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Ciencia

Cambio climático borra hasta la mitad de algunas poblaciones de aves tropicales

Por Ambar Segura | 11 de Ago. 2025 | 9:01 am

El cambio climático está provocando una disminución drástica en las poblaciones de aves de los trópicos. Desde 1980, la abundancia de estas especies se ha reducido entre un 25% y un 38%, y en algunos casos, la pérdida supera el 50%. La causa principal: el aumento de las olas de calor.

La investigación, publicada en la revista Nature Ecology and Evolution, fue desarrollada por el Instituto Potsdam para la Investigación del Impacto Climático (PIK), la Universidad de Queensland y el Barcelona Supercomputing Center (BSC).

El estudio combinó datos de más de 3.000 poblaciones de aves en todo el mundo con modelos climáticos avanzados, lo que permitió aislar el efecto del cambio climático de otros factores como la deforestación o el uso del suelo.

"Es una disminución asombrosa. Las aves son especialmente sensibles a la deshidratación y al estrés térmico. El calor extremo provoca un exceso de mortalidad, una reducción de la fertilidad, cambios en los comportamientos reproductivos y una menor supervivencia de las crías", explicó Maximilian Kotz, autor principal e investigador invitado en el PIK e integrante del BSC.

El hallazgo es alarmante: hace cuatro décadas, las aves tropicales enfrentaban en promedio tres días al año de calor extremo. Hoy se exponen a treinta. "El aumento de las temperaturas está expulsando a las especies de los hábitats a los que se han adaptado de forma natural, y en muy poco tiempo", advirtió Kotz.

Más que deforestación

Hasta ahora, las pérdidas de biodiversidad en regiones tropicales se atribuían sobre todo a la destrucción de hábitats. Sin embargo, el estudio revela que, en zonas de latitudes bajas, las olas de calor ya tienen un impacto mayor que la deforestación.

Esto podría explicar por qué en áreas protegidas como el Parque Nacional de Soberanía, en Panamá, o selvas intactas del Amazonas se han registrado caídas abruptas de especies sin causa aparente.

"Desde el punto de vista de la conservación, este trabajo nos dice que, además de las áreas protegidas y detener la deforestación, necesitamos urgentemente buscar estrategias para las especies más vulnerables al calor extremo con el fin de maximizar su potencial de adaptación. Eso podría significar un trabajo de conservación ex situ, es decir, trabajar con algunas poblaciones en otros lugares", señaló Tatsuya Amano, de la Universidad de Queensland.

Centroamérica y Sudamérica, en riesgo

Regiones como la Amazonía, la Mata Atlántica, los bosques secos tropicales de México, los Andes y Centroamérica albergan algunas de las mayores riquezas de aves del planeta. Pero también son los sitios donde el calor extremo se intensifica con mayor rapidez.

En promedio, los días con temperaturas críticas en los trópicos pasaron de tres a treinta por año desde 1980. Para muchas especies, eso significa superar sus límites fisiológicos: menos crías, mayor mortalidad y menor capacidad de adaptación.

"En última instancia, nuestras emisiones son el núcleo de este problema. Tenemos que reducirlas lo más rápido posible", concluyó Kotz.

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