Temor a segunda ronda electoral enfría aspiraciones de Arias
Expresidente anunciará hoy a las 8 p.m. su decisión
El temor a una segunda ronda electoral es una amenaza que pendería como una espada de Damocles sobre el expresidente Óscar Arias, si insiste en continuar con sus aspiraciones de un tercer mandato.
Esa posibilidad constituye uno de los elementos que tiene un peso importante en la decisión que Arias ha meditado, con el apoyo de su almohada, y que anunciará hoy a las 8 p.m. por televisión, en medio de una elevada expectativa, principalmente en el Partido Liberación Nacional (PLN).
En círculos del partido de oposición más grande, casi obligado a recuperar el ejercicio del gobierno en 2018, han tomado fuerza las versiones de que el exmandatario finalmente desistirá de sus intenciones de luchar de nuevo por la candidatura presidencial verdiblanca.
Aunque nunca formalizó sus aspiraciones para un tercer periodo presidencial, Arias ha mantenido una fuerte actividad pública con matices proselitistas en los últimos meses, pero el escenario de continuar en la pugna es el menos probable, coinciden los politólogos Sergio Araya y Rotsay Rosales.
El exmandatario (quien gobernó entre 1986-1990 y 2006-2010) parece titubear su decisión, la ha aplazado en varias ocasiones y no luce tan seguro, como sí se le vio cuando anunció sus aspiraciones de un segundo mandato.
Riesgoso
"Sería un aspecto muy complicado para su imagen y para lo que él simboliza políticamente no ganar en una primera ronda", opinó Araya.
Es algo que el expresidente, criticado por su narcisismo, no imagina, no concibe.
"Si le costó digerir aquella victoria cerrada frente a Ottón Solís (excandidato del hoy gobernante Partido Acción Ciudadana) en 2006, difícilmente asimilaría su participación en una segunda ronda, sería un golpe muy fuerte desde el punto de vista político para él", amplió Araya.
Este y otros factores, como la oposición de su familia, su estado de salud y su propia vanidad, podrían permear fuertemente la decisión de Arias, sostuvo Rosales.
"En una persona con el ego y la vanidad de don Óscar, evidentemente ese sería un escenario muy riesgoso. Haciendo ese ejercicio de análisis, ni siquiera Liberación tiene en este momento suficiente capital electoral para asegurarse la Presidencia de la República en 2018", agregó.
El mismo Ottón Solís, su rival en la campaña en 2006, aseguró en una entrevista publicada por Crhoy el 31 de agosto, que Arias no postulará su nombre por "pavor" a debatir con el también expresidente José María Figueres (1994-1998), ahora uno de los precandidatos del PLN.
Días después, el 13 de setiembre, el diputado liberacionista Rolando González, quien tiene aspiraciones presidenciales, dijo que cree que Arias desistirá.
Esta lectura la comparte el también precandidato y excongresista limonense, Clinton Cruickshank.
"No quiero ponerme a especular, pero por las cosas que ha dicho podría pensar que él va a declinar", declaró.
Cuesta arriba
Aunque decida mantenerse en el ruedo electoral, Arias podría triunfar en la convención interna de Liberación Nacional frente a Figueres y los demás aspirantes, pero tampoco lo haría "caminando", como lo aseguró en declaraciones calificadas en la política nacional como reflejo de arrogancia.
El analista Araya cree que aunque gane en las primarias verdiblancas, el costo sería alto para Arias.
"Figueres tiene un peso político importante en Liberación y procuraría exponer a Arias, invitarlo a debatir y Arias no tendría la opción de no hacerlo. Se vería mal a lo interior del propio partido que don Óscar no quiera debatir, transmitiría debilidad y sería una lucha fuerte que le causaría profundas heridas a Liberación", manifestó.
La última reunión pública que sostuvieron ambos expresidentes fue el 5 de setiembre y el motivo de la cita fue solo uno: Arias le pidió a Figueres, una vez más, que los dos declinaran y permitieran el surgimiento de una figura de consenso.
La respuesta de Figueres fue un categórico NO.
Arias, a pesar de su prestigio, es una figura que polariza y la lucha interna en el PLN podría adquirir dimensiones impensables, incluso más allá de la convención, prevista para el 2 de abril de 2017, advirtió el politólogo Rosales.
Es en medio de este escenario donde se asoma la temida posibilidad de una segunda ronda electoral que no solo dejaría expuesto a Arias, sino también a Liberación frente a agrupaciones como el Partido Unidad Social Cristiana (PUSC) o incluso frente a una alianza de agrupaciones decididas a derrotar al arismo, estiman los analistas.
Llegar hasta ese momento, incluso con triunfo, lesionaría quizás lo más preciado para el exmandatario: su prestigio.
Allanar el camino
Como parte de sus consideraciones, el expresidente ha valorado la posibilidad de alejarse de la lucha por la candidatura del PLN y cerrar su carrera política.
Le allanaría así el camino a Figueres, pero trataría que alguno de sus "delfines" entren a la disputa interna: el presidente del Congreso, Antonio Álvarez, o el alcalde de Alajuela, Roberto Thompson.
Álvarez ha dicho que por ahora su decisión es la de apoyar a Arias, pero es un hecho que tendría el apoyo de la mayoría parlamentaria liberacionista (13 de 18 diputados), si el expresidente se retira.
Sin embargo, la figura de Álvarez, cuya gestión ha sido destacada al frente de la Asamblea Legislativa, también genera anticuerpos al interior del PLN.
Todavía le recuerdan que dejó el PLN, hizo fuertes acusaciones contra la agrupación y participó en una contienda electoral bajo el alero de otro partido.
En las filas liberacionistas, se dice que el hermano de Arias, Rodrigo Arias, y el excandidato presidencial Johnny Araya, quien todavía gravita en la bancada legislativa del PLN, pedirían en octubre a los diputados verdiblancos el apoyo para Álvarez.
Araya negó la versión, pero reconoció que una pugna entre Arias y Figueres "no le augura nada bueno a Liberación".
"Me parece que pueden tomar fuerza figuras de relevo generacional y Antonio es una de ellas", dijo.
Sobre Thompson, allegados a los Arias aseguran que el alcalde de Alajuela habría "perdido la bendición" del expresidente. Al parecer, a Arias "no le gustó" que Thompson decidiera lanzar su precandidatura cuando todavía él se mantenía sobre la arena, cosa que vio como un irrespeto o afrenta.
La decisión que anuncie hoy Arias despejará dudas y terminará de soltar el nudo para una campaña que ha estado marcada hasta ahora por la indefinición del exgobernante.



