Así suena la música con la partitura más cara del mundo ($5.6 millones)
Se trata de una composición monumental para una orquesta de 100 músicos
(AFP) Una partitura de la Sinfonía Nº2 del compositor austríaco Gustav Mahler se convirtió en el manuscrito musical más caro del mundo al subastarse en Londres por 5,6 millones de dólares.
La partitura del compositor austríaco (1860-1911) contiene numerosas ediciones y anotaciones del músico, que la escribió a finales del siglo XIX, y superó el anterior récord de 2,8 millones de dólares, alcanzado por nueve sinfonías de Mozart en 1987.
El manuscrito de 232 páginas de la "Resurrección", como se conoce a la Sinfonía Nº2, era propiedad del empresario estadounidense ya fallecido Gilbert Kaplan, que se obsesionó con la pieza tras escucharla en un concierto en el Carnegie Hall de Nueva York, en 1965.
Al empresario no le importaba demasiado la música clásica hasta aquel día. "Zeus lanzó su rayo. Salí de aquel teatro siendo una persona diferente", explicó en una ocasión.
Mahler la conservó en vida. En 1920, su viuda Alma la donó al director Willem Mengelberg con ocasión del primer Festival Mahler de Amsterdam.
"La partitura tiene alteraciones y notas hechas en lápiz azul, "reflejando y revelando cómo Mahler creó la estructura final de su obra", explicó la casa de subastas, que no reveló la identidad del comprador.
¿La mejor de todas?
La Sinfonía nº2 está considerada una de las mejores de su tiempo, una composición monumental que demanda una orquesta de 100 músicos, más un coro.
Mahler empezó a escribirla en 1888, cuando no había estrenado todavía su Sinfonía nº1, y fue "la primera gran obra que vio al compositor enfrentarse a los temas universales de la vida y la muerte, tan característicos de su obra", explicó la casa de subastas londinense.
La obra se estrenó en Berlín en 1895. Afectado por la pérdida de varios hermanos cuando era pequeño, Mahler hizo de la muerte uno de sus temas favoritos.
En una carta escrita en 1896, el compositor describió el desenlace de la sinfonía en estos términos: "no hay Juicio Final, no hay almas salvadas ni condenadas; ¡No hay hombre justo, no hay malhechor, no hay juez! Todo ha dejado de ser. Y comienza suavemente y simplemente allí: "Aufersteh'n, ja aufersteh'n" (el coro de la Resurrección: "Levántate de nuevo, sí, levántate").