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Cinchona 10 años después: vivió el terremoto dentro de un cráter volcánico

Vulcanólogo recuerda experiencia vivida durante trágico día

Por Pablo Rojas | 8 de Ene. 2019 | 12:02 am

En la mente del experimentado vulcanólogo Raúl Mora Amador aún resuena la caída de rocas y material en las cercanías de la cima del volcán Poás como respuesta al terremoto de Cinchona.

Ese, es uno de los principales recuerdos que Mora mantiene tras el paso de una década del evento sísmico ocurrido a las 1:21 p.m. del jueves 8 de enero de 2009, cuando una sacudida con origen en la falla tectónica El Angel se convirtió en destruición y muerte. Un sismo de 6.2 grados fue el responsable…

El epicentro tuvo una profundidad de 4.6 kilómetros y se localizó 1 kilómetro al sur de Cinchona, Alajuela.  El saldo no pudo ser peor: 27 muertos y un pueblo completamente destruido.

El movimiento se percibió en casi todo el país, generó daños parciales en localidades de Heredia y Alajuela, pero la peor parte la llevó Cinchona. Un poblado alajuelense que prácticamente desapareció después del terremoto. 

Ese 8 de enero el vulcanólogo, quien para entonces laboraba para la Red Sismológica Nacional (RSN), realizaba una visita de campo junto a otros compañeros de trabajo y científicos de la Universidad de Nuevo México, EE.UU.

De repente sintieron el poderío de la naturaleza, sin saber que el origen de ese movimiento estaba muy cerca.

"El epicentro estaba a un poco menos de 5 kilómetros del sitio donde nos encontrábamos. Íbamos caminando. Fue muy fuerte, porque fue muy superficial. Tal vez, no de una magnitud muy grande, pero fue tan fuerte que hasta nos caímos. Igual íbamos caminando por rocas", dijo el vulcanólogo, quien califica como un error el haber 'desatendido' un sismo ocurrido en esa misma zona el día antes del terremoto.

"¿Fue el volcán?"

Al estar en un cráter activo, uno de los primeros temores que se vino a la mente de los científicos fue alguna relación del terremoto con el coloso.

"Por un momento volvimos a ver el lago y el cráter por si era una erupción. Existió el temor de que el volcán reaccionara de alguna manera y que ese sismo incidiera de alguna manera. Había urgencia de salir del lugar para evitar cualquier cosa", expuso el geólogo.

Entre ese álbum de recuerdos también está la confusión debido a reportes de prensa que señalaban que los vulcanólogos -que estaban dentro del cráter- ya habían salido cuando ocurrió el terremoto. Eso no era así y la madre de Mora tuvo que llamar a un canal de televisión para desmentir su salida.

"Ese es el punto más doloroso. Había otros investigadores rodeando el cráter y ellos le informaron a la prensa que ya los vulcanólogos habían salido de cráter, sabiendo que nosotros estábamos en el fondo. Para mi madre eso fue crítico y ella tuvo que informar que no era cierto. La gente no entendía, pues hubo mal información. Como a las 2:30 p.m., un compañero logró tener contacto con la Comisión Nacional de Emergencias (CNE) y decirles que estábamos saliendo", recordó el vulcanólogo.

Largas horas

Los efectos inmediatos del terremoto provocaron que parte del terreno aledaño al coloso se deslizara, eso obligó a los científicos a buscar una salida alterna.

En ese intento de salida, Mora sufrió un desgarro y pidió a sus compañeros que continuaran el camino.

Por sus propios medios, el vulcanólogo salió hacia el mirador principal hasta las 7:00 p.m., es decir casi 6 horas después del terremoto.

"El camino que utilizábamos se deslizó. Entonces, tuvimos que idear cómo salir del cráter. En esa salida tuve un desgarré de pierna. Le dije a mi compañero Carlos Ramírez que sacara a los investigadores y que yo me la jugaba solo. Salí a las 7:00 p.m (…) El camino se deslizó, tuvimos que encontrar la salida por un sitio por donde nunca pasamos. En un momento estaba muy asustado. Lo que teníamos era que salir del hueco, rodear el cráter para subir al volcán Botos y salir por el mirador", expuso el vulcanólogo.

Según Mora, si hubieran estado cerca de las paredes volcánicas se habrían expuesto a la caída de rocas de hasta 2 metros de diámetro.

Posterior al terremoto los científicos documentaron un ligero cambio de la química de las aguas del volcán.

Como recuerdo de esta experiencia, el vulcanólogo aún conserva una muestra de líquido volcánico tomado un día antes del evento.

El sismo

La falla que originó el terremoto de Cinchona, denominada Vara Blanca-El Ángel, presentaría una actividad similar dentro de cientos de años, según explicó años atrás Marino Protti, vulcanólogo del Observatorio Vulcanológico y Sismológico de Costa Rica (Ovsicori) tiene períodos de carga muy largos.

Así las cosas, una vez que un segmento de este tipo desarrolla un sismo, pasarán muchas décadas antes de que tenga la capacidad de producir un movimiento de una magnitud parecida.

Eso sí, el experto no descartó que otras fallas cercanas puedan activarse en la zona en un menor tiempo.

"La mayor parte de las muertes fueron por deslizamientos, el daño principal fue en Cinchona que no tenía un sustrato muy consecuente. Un sismo como esos, en las Llanuras de San Carlos, no causaría mayor daño. Ahí se conjugó con el factor pendiente y las características del suelo", citó Protti en esa oportunidad.

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