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Reportaje Especial

Claudio atesora el mensaje que su mamá le dio antes de morir, mientras lucha por promover la danza

Limonense asegura que la danza le cambio la vida para siempre

Por Jason Ureña | 3 de Dic. 2022 | 11:01 am

(CRHoy.com).-Corrían los años 80's cuando Claudio Taylor Mckenzie descubrió un talento que traía consigo y que lo terminó enamorando para siempre: el arte de la danza.

"Formé parte de una agrupación teatral y me acuerdo que la bailarina Ivonne Durán en conjunto con el limonense Gerald Asch, nos vinieron a dar un taller de expresión corporal", empezó diciendo en conversación con CRHoy.com.

"Había un ejercicio muy interesante en donde nos decían que no solo tenemos que mirar con los ojos, sino también con el cuerpo. Yo sentí como si en mi pecho había un gigante que podía ver todo y que mi cuerpo podía expresar más, entonces ahí me di cuenta de que se me fue desarrollando el gusto por el movimiento", agregó.

Caribeño transmite el arte de diversas maneras | Cortesía

Caribeño transmite el arte de diversas maneras | Cortesía

Sin embargo, las cosas no fueron tan fáciles. Dedicarse a la danza y en una zona con las dificultades características de Limón, pusieron cuesta arriba su sueño de desarrollar ese talento que descubrió. 

En su natal Limón, temeroso de lo que le pudieran decir en casa, tomó valor y un día confesó que lo suyo era el arte, y que lo que quería hacer por siempre era dedicarse a la danza.

Pensó que quizás la respuesta de su mamá, sería negativa; sin embargo, las palabras que recibió de ella las recuerda como el más preciado tesoro y un impulso gigante para hoy seguir dedicándose a eso a sus 69 años. 

"Las palabras de mi mamá fueron: ‘hijo si a usted le gusta eso, hágalo bien, pero nunca se olvide de quién es usted'. Eso fue lo que me dio el aval (para seguir sus sueños) y mi mamá murió al día siguiente"

"Esas palabras me quedaron para siempre. Una vez fue a ver un ensayo y me dijo ‘usted inventó esos movimientos, cómo hacen para aprenderse todo eso'. Yo le expliqué que era pura práctica y me dijo al oído ‘dígales que lo hagan otra vez, que me gustó'", añadió.

Taylor recuerda ese momento como si fuera ayer. "Mi mamá estaba muy feliz, aplaudía como si fuera una niña. Al día siguiente falleció de un infarto, y antes de irse sus últimas palabras fueron esas: ‘si a usted le gusta eso, hágalo bien, pero nunca se olvide quien es usted'". 

"He tenido altibajos, momentos de frustración e incertidumbre, porque la danza es una profesión maravillosa, pero suele ser dura y muy crítica, y a veces puede ser hasta solitaria en cierto sentido, entonces sus palabras las he llevado conmigo todos estos años", apuntó vía telefónica desde el Caribe.

Claudia agradece ese impulso que su madre le dio con esas palabras y confiesa que la danza le cambió la vida y lo hizo una mejor persona.

"Me cambio de una manera increíble, porque yo creo que (de no seguir ese camino) hubiera formado parte de las filas de las personas que hubieran caído en drogas, porque recuerde que siempre hemos sido de una población vulnerable, y al no tener muchas oportunidades, la gente puede tomar los caminos equivocados.

Cuando existen actividades como estas que llaman tu mente y tu espíritu, te conectan con algo que va más allá que es utilizar tu tiempo, expresar tus ideas y tus sentimientos y tus sensaciones y visiones a través del arte", indicó.

Este vecino del centro de Limón también describe a la danza como una expresión afrodescendiente que les permite conectar con los ancestros.

Es por eso que, además de los beneficios sociales que este arte puede otorgar, busca transmitirlo a los más jóvenes para así promover y extender dicha cultura en su región y en el país como tal.

Para ello se preparó académicamente y formó grupos de danza. Hoy es parte del Taller Nacional de Danza del Ministerio de Cultura y Juventud, con el que trabaja en la expansión de este arte en la región Atlántica del país.

Según dice, con su trabajo ha logrado impactar la vida de más de 2000 caribeños en 30 años de trabajo con esta expresión artística y cultural.

"Me ha dicho que esto les ha cambiado mucho la vida, su manera de pensar, porque el arte vuelve a las personas mucho más pensantes y mucho más crítica de su entorno, entonces su manera de ver Limón y de ver su propia vida cambió de forma radical.

Lo que se les da es una herramienta para la vida, independientemente si más adelante van a querer seguir una carrera de danza, son herramientas que les permiten desarrollar mayor autoestima y seguridad", apuntó.

Desde ya don Claudio se prepara para una serie de talleres de verano que iniciará en Limón en enero. Serán gratuitas y abiertas a cualquier persona de cualquier edad y se realizarán en la Casa de la Cultura, en el centro de esa ciudad.

Los interesados pueden comunicarse al número telefónico 7022-1886.

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