Celso dice vivir en cárcel “entre apuñalamientos, intentos de suicidio y volver a pelear” a sus 49 años
Defensa alega que Gamboa le dan poca comida, que tiene “muy poca ropa” en prisión y que repetir vestimenta es indigno
El exmagistrado y exministro Celso Gamboa habló sobre su encarcelamiento en el módulo de máxima seguridad de La Reforma y aseguró que "trata de estar lo más cuerdo posible" para el juicio que afronta por tráfico de influencias, en medio de "apuñalamientos", intentos de suicidio de otros privados de libertad y tener que volver a pelear a los puños tras 30 años.
"Así he tenido que aprender a vivir: entre apuñalamientos, intento de suicidio de otros compañeros, cosas que nunca había visto. No peleaba desde hace más de 30 años, y tuve que volver a pelear a los 49.
Son cosas que estoy viviendo que me tienen un poco en "shock". No tengo esa precisión en los datos y lo quisiera tener para presentarlo a ustedes, pero he tratado de mantenerme con la mayor lucidez que pueda, pero sí hay temas que ya se escapan a mí como la alimentación", dijo durante una audiencia ante el Tribunal Penal de Hacienda.
El extraditable presentó estos argumentos como parte de una exposición para solicitar a los jueces tiempo para reunirse con sus abogados, autorización para que le lleven ropa a diario y poder cambiarse, y mayor cantidad de alimentación.
"Aquí en el OIJ, sí tengo que decir que me han tratado muy bien, sin alcahuetería. Sí me dan la comida, pero es un vasito así lo que dan de comer y yo estoy muy grandote, peso 90 kilos y mido 1,85 metros, ocupo algo más de comida.
No se me soluciona eso y el juicio va para el largo. Quisiera saber y quería pedir al tribunal si se puede hacer una gestión por un tema de dignidad, porque aquí estoy padeciendo o rogándole a los muchachos que no pueden que me den algo de comer cuando se pueda", manifestó el magistrado.
El exmagistrado se quejó de la cantidad y del tipo de comida que le brindan en el centro penitenciario La Reforma y añadió que, por los horarios de traslado entre la prisión y los Tribunales de Goicoechea, no tiene tiempo suficiente para cenar.
Según explicó, la última comida en máxima seguridad se da en horas de la tarde, cuando él aún se encuentra en juicio, y cuando regresa ya no se reparten alimentos. Además, cuando lo trasladan desde los tribunales hacia el centro penitenciario, todavía no han servido comida en las celdas del Organismo de Investigación Judicial (OIJ).
"El desayuno se va sirviendo a eso las 10 de la mañana, es café con pan sin nada. A las 11:30 a.m. porque ya lo medimos todos, se sirve el almuerzo y la cena entre 2:30 p.m. y 3:00 de la tarde. A esa hora estamos cenando allá en La Reforma.
La comida -no quiero ni estoy pidiendo- nada gourmet, pero la comida viene fría en algunas ocasiones y aun así yo la necesito para poder venir con fuerzas al debate. Ya a esta hora (4:00 p.m.) los compañeros privados de libertad en máxima seguridad ya cenaron y ya están encerrados en su celda.
Yo llego y no hay de comer. Aquí la comida la sirven hasta las 7:00 de la noche. Ayer dormí con mucha hambre y hoy me va a pasar igual. Ya sea que si el tribunal puede prever que terminemos antes o se haga algo, que mi familia me meta comida para poder seguir", manifestó Gamboa.
Los jueces coordinaron con el OIJ para asegurar que el privado de libertad obtenga alimentación en los Tribunales previo a devolverlo a La Reforma.
El exmagistrado enfrenta un juicio como acusado, junto con Johnny Araya Monge y la exfiscala subrogante Berenice Smith Bonilla, quienes están señalados por tráfico de influencias, al presuntamente orquestar un plan para borrar el nombre del exalcalde josefino de una causa penal.
Paralelamente, afronta un proceso de extradición solicitado por Estados Unidos, tras una investigación de la Administración de Control de Drogas (DEA), al ser acusado de conspiración para traficar y distribuir cocaína a nivel internacional.
Tal como reveló CR Hoy en primicia, apenas unas horas después de su captura, la DEA lo vinculó como presunto líder regional del Cártel del Golfo de México, a cargo de operaciones de narcotráfico en Panamá, Costa Rica, Honduras y Nicaragua.
Además, se le atribuyen nexos con el Cártel de Sinaloa (México) y el Clan del Golfo (Colombia), con quienes habría coordinado envíos de droga hacia territorio estadounidense.
Hace un mes, el Organismo de Investigación Judicial (OIJ) detuvo a los primeros tres extraditables: el exmagistrado Celso Gamboa, el exconvicto Edwin López Vega, alias Pecho de Rata, y el empresario Jonathan Álvarez Alfaro.
Gamboa, López y Álvarez se encuentran ahora en el módulo de máxima seguridad de La Reforma, donde cumplen dos meses de detención provisional mientras se resuelve la solicitud de extradición.
La DEA los acusa de facilitar el ingreso de cocaína a Costa Rica —supuestamente con apoyo gubernamental— para luego enviarla a otros países del continente.