Así opera la MS-13, la pandilla en el centro del pacto entre Trump y Bukele
Una investigación de The New York Times reveló que el gobierno de Donald Trump está deportando a cabecillas de la Mara Salvatrucha (MS-13) a El Salvador, como parte de un acuerdo con el presidente Nayib Bukele.
Entre los expulsados figuran líderes históricos acusados por la justicia estadounidense. Según el Times, esta medida no obedece a una estrategia de seguridad o migratoria, sino que busca silenciar a testigos clave que podrían revelar los vínculos entre la administración de Bukele y la pandilla.
El caso vuelve a poner en el centro del debate a una de las organizaciones criminales más violentas y resilientes del continente.
¿Cómo nació la MS-13 y cómo se expandió?
La MS-13 se originó en la década de los 80 en los barrios marginales de Los Ángeles, entre jóvenes salvadoreños que habían huido de la guerra civil. Muchos de ellos, con experiencia en combate, se organizaron en zonas dominadas por pandillas mexicanas. Así nació la Mara Salvatrucha Stoners (MSS), que más tarde se transformó en la MS-13 tras aliarse con la Mafia Mexicana.
El punto de quiebre llegó con la política de deportaciones masivas impulsada por Estados Unidos a finales de los años 90. Miles de pandilleros fueron enviados a Centroamérica, donde encontraron estados débiles, fuerzas de seguridad colapsadas y comunidades desprotegidas. En ese vacío de poder, la MS-13 se expandió con rapidez y se convirtió en una fuerza criminal dominante en El Salvador, Guatemala y Honduras.
¿Qué símbolos y códigos utiliza la MS-13?
La identidad de la MS-13 está cimentada en el miedo y el simbolismo. Sus miembros suelen tatuarse las letras "MS", el número 13, calaveras, vírgenes o demonios como señales de lealtad y compromiso violento. El ingreso a la pandilla puede requerir soportar una golpiza de 13 segundos, y se impone una obediencia absoluta a su código interno.
Las traiciones o deserciones suelen castigarse con la muerte. La estructura de la organización está compuesta por "clicas" —células territoriales—, dirigidas por "palabreros", y agrupadas en "programas" regionales. Esta forma descentralizada le permite adaptarse con facilidad y sobrevivir a ofensivas estatales.
¿Cómo se financia y qué delitos comete?
En Centroamérica, la principal fuente de ingresos de la MS-13 es la extorsión: comerciantes, transportistas, vendedores informales e incluso familias deben pagar por "protección" en zonas bajo control de la pandilla. También se involucran en microtráfico de drogas, sicariato, robo y, en menor medida, tráfico de personas.
En Estados Unidos, la pandilla tiene presencia en ciudades como Los Ángeles, Houston y Nueva York, donde se dedica principalmente al tráfico de drogas a pequeña escala, la extorsión y la violencia territorial. Aunque se le ha vinculado con redes criminales transnacionales, su rol suele ser secundario. No tiene la infraestructura financiera ni operativa de carteles como el de Sinaloa o el CJNG.
Organización terrorista
Durante su primer mandato, Donald Trump impulsó cargos por terrorismo contra 13 altos líderes de la MS-13. Fue la primera vez que una pandilla callejera fue clasificada como organización terrorista por la justicia federal.
La acusación surgió de la operación Vulcan, una ofensiva conjunta del FBI, la DEA y Seguridad Nacional, liderada por el fiscal John Durham. Esta operación documentó asesinatos múltiples, extorsión internacional, conexiones políticas y hasta un intento de asesinato contra un agente del FBI en El Salvador.
Este año, el Departamento de Justicia designó oficialmente a la MS-13 como una organización terrorista extranjera bajo la Ley Patriota. Esto amplía las herramientas legales para combatirla: permite congelar activos, ampliar extradiciones y procesar a cualquier persona que colabore, incluso indirectamente, con la pandilla.
¿En qué consistía el pacto entre Bukele y la MS-13?
Diversas investigaciones, incluyendo múltiples reportajes de El Faro, revelaron que desde 2019 el gobierno de Bukele negoció en secreto con la MS-13. A cambio de una reducción en los homicidios y respaldo electoral, Bukele habría ofrecido:
- Mejores condiciones carcelarias.
- Traslados a penales menos severos.
- Visitas íntimas para líderes encarcelados.
- Promesas de no extradición.
- Desvío de fondos de cooperación.
¿Cuál es el estado actual de la MS-13?
Desde marzo de 2022, la MS-13 ha sido golpeada por el régimen de excepción impuesto por Bukele, que ha permitido detenciones masivas sin orden judicial. Se estima que dos tercios de sus miembros han sido encarcelados y que muchos territorios han sido retomados por las fuerzas de seguridad.
Pero la pandilla no ha desaparecido. Según analistas, su estructura sigue activa fuera de El Salvador, especialmente en Honduras, Guatemala, México y diversas ciudades de Estados Unidos.