Daniel Ortega reaparece tras rumores de muerte: así luce el dictador nicaragüense
Durante las últimas 24 horas se especuló sobre su condición
Daniel Ortega Saavedra, líder del régimen y dictador de Nicaragua, reapareció en público junto a su esposa y "copresidenta", Rosario Murillo, durante una transmisión gubernamental realizada este sábado.
La aparición ocurrió luego de intensos rumores sobre su presunta muerte. Durante las últimas horas, circularon versiones sobre un grave deterioro en la salud de Ortega, lo cual se vio reforzado por su prolongada ausencia en el ojo público y el silencio de su esposa.
Ortega reapareció con un semblante bastante deteriorado, en una transmisión tipo cadena nacional al filo de las 7:00 p. m. con casi 3 horas de retraso, dado que fue convocada oficialmente para las 4:00 p. m. En el evento, se anunció una cooperación de la República Popular de China con Nicaragua.
Según medios internacionales, Ortega padece una enfermedad renal crónica en etapa terminal, derivada de un lupus eritematoso sistémico (LES) diagnosticado años atrás. También se presume que enfrenta otras enfermedades, como diabetes, hipertensión y una afección cardíaca crónica.
Ortega ascendió al poder por segunda vez en 2007 y se ha mantenido en la presidencia desde entonces, consolidando un régimen acusado de autoritarismo y represión. Nacido el 11 de noviembre de 1945 en La Libertad, Chontales, se ha convertido en una de las figuras políticas más controvertidas de América Latina.
Militante del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), fue pieza clave en la revolución que derrocó a la dictadura de Anastasio Somoza Debayle en 1979. Tras integrar la Junta de Gobierno de Reconstrucción Nacional, asumió la presidencia en 1985, en plena Guerra Fría y bajo fuerte presión de Estados Unidos.
Ejerció como jefe de Estado hasta 1990, cuando fue derrotado electoralmente. Retornó al poder en 2007 mediante elecciones, y desde entonces ha sido reelegido sucesivamente en procesos cuestionados nacional e internacionalmente, lo que ha llevado a que numerosos gobiernos no lo reconozcan como presidente legítimo.
Durante su régimen, impulsó reformas constitucionales que debilitaron la institucionalidad democrática, instaurando un control total sobre los poderes del Estado y reprimiendo a la oposición.
Su esposa, Rosario Murillo, pasó de ser vicepresidenta a "copresidenta" tras una reforma constitucional aprobada por la Asamblea Nacional. Aunque desde 2017 era considerada la figura más poderosa después de Ortega, fue en febrero de 2025 cuando su cargo fue institucionalizado legalmente.
Esta reforma no solo formalizó su posición junto a Ortega, sino que amplió el mandato presidencial de 5 a 6 años. Fue aprobada en noviembre durante el primer periodo de sesiones del Congreso, dominado por el FSLN.
La reforma consolidó aún más el poder de la pareja presidencial, eliminando los contrapesos institucionales y generando duras críticas internacionales. Por ello, se prevé que Murillo asuma el poder tras la muerte de Ortega.
El texto reformado de la Constitución establece que los copresidentes coordinarán ahora "los órganos legislativo, judicial, electoral y de fiscalización", los cuales pierden así su independencia formal.
Además, Nicaragua fue redefinida como un Estado "revolucionario" y "socialista", e incorporó como símbolo patrio la bandera rojinegra del FSLN, el grupo guerrillero que encabezó la insurrección contra Somoza.
Ortega, exguerrillero de 79 años, ha sido acusado de instaurar una "dictadura familiar" junto a Murillo, de 73. Ambos radicalizaron su régimen tras las protestas de 2018, cuya represión dejó 320 muertos según la ONU.
El gobierno calificó esas manifestaciones como un intento de golpe patrocinado por Estados Unidos. La reforma también estipula que el Estado "vigilará" a la prensa, la Iglesia y las empresas privadas para evitar vínculos con "intereses extranjeros" o sanciones internacionales.
Asimismo, oficializa el retiro de la nacionalidad nicaragüense a quienes sean considerados "traidores a la patria", una práctica ya aplicada a unos 450 opositores en los últimos años.
Otro punto controvertido es la creación de una "Policía Voluntaria", compuesta por unos 50 mil civiles encapuchados como "cuerpo auxiliar" de las fuerzas de seguridad. Esta medida remite a lo ocurrido en 2018, cuando civiles armados intervinieron violentamente contra manifestantes.
La Constitución de 1987 ha sido reformada una docena de veces por legisladores afines a Ortega, incluidas las reformas que permiten la reelección indefinida y el copresidencialismo.
En febrero, un grupo de expertos de la ONU aseguró que Ortega y Murillo dieron un "golpe final" al Estado de derecho con la última reforma constitucional, que les otorga un "dominio absoluto" del país.
"Han transformado deliberadamente al país en un Estado autoritario, donde no quedan instituciones independientes, las voces disidentes son silenciadas y la población (…) enfrenta persecución, exilio forzado y represalias económicas", subrayó el reporte anual del Grupo de Expertos en Derechos Humanos sobre Nicaragua.