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Costa Rica para vivir y trabajar

Por David Gutiérrez Swanson | 25 de Jun. 2020 | 4:39 am

Costa Rica se ha posicionado como uno de los principales destinos turísticos de Latinoamérica. En el año 2019, el país recibió la impresionante suma de un poco más de 3.1 millones de visitantes, que prácticamente duplica los 1.6 millones que llegaron en 2005. El Foro Económico Mundial considera a Costa Rica, el tercer destino más competitivo de América Latina, por debajo de México y Brasil y el 41 del mundo. Mientras que un 75 % de los turistas viaja por motivo de vacaciones, un 13 % lo hace por motivos de negocio y trabajo.

A raíz del coronavirus, muchas empresas a nivel mundial se vieron obligadas a implantar políticas y medidas orientadas hacia un teletrabajo obligatorio para todos sus colaboradores.

Por ejemplo, la compañía Twitter anunció que permitirá que sus empleados sigan trabajando desde casa "para siempre", después de que sus directivos concluyeran que trabajo desde casa puede ser eficiente a gran escala. Google y Facebook también anunciaron el teletrabajo a largo plazo. Algunos bancos de inversión y empresas de servicios de consultoría también han oficializado la virtualidad permanente.

La virtualidad y el teletrabajo pasaron de ser una moda a una necesidad, una realidad y una aspiración. Si algunos de los cambios que llegaron por el coronavirus a nuestras vidas va a permanecer aún después de una posible vacuna, podemos estar seguros de que serán el teletrabajo y una mayor virtualidad.

A raíz esta virtualidad, quien tiene el privilegio de no tener que vivir donde trabaja, posee una libertad muy apetecible para escoger el lugar que más satisfaga otros de sus intereses. Éstos pueden estar relacionados con un menor costo de la vivienda y de vida, de cercanía con la naturaleza, más saludable estilo de vida, mejor clima o menores impuestos.

¿Por qué querer vivir en un apartamento diminuto y carísimo en Nueva York, Londres, Chicago o Madrid, si puedo vivir mejor (incluyendo un probable nuevo confinamiento) y por menos dinero en una de las 5 blue zones del mundo?

¿Por qué querer vivir en una gran ciudad con altas densidades y con
baja posibilidad de distanciamiento social, si puedo vivir en medio de la naturaleza? ¿Por qué pasar fríos o calores excesivos si puedo vivir en el país declarado con el mejor clima del mundo?

Naturaleza, actividades al aire libre, alimentación saludable, acceso a playas, montañas y vida silvestre, prestigio internacional como uno de los países más seguros de América Latina y más felices del mundo: todo a un vuelo directo de las más grandes economías del orbe.

Todas estas ventajas, sumadas a nuestra tradición democrática e institucional, con un marcado liderazgo mundial en temas ambientales y de derechos humanos y libertad; además de un probado sistema de salud y seguridad social que es modelo a nivel mundial, sobre todo con la actual pandemia.

Si constantemente estamos pensando en atracción de empresas para la inversión extranjera directa, ahora más que antes también deberíamos de estar pensando en la atracción de personas para que vivan y trabajen en Costa Rica.

Ya en 1971 nuestro país fue visionario con atraer personas. En ese año se aprobó la Ley de exoneración de impuestos para los residentes pensionados o rentistas, que creaba una serie de incentivos fiscales para los residentes pensionados o rentistas extranjeros que decidían venir a vivir a Costa Rica.

Durante muchos años, Costa Rica fue un imán de atracción de quienes buscaban abaratar un poco su estilo de vida, sin sacrificar calidad. Éramos reconocidos internacionalmente como el país en el que, principalmente estadounidenses, se retiraban o residía buena parte del año. Lamentablemente, en 1992 se aprobó la Ley reguladora de todas las exoneraciones vigentes, su derogatoria y sus excepciones, que eliminó las exenciones que se otorgaban a los pensionados y rentistas.

Algunos otros países, como España, Portugal y Estados Unidos tienen ya bastante tiempo atrayendo a extranjeros que llegan a consumir y generar actividad económica por medio de las llamadas "Golden Visas" y programas similares que siempre exigen una inversión mínima que genere actividad económica en el país anfitrión.

Al igual que con otros regímenes de esta naturaleza en otros lugares del mundo, la atracción de profesionales que puedan trabajar virtualmente desde Costa Rica debería incluir incentivos adicionales. Estos incluirían la exoneración de impuestos a la importación de su menaje de casa, de sus vehículos y su equipo profesional. Igualmente, la exoneración de impuestos sobre las utilidades obtenidas a nivel personal en Costa Rica o en el exterior. Es decir, una especie de zona franca para individuos.

Debemos instaurar una serie de condiciones, entre las que no solamente estaría el requisito mínimo de inversión, que debería ser sustancial, sino también el contar con un seguro de gastos médicos que sea aceptado por la seguridad social durante la vigencia de los beneficios del régimen. Finalmente, deberían domiciliarse fiscalmente en nuestro país.

Estas condiciones podrían generar una llegada importante de profesionales, con alta capacidad económica, quienes activarían la economía de bienes y servicios. Además, el país se beneficiaría al contar con el conocimiento, contactos y experiencia de personas destacadas y bien remuneradas, quienes, además, podrían terminar emprendiendo en el país y generando empleo y conocimiento.

Aprovechemos que el teletrabajo y la virtualidad llegaron para quedarse para atraer a profesionales que no tengan que residir donde trabajan y puedan hacerlo desde nuestro país. Tenemos que crear los incentivos y oportunidades adecuados para que esas personas escojan a Costa Rica como su lugar de residencia, aunque sea temporal.

No tengamos miedo de abrirnos al mundo para darles la bienvenida. El país se enriquecerá enormemente de su trabajo, redes, recursos, experiencia y conocimiento.

David Gutiérrez
Abogado

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