“A mi hija no la para nadie” (ni siquiera un infarto)

Hace 20 años, cuando Mónica nació, aquello fue un golpe muy duro para mí. Tenía solo 2 meses y le dio un paro cardíaco. Luego llegó la noticia: no iba a caminar por la enfermedad denominada polineuropatía, que afecta los nervios y los músculos.

Ir a la escuela o al colegio era un sueño. Algo imposible, pero ella lo hizo realidad.

Mi nombre es Yorlany Sánchez, soy la mamá de Mónica y siempre la he apoyado. Con ella desfilé en la banda estudiantil, me disfracé para competir en actividades y presentaciones. ¡Qué no hace una madre por sus hijos!

Quizá pocos lo entiendan. Ella necesitaba alguien para sostenerla y ahí he estado yo. Es que la fuerza de voluntad de Mónica es tan grande que es un verdadero ejemplo.

Al principio me deprimí porque no tenía los medios económicos para atenderla. Pero su energía y fuerza me levantaron. Mónica, siempre positiva, soñando, viajando en su "carrito", una silla eléctrica que era su medio de transporte.

A los 2 meses de vida, un doctor del hospital viejo de Alajuela me dijo que ella no iba a sobrevivir después de aquella noche en que le dio el paro cardiorrespiratorio. Pero lo logró.

Venció burlas y bromas que le hicieron muchos compañeros en la escuela y superó la depresión que le produjo. El "vegetal"–como me dijeron que iba a quedar–es hoy una estudiante de la Universidad Estatal a Distancia (Uned).

Mónica llegó más lejos. Fue al colegio y se graduó con honores. Ahora sueña con ser profesora de ciencias naturales y va rumbo hacia ese objetivo. Incluso ayuda a varios jóvenes con tutorías y cuando ellos aprueban los exámenes, Mónica se llena de alegría.

Hace varias semanas las cosas se complicaron:  su "carrito" eléctrico se dañó. Ella ha tenido que usar una silla de ruedas prestada, incómoda, porque no tenemos dinero para comprar una silla valorada en millón 200 mil colones.

Por mes, ella recibe una pensión de 78 mil colones y yo otra por el mismo monto, pues por una trombosis en ambas piernas se me imposibilita trabajar.

Nuestra sorpresa fue que muchas personas se unieron para recolectar fondos para que mi hija pueda seguir cumpliendo metas. Conocidos y desconocidos. Hasta un bingo organizaron aquí en Atenas donde vivimos y seguimos recibiendo colaboraciones. A todos les agradezco de corazón.

Porque Mónica no se rinde nunca. Cuando alcanza una meta, se pone otra, y otra, y otra… y todas las logra.

¡Ahhhh, Mónica!…si tan sólo todos fuéramos como ella….

(Si usted desea colaborar puede hacerlo a través de la cuenta del Banco Nacional a nombre de Mónica Alfaro número 200-01-021-026951-7, o bien en el Banco de Costa Rica en la cuenta 001-01-001-2054512-6)