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Análisis evidencia intención del Gobierno por erosionar contrapesos democráticos

Por Agencia | 4 de Sep. 2025 | 11:03 am

Un análisis de la Universidad Nacional (UNA) publicado este jueves evidencia la intención del Gobierno de la República por "desmantelar y erosionar" los contrapesos que deben existir en una democracia como la costarricense.

El informe que hace el Programa de Análisis de Coyuntura de la Sociedad Costarricense, en la escuela de Sociología, detalla una constante resistencia hacia el control político, sumada a la criminalización de la labor que ejerce la oposición política y judicial.

Esa intención se manifiesta a través de tres vías:

  • Ataques directos a la oposición política.
  • Reticencia hacia el control constitucional y penal que ejerce el Poder Judicial.
  • Cuestionamientos hacia la labor fiscalizadora en materia fiscal que realiza la Contraloría General de la República o en materia de derechos humanos, por parte de la Defensoría de los Habitantes.

"El estilo presidencial tiene como principal objetivo desmantelar y erosionar, progresiva pero seguramente, los controles que ejercen sobre su administración las instituciones horizontales del Estado sea en materia política, económica o constitucional, lo que es una contundente señal de deterioro democrático", indica el informe.

Desde un punto de vista de las ciencias políticas, este comportamiento se cataloga como un "populismo delegativo", que se presenta cuando un presidente se arroga como representante lo que de manera difusa se denomina "pueblo" y modifica el aparato institucional para amoldarlo según sus intereses.

Contienda electoral

Este panorama parece agravarse con la proximidad de la contienda electoral. Al respecto, los investigadores del Programa consideran que la incertidumbre y la confrontación política se podrían intensificar, colocando en evidencia las limitaciones del Gobierno para alimentar la confianza, la estabilidad y el rumbo que requiere el país.

"En la actual coyuntura, el país recorre una senda sin retorno en el que la legitimidad del sistema político y sus instituciones es constantemente puesta en duda gracias al particular protagonismo de figuras políticas dentro del Estado que, aprovechando sus posiciones, construyen narrativas mesiánicas y anti sistema para capitalizar el descontento popular y redirigirlo a la institucionalidad del país", concluye el estudio.

En el ámbito político, la situación parece seguir el mismo guion en los últimos cuatro meses: un estilo beligerante desde la figura del presidente hacia el Poder Legislativo. Esta vez, no se ha acudido tanto a las vías formales (como los vetos a proyectos aprobados en el Congreso y que no gozan de la simpatía del mandatario) y se visualiza más hacia un discurso centrado en la persecución política de la que dice ser víctima, más aun del proceso de levantamiento de la inmunidad que se conoce actualmente en el Congreso.

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