Barranca-Limonal cumple 5 años en ejecución, pero 3 de ellos paralizado
El proyecto de Barranca-Limonal repite los mismos tropiezos de otras obras de infraestructura en Costa Rica: atrasos, débil planificación, imprevistos que complican su ejecución y más.
La ampliación de este tramo de la carretera Interamericana norte recibió orden de inicio en agosto del 2020 y debía estar listo a inicios del 2023. Es decir, ya superó los cinco años en ejecución.
No obstante, la ejecución de la obra no ha sido continua. Desde sus inicios, el desarrollo de la construcción presentó un desfase con respecto al ritmo esperado. Para julio del 2022, el avance registrado en la construcción era de apenas un 7%, aunque debía ser del 43%, según el cronograma. Las autoridades justificaban que el retraso de las obras se debía al caso Cochinilla, que salió a la luz público en el 2021 e involucraba a H Solís.
A finales del 2022, el proyecto empezó a dar señales de un estancamiento irreversible por parte del Consorcio Ruta 1, una unión entre las empresas H Solís y Estrella. Fue justamente en octubre de ese año cuando las compañías pidieron la finalización del contrato.
Barranca-Limonal paralizado
Desde que el consorcio solicitó terminar el contrato, las obras quedaron paralizadas. La ampliación acumuló apenas un 18% de avance para ese momento.
Las autoridades intentaron entonces ceder el contrato a otra empresa. Esta misma semana se dio a conocer que el presidente de la República, Rodrigo Chaves, intentó adjudicar el proyecto de Barranca-Limonal a la constructora Tradeco.
El mandatario presionó al consorcio para que, una vez emitida la cesión del contrato, recomendara trasladar la adjudicación a esa empresa mexicana. Esta intención se dio pese a que la Dirección de Inteligencia y Seguridad (DIS) le habría advertido sobre los supuestos nexos de uno de los socios con negocios ilícitos.
Chaves incluso amenazó con sacar a Costa Rica del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), financista de la obra, si no se adjudicaba a Tradeco, según se desprende de la declaración como testigo que brindó a la Fiscalía General el exministro del MOPT, Luis Amador, en junio.
A eso se suma que H Solís y Estrella reclamaron una indemnización cercana a los $23 millones por algunas tareas realizadas durante la ejecución de los trabajos. Por ejemplo, por devolución de retenciones de buena obra, un monto por ingeniería de valor, cancelación final por limpieza y desmonte, optimización de diseños y sobrecostos por personal clave.
El contrato terminó por finiquitarse y, a finales del 2023, un análisis del Ministerio de Obras Públicas y Transportes (MOPT) estimó que al consorcio se le debían reconocer más de $13,3 millones como parte de lo reclamado en medio del cese del contrato.
Tras consulta de CR Hoy, el MOPT confirmó que el consorcio recibió finalmente casi $14,2 millones por el finiquito del contrato, luego de un proceso que llegó hasta la Comisión de Resolución de Controversias (CRC).
La nueva promesa
La cesión del contrato no se dio finalmente como el Ejecutivo deseaba y se realizó un nuevo concurso de licitación para adjudicar esta ampliación. Tres empresas mostraron interés: Meco, Consorcio Ruta Uno (Ingeniería Estrella y Bel Ingeniería) y CHEC.
Esta vez el proyecto de casi 48 km se dividió en dos tramos: de Barranca a San Gerardo (25 km) y de San Gerardo a Limonal (23 km), cada uno con una empresa a cargo.
La decisión final del concurso fue dar al Consorcio Ruta Uno la sección entre Barranca y San Gerardo, mientras que el otro tramo quedó adjudicado para Meco. Eso quiere decir que la empresa Estrella volverá a este proyecto, aunque ya participó y fue una de las que pidió la indemnización por el contrato previo, que terminó con el pago de los $14 millones.
El MOPT indicó que ambos contratos están en la Contraloría General de la República (CGR) para recibir el refrendo. Tras consulta de CR Hoy, la CGR indicó que tiene plazo hasta el 25 de noviembre para tomar una decisión sobre los contratos.
Una vez refrendados, la promesa es que las obras se retomen de inmediato, en vista de que los diseños para la ampliación existen desde el contrato previo que finalizó.
