Así trabaja el comando élite del OIJ que siguió a Celso Gamboa y a Pecho de Rata hasta detenerlos
OIJ designó a comando élite para captura de tres extraditables: agentes son tan capacitados que pueden detectar a otros grupos de vigilancia y pasar desapercibidos
El Organismo de Investigación Judicial (OIJ) designó a un equipo élite para capturar a Celso Gamboa Sánchez y a Edwin Danney López Vega, alias Pecho de Rata, ambos detenidos el pasado lunes para ser sometidos a un proceso de extradición.
No es para menos: los dos son requeridos por el Gobierno de los Estados Unidos como sospechosos de liderar una estructura criminal internacional, con vínculos con peligrosas organizaciones como el Cartel del Golfo, el Cartel de Sinaloa y el Clan del Golfo, dedicadas al tráfico de cocaína desde Colombia hacia Centro y Norteamérica, incluido México.
De acuerdo con las investigaciones conjuntas con la Administración de Control de Drogas de Estados Unidos (DEA, por sus siglas en inglés), ambos son considerados delincuentes de alto perfil.
Tal era la urgencia por evitar su fuga que la misma Embajada de Estados Unidos en Costa Rica —que tramitó la solicitud de extradición ante un juez de la República— calificó como urgente la entrega, bajo el entendido de que existía un “inminente” peligro de escape.
“Para la embajada, esta solicitud reviste carácter de urgencia, debido a que las autoridades policiales han recibido información que apunta a una inminente huida del fugitivo de Costa Rica”, señala la petición.
Por esa razón, el OIJ —que trabajaba desde hace años con la DEA para dar con estos objetivos— se tomó muy en serio la operación y no designó a cualquier oficial, sino a un comando élite especializado en seguimientos encubiertos.
Randall Zúñiga, director del Organismo, reveló en entrevista con CR Hoy que el nivel de este grupo es tan alto que incluso pueden ejecutar contravigilancias sin ser detectados, ni siquiera por él mismo.
"Tenemos un equipo especializado que ha sido altamente entrenado para dar seguimientos y pasar desapercibido. A veces me hacen a mí contravigilancias y yo ni me doy cuenta. Podríamos decir que es un equipo élite", explicó Zúñiga.
Una contravigilancia es una técnica especializada destinada a detectar, analizar y contrarrestar la vigilancia de terceros. En otras palabras, se trata de identificar si alguien está siendo observado o investigado, y tomar medidas para evitar o dificultar esa vigilancia.
Dado que se trata de Zúñiga, máximo jefe policial encargado de capturar narcotraficantes, homicidas, legitimadores y otros delincuentes de alto perfil, el mismo OIJ debe garantizar su seguridad.
Bien rastreados
Ese mismo comando, capacitado para detectar a otros equipos de vigilancia y neutralizar posibles amenazas, fue el que aseguró la captura de Gamboa y López Vega.
El equipo venía ejecutando seguimientos desde días antes, atento al banderazo de salida que diera un juez al autorizar la detención. Esa orden se emitió alrededor de las 11:00 a.m. del lunes 23 de junio.
Para ese momento, el OIJ tenía plenamente identificada la ubicación de ambos sospechosos y procedió con el arresto, para remitirlos a los Tribunales de Justicia e iniciar el trámite de extradición, que aún sigue en curso.
"Nosotros teníamos ubicado donde estaban. Dos días antes, ya teníamos la gente apostada, entonces veíamos como salía y entraba a la casa, donde estaba, con el caso de Pecho Rata igual. Entonces ya lo tenemos ubicado", reafirmó Randall Zúñiga.
Edwin López, también conocido como Diosito o el Rey de Cahuita, fue el primero en caer. Lo localizaron dentro de uno de sus establecimientos en esa comunidad del Caribe sur.
El segundo fue Gamboa, quien se encontraba en una vivienda en el Valle Central, propiedad de uno de sus clientes: el supuesto narcotraficante Alejandro James Wilson, alias Turesky, quien aguarda juicio por presuntamente exportar droga en contenedores desde Limón.
Al momento de su captura, Gamboa no se mostró particularmente alterado, hasta que se le notificó que la detención obedecía a una posible extradición a EE. UU. Ahí su actitud cambió drásticamente.
Ese mismo equipo de élite también fue responsable de la captura de Jonathan Álvarez Alfaro, un sujeto ya vinculado al narcotráfico y recientemente detenido como uno de los supuestos líderes de una red que legitimaba hasta ₡3.000 millones al año mediante subastas ganaderas, corporaciones automotrices, canchas de pádel, bienes raíces y vehículos de lujo.
Exconvicto, exnarco y exministro: los extraditables
Gamboa, López y Álvarez permanecen recluidos en máxima seguridad en el centro penitenciario La Reforma, donde cumplen dos meses de detención provisional mientras un juez resuelve la extradición.
En paralelo, los abogados de Gamboa han intentado frenar el proceso mediante solicitudes de libertad, acciones de inconstitucionalidad, argumentos médicos y hasta recusaciones contra el juez.
Los tres figuran como sospechosos de dos cargos federales por conspiración y distribución transnacional de cocaína, razón por la cual la DEA solicitó su extradición para que sean juzgados ante el Tribunal del Distrito Este de Estados Unidos, con sede en Dallas, Texas.
Según declaraciones de exsocios de Gamboa, informantes de la DEA y otras pruebas recabadas por esa agencia, el exmagistrado costarricense se habría convertido en una especie de coordinador criminal regional con influencia en varios países de Centroamérica.
Tal como reveló CR Hoy en primicia, el exministro aseguró a dos de sus socios criminales que el gobierno le daba acceso para introducir cocaína en el país.
Gamboa alardeó ante esos dos aliados —con quienes presuntamente hacía negocios— de haber sido comisionado antidrogas, director de Inteligencia y ministro de Seguridad, cargos que, según él, le permitían tener conexiones para mover grandes cargamentos de droga por Costa Rica.
El expediente detalla que en setiembre de 2023, las autoridades policiales lograron grabar un encuentro entre el exmagistrado y dos sujetos que luego se convirtieron en informantes confidenciales de la DEA.
Aunque no se precisa la ubicación exacta, se confirma que fue en San José. Durante la conversación, Gamboa aseguró que podía introducir droga al país sin importar si la ruta era por el Caribe o el Pacífico.
Incluso afirmó de forma explícita que contaba con apoyo desde el Gobierno para facilitar el ingreso de cargamentos de cocaína, ya que su organización criminal controlaba los mecanismos para hacerlo por ambas costas.
Según el documento de extradición al que CR Hoy tuvo acceso, tras la detención de los líderes extranjeros, Gamboa habría asumido el control de las operaciones junto a otro individuo con experiencia en actividades ilícitas, consolidando así su posición dentro de la estructura criminal. Para lograrlo, supuestamente se alió con uno de sus antiguos clientes y exconvicto: Pecho de Rata.
Gamboa ocupó durante años los más altos cargos en la función pública anticrimen, entre ellos: ministro de Seguridad Pública, magistrado de la Corte Suprema de Justicia, director de Inteligencia y Seguridad (DIS), viceministro de Seguridad, segundo al mando en la Fiscalía General y fiscal adjunto en regiones clave como Cartago, Alajuela, San José y Limón.
Más recientemente, ha ejercido como abogado defensor de narcotraficantes de alto perfil en Costa Rica, entre ellos Pancho Villa, Turesky, Pecueca, Press, Pecho de Rata e incluso del dictador venezolano Nicolás Maduro, señalado por EE. UU. como líder del Cártel de los Soles.