidad de Lomas del Toro, en el distrito de Carrandí, Matina de Limón, ha sido el epicentro de tres violentos homicidios. El más reciente tuvo lugar el pasado lunes cerca de las 8:00 p.m., cuando se reportó un herido por arma de fuego que al momento del arribo de la Cruz Roja, ya estaba sin signos vitales.

Preliminarmente se conoce que un hombre de apellido López y 33 años de edad, se encontraba dentro de un bar, cuando llegó otro sujeto y le disparó, provocando la muerte inmediata de la víctima, producto de disparos en la espalda, la parte posterior de la cabeza y la pierna izquierda.

Otro ocurrió el pasado martes 21 de octubre. Cerca de las 6:00 a. m., el cuerpo de una persona apareció dentro de una bolsa plástica negra a la orilla de la Ruta 32. Las autoridades aún trabajan en identificar a la víctima, que sería un hombre, según las primeras versiones.

Tan solo 72 horas antes a ese, se localizó el cadáver de otro hombre, de 33 años y apellido Coto, dentro de una plantación de banano en una zona cercana. Al parecer, se dirigía hacia la planta empacadora del sembradío cuando fue interceptado por un gatillero.

A estos dos crímenes se suma un acto de sicariato ocurrido el 9 de octubre pasado, cuando asesinaron a tiros a un taxista informal dentro de un vehículo, así como al menos otros dos hechos similares registrados en setiembre en distintas comunidades del cantón.

Randall Zúñiga, director del Organismo de Investigación Judicial (OIJ), reveló que la disputa territorial entre varias organizaciones criminales dedicadas al narcotráfico estaría detrás de la reciente oleada de homicidios, que provoca la mayoría de muertes violentas en esa zona.

La rivalidad más intensa se da entre grupos que responden a dos cabecillas de Matina: George Michael Paniagua Rivera, de 37 años, alias Curry, y Jonathan Pérez Méndez, alias Tan o Perro. Ambos figuran entre los 12 criminales de mayor perfil del Caribe costarricense.

La policía judicial trata de esclarecer con exactitud qué motivó estos últimos asesinatos, aunque todo apunta a la misma pugna entre agrupaciones que intentan reestructurarse tras los recientes golpes propinados por el OIJ.

"Carrandí, pues es de Matina. Ahí ahorita hay como cuatro bandas en conflicto que OIJ las desarticuló, pero están tratando de rearmarse. Allí tenemos una situación particular entre el grupo de alias Tan junto con el grupo de alias Curri.

Ellos están todavía en disputa, a pesar de que los cabecillas y la mayoría de los que conforman esas bandas ya están detenidos, siguen algunos cuantos cabos sueltos ahí que están tratando siempre de tomar posición", explicó el director policial a CR Hoy.

Paniagua ha sido señalado como uno de los principales responsables de la ola de violencia que golpeó a Matina durante la última década. Operó con bajo perfil en comunidades de Batán, Carrandí y Venecia, desde donde extendió su influencia.

Fue condenado, junto con un cómplice, por homicidio, hecho que lo llevó a prisión, aunque nunca detuvo sus operaciones. Desde el centro penitenciario Terrazas, en San Rafael de Alajuela, Curry continuó ordenando muertes y controlando su grupo de vendedores y gatilleros.

Por su parte, el grupo de Tan ha sido prácticamente desarticulado, aunque el sujeto ha logrado mantenerse en fuga. El director del OIJ explicó que, pese a los operativos, las condiciones sociales de los barrios propician que los sospechosos busquen rearticular sus negocios.

"Recordemos que lo que no se quita es el mercado. Uno puede que sacar los delincuentes de circulación, a todos los vendedores de droga, pero el mercado siempre sigue ahí captivo. Al existir esa posibilidad de negocios, siempre va a haber alguien que va a tratar de retomarlo", indicó Zúñiga.

Disputa constante

Aunque los asesinatos de la última semana siguen bajo investigación, la forma en que ejecutaron a las víctimas y cómo dispusieron de los cuerpos se asemeja al patrón que estos grupos criminales suelen emplear para eliminar a sus rivales, según el director del OIJ.

"Nosotros estuvimos en un momento en Matina, por lo menos unos 20 asesinatos relacionados con bananales. No es nada nuevo, es parte de la misma tónica que hemos tenido durante algunos un par de años, al menos", explicó.

