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Cultura

Mariana Lizano se despide del Hada del Azúcar tras 10 años de magia en El Cascanueces

Por Camila Castro | 17 de Dic. 2025 | 2:11 am

Hay talentos que dejan huella en el alma, el corazón y el escenario. Durante 10 años, Mariana Lizano fue la protagonista de El Cascanueces al interpretar al Hada del Azúcar, convirtiéndose en uno de los personajes más queridos de la obra y en uno de los principales motivos por los que cientos de personas acudían cada diciembre al teatro. El pasado domingo 14 de diciembre, la bailarina se despidió de este emblemático papel, dejando no solo aplausos en el recinto, sino también un legado imborrable.

Lizano culminó su última presentación en el Teatro Popular Melico Salazar rodeada de un público que asistió a la función final de 2025 y acompañada por su familia. Al concluir la obra, se despidió del público y vivió un momento cargado de emoción, cuando sus seres queridos subieron al escenario para rendirle un homenaje digno de una bailarina de su trayectoria.

La artista describió esta despedida como uno de los momentos más soñados de su vida. La noche estuvo llena de muestras de cariño y gratitud. Sus padres y su esposo la acompañaron sobre el escenario, un gesto que para ella fue inolvidable, pues logró compartir con su familia la conexión tan profunda que siente cada vez que baila frente al público.

"Fue una de las cosas más hermosas que me pudieron haber regalado", expresó Lizano a CR Hoy, al explicar que, después de una década, pudo provocar en su familia la misma emoción que ella experimenta al estar en escena.

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Para enfrentar su última función, Lizano recordó el consejo de uno de sus compañeros: "Es una función más". Con el corazón abierto y sin expectativas, se subió al escenario dispuesto a dejarse llevar, por lo que surgiera conforme avanzaba la presentación.

No me llené de expectativas sobre lo que quería que pasara, sino de vivir la magia del arte en escena, que justamente es no saber qué va a suceder. Fue muy hermoso, todas fueron súper diferentes y las disfruté al máximo. Seis funciones como Hada del Azúcar fueron impresionantes, relató.

La decisión de retirarse del personaje venía gestándose desde hacía algunos años. Para Lizano, era importante dar espacio a una nueva generación y permitir que otra bailarina, con el mismo sueño que ella tuvo, asumiera el rol. Aunque la decisión fue difícil, especialmente porque atraviesa uno de los mejores momentos de su vida, tanto a nivel físico como mental, optó por transformar el dolor de la despedida en fortaleza.

He llorado mucho estos meses, pero hoy tengo paz y la satisfacción de saber que siempre di lo mejor de mí y que me fui como quería irme, con el respeto que el personaje se merece, contó.

Uno de los aspectos que más marcó a Lizano durante estos 10 años fue el público. Sentía una gran responsabilidad al ver cómo muchas personas ahorraban durante todo el año para asistir a la obra o cómo la función despertaba el espíritu navideño que tantos costarricenses aprecian. En total, la bailarina realizó 44 funciones como Hada del Azúcar, todas a teatro lleno, un logro que asegura le llena el alma y el corazón.

Con el paso de los años, también llegó la evolución personal y artística. Tras cumplir los 40 años, cada temporada adquiría un significado distinto, con mayores responsabilidades y un compromiso aún más fuerte con la honestidad emocional hacia el público.

"Hacerlos sentir lo que yo estoy sintiendo. Cada año me percibía distinta, porque todos los años son distintos, y eso se reflejaba en mi hadita", explicó. Además, destacó la responsabilidad de convertirse en un referente para las bailarinas más jóvenes que sueñan con llegar hasta donde ella lo hizo.

Lizano llegó al personaje tras audicionar a nivel nacional cuando inició esta producción en Costa Rica. En la primera edición no obtuvo el rol principal, sino que formó parte del cuerpo de baile como copo de nieve y realizó un solo de flautas. Aun así, siempre tuvo claro que su meta era interpretar al Hada del Azúcar.

Un año antes de que me dieran la oportunidad, escuchaba la música a diario y le decía al universo que ese personaje tenía que ser mío, porque lo anhelaba con el corazón. Me acerqué al proyecto y nunca dejé de creer, concluyó la artista.

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