Compañeros de viaje: la OCDE y el Indo Pacífico
En junio próximo Costa Rica presidirá, en un contexto mundial complejo, la reunión del Consejo de Ministros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). A tan solo cuatro años de haber ingresado a dicha organización, con un costo de membresía anual cercano a USD$3.4 millones, el país logra un posicionamiento inteligente en un espacio natural para abordar, discutir y entender las incertidumbres geopolíticas que marcan las relaciones económicas internacionales. De los 38 miembros de la OCDE, unos 12 encargan o coordinan su representación a las respectivas Cancillerías. En nuestro caso, le corresponde al ministerio de Comercio Exterior, cuya labor ha sido destacable. Con una intención de coordinación interinstitucional, de estrategia país, pero sobre todo de sentido común, confiamos que, como parte de la delegación nacional, participen altas autoridades del Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto, y así poder desplegar, en los pasillos y salones del Château de la Muette, las habilidades de nuestra diplomacia para fortalecer y proyectar las líneas de acción exterior para con países miembros OCDE, G20, o bien de APEC ubicados en la región Indo-Pacífico.
Nuestro primer anillo concéntrico. Para Costa Rica, único país centroamericano OCDE, y con proyección caribeña, participar activa y relevantemente del brazo de cooperación de la OCDE (Centro de Desarrollo, la Iniciativa Regional para América Latina y el Caribe, y las alianzas OCDE-CEPAL/BID) debe ser una prioridad. Se trata de promover una visión renovada, con gobernanza eficaz y aproximación multidimensional de la cooperación internacional para el desarrollo en donde nuestra diplomacia, profesional y técnicamente sólida, pueda impactar dejando huella innovadora en términos de desarrollo, transparencia y sostenibilidad. Es una herramienta que nos permitiría recuperar sillas vacías y ejercer una política exterior articulada en el entorno geopolítico inmediato.
Indo-Pacífico: realidad geográfica, geopolítica y geoeconómica. La convergencia entre el océano Pacífico con el Índico, interconectando con el Sudeste Asiático, implica atención especial. Mundialmente comprende el 65% de la población, 62% del PIB, y 46% del comercio internacional, convirtiéndola en una región dinámica y relevante en temas de diplomacia, seguridad, economía y tecnología. Seis miembros del G20: Australia, China, Corea, India, Indonesia y Japón, junto a Singapur y Emiratos Árabes Unidos, están ubicados en dicha región. En esos ocho países contamos con presencia – embajadas – , creando un ecosistema diplomático con un costo anual aproximado a USD$3.5 millones, y del cual, sí o sí, debemos obtener el mayor beneficio, haciendo cosas diferentes y maximizando su capacidad operativa mediante una propuesta de gestión integrada.
Estrategia transpacífica. La Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN), con sus tres pilares: político, económico y socio-cultural, debe ser un socio preferencial con el cual avanzar hacia la formalización del Tratado de Amistad y Cooperación (TAC). En el radar debemos tener a la Asociación de Países del Océano Índico (IORA), al Foro de las Islas del Pacífico (PIF), a la Comunidad del Pacífico (SPC) y al Programa Regional del Pacífico Sur para el Medio Ambiente (SPREP). Y es que, ante las amenazas – reales – de proteccionismo, nacionalismo e interrupciones a las cadenas de valor, Costa Rica ha dado pasos acertados colocando nuevamente en la mira a la Alianza del Pacífico (AP), gestionando el ingreso al Tratado Integral y Progresista de Asociación Transpacífico (CPTPP), llevado a buen puerto las tratativas con Emiratos Árabes Unidos y avanzar con los acuerdos de Asociación para la Economía Digital (DEPA) y Cambio Climático, Comercio y Sostenibilidad (ACCTS). Falta explorar algún modelo – nueva generación – de un Acuerdo de Alcance Parcial con la India (AAP), al igual que un Tratado de Asociación Económica Integral con Indonesia (CEPA) y reactivar la participación en espacios APEC. Adentrarnos – como país OCDE – en la región Indo-Pacífico, es fundamental y significa construir una segunda frontera, promoviendo nuevos modelos de asociaciones estratégicas de cooperación integral orientadas a la acción según nuestros intereses: i) diversificar relaciones diplomáticas; ii) comercio, inversión y financiamiento de infraestructura; iii) balances geopolíticos; iv) ciencia, tecnología e innovación; v) medio ambiente, océano y cambio climático.
Corresponde, ahora hacer vibrante nuestra política exterior para con nuestros compañeros de viaje, "con prudencia en la palabra, discreción en los modales pero con firmeza en nuestras convicciones".