En lo que va del año, en el distrito de Carrandí ya se contabilizan 15 homicidios, equivalentes a dos tercios de los 23 crímenes ocurridos en todo el cantón durante 2025, según cifras del OIJ.

La disputa entre estas organizaciones también sería la causa de un reciente ataque armado contra oficiales de la Fuerza Pública, ocurrido la madrugada del 17 de setiembre en Estrada de Matina.

Al parecer, seis sujetos que perpetraron el atentado formaban parte de una banda llamada Los Galleros, originaria de la comunidad de Cuba Creek, en el mismo cantón. Ellos habrían sellado una alianza con Tan, quien lidera una red de narcomenudeo responsable de homicidios y ataques armados contra autoridades.

Para apoderarse de las plazas de venta de droga al menudeo, Los Galleros habrían aprovechado la desarticulación de otra organización que operaba en Estrada, conocida como la banda de Guideón, desmantelada hace pocas semanas.

Al menos cuatro integrantes de Los Galleros fueron detenidos ese día, luego de procurar un atentado contra miembros de la policía. Los hechos ocurrieron cuando los oficiales intervenían a dos sujetos en motocicleta durante un control de carretera.

En ese momento pasaron otras dos motos, con dos ocupantes cada una, que abrieron fuego contra los uniformados, aparentemente con la intención de rescatar a sus cómplices. Los oficiales respondieron y persiguieron a los atacantes.

Uno de ellos portaba un fusil AK-47, pero el arma se encasquilló justo cuando intentaba disparar. Minutos después, un quinto y un sexto agresor, encapuchados, llegaron y abrieron fuego contra los policías, quienes repelieron la agresión. Ambos lograron huir.

El OIJ presume que, antes del enfrentamiento, los sospechosos planeaban asesinar a un rival en la misma zona.

Los cabecillas del Caribe

George Michael Paniagua Rivera cumple actualmente una condena de 23 años por homicidio, pero desde prisión continuó dirigiendo la estructura criminal vinculada con al menos 15 asesinatos en comunidades de Matina.

Su nombre comenzó a sonar en el bajo mundo como líder emergente, y tras su detención se consolidó como una figura clave dentro de las redes delictivas de la región. Su influencia no disminuyó con la captura; por el contrario, se reconfiguró en medio de la disputa con Tan, lo que lo llevó a buscar nuevas alianzas.

Una de ellas fue con Tony Alexander Peña Russell, alias La T, reconocido jefe de sicarios de Limón, detenido hace un año y actualmente cumpliendo condena. Ambos, desde prisión, habrían articulado una red conjunta para fortalecer sus negocios y resistir el avance de bandas rivales.

La magnitud de sus operaciones quedó en evidencia el 9 de julio de 2025, cuando el OIJ desplegó 45 allanamientos en la región atlántica y en varios centros penitenciarios, incluidos La Reforma y Terrazas.

En sus celdas se decomisaron celulares, chips y otros dispositivos que le permitían a Curry y La T continuaban dirigiendo el crimen tras las rejas.

Jonathan Pérez Méndez permanece en fuga desde agosto de 2024, cuando escapó de un operativo del OIJ que pretendía desmantelar su organización y capturarlo por delitos ligados al narcotráfico y a un crimen que conmocionó al país.

Se presume que abandonó su zona de influencia en Batán y podría esconderse en otro punto del país. La banda de Tan ha protagonizado algunos de los ataques más violentos contra fuerzas policiales en los últimos años.

El 29 de diciembre de 2024, gatilleros bajo sus órdenes asesinaron al oficial Minor Obregón Briceño, de 36 años, durante una persecución en Carrandí. En ese mismo hecho, otro policía resultó herido.

Apenas dos días después, sujetos armados en motocicleta dispararon contra el edificio del OIJ y los Tribunales de Batán, dejando la infraestructura marcada por proyectiles de fusil calibre 5.56.

La organización también está vinculada con un atentado contra otra patrulla ocurrido en octubre de 2024, que dejó a un oficial herido de bala en una pierna. 

También mantiene una estrecha alianza con Alejandro Arias Monge, alias Diablo, considerado el criminal más buscado de Costa Rica y líder de estructuras en Pococí y otros cantones del norte.

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