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Ciencia

Científica costarricense produce microalgas que aumentan las cosechas

Por Alexánder Ramírez | 26 de Jul. 2025 | 6:45 pm

(Cortesía).

Un equipo liderado por la científica costarricense Maritza Guerrero desarrolló un método para cultivar microalgas capaces de incrementar la producción agrícola, oxigenar los suelos, capturar dióxido de carbono y limpiar las aguas.

Este hito posiciona al país a la vanguardia de las soluciones basadas en la naturaleza para enfrentar los retos productivos y ambientales globales.

La innovación permitió formular un bioestimulante natural denominado Phyco-Plus, el cual ha demostrado propiedades para regenerar suelos degradados y aumentar la productividad de cultivos como lechuga, sandía (30 %), melón (23 %), zucchini y chile dulce (20 %).

Las microalgas son microorganismos acuáticos unicelulares que realizan la fotosíntesis. Producen biomoléculas como proteínas, lípidos, carbohidratos, vitaminas, minerales y pigmentos. Su rol en los ecosistemas incluye la producción de oxígeno, la captura de carbono y la estimulación de reguladores de crecimiento en el suelo agrícola.

Por sus propiedades, las microalgas tienen el potencial de convertirse en una herramienta clave para transformar actividades como la agricultura, la acuicultura y la ganadería. Sin embargo, su uso ha sido limitado por los altos costos que implica cultivarlas, procesarlas y ponerlas a disposición de los productores.

Maritza Guerrero, máster en Biología por la Universidad de Costa Rica (UCR), asumió el reto de superar esas barreras.

La investigación sobre microalgas la inició hace 18 años como académica del Tecnológico de Costa Rica (TEC), donde se licenció la fórmula del Phyco-Plus.

Hoy, ya jubilada, es fundadora y directora de la empresa biotecnológica Algabiotica, donde se produce el bioestimulante y se desarrollan nuevos productos a base de microalgas.

El equipo investigador y administrativo lo completan Francinie Murillo, Fabián Villalta y César Bernal.

La materia prima del bioestimulante son microalgas cultivadas en Barva de Heredia, en estanques de 20 por 5 metros, con capacidad de hasta 40.000 litros. Ahí mismo se realiza el proceso de centrifugado y cosecha. Una vez embotellado, el producto está listo para su aplicación en campos de cultivo.

Tanto la tecnología como el procedimiento fueron desarrollados por el equipo de Algabiotica, el cual, además, logró reducir en un 95 % los costos de producción respecto a países más desarrollados.

"Sabemos que necesitamos adaptarnos al cambio climático que afecta a los cultivos. Hay también una presión sobre la reducción de químicos y la huella de carbono. Todo eso lo podemos cumplir con microalgas", afirmó Guerrero.

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