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Delitos sexuales contra menores ocurren en cualquier escenario y no son denunciados por temor a represalias

Los agresores suelen mostrarse como figuras protectoras, cariñosas o serviciales, y muchas veces hacen regalos o promesas para generar cercanía con el menor

Por Daniel Córdoba | 28 de Jun. 2025 | 5:11 am

El más reciente programa de Frecuencia MP abordó el tema de la prevención de delitos sexuales en entornos educativos y deportivos, una problemática que ha venido en aumento de forma preocupante.

El episodio contó con la participación de Allan Cortés Segura, fiscal de la Fiscalía Adjunta de Género, quien explicó que estos abusos pueden ocurrir en cualquier contexto y muchas veces no se denuncian por temor a represalias.

De acuerdo con el fiscal, el abuso sexual no solo se presenta en entornos íntimos o familiares, sino también en centros educativos, espacios deportivos o cualquier lugar donde exista una relación de poder o autoridad de un adulto sobre un menor de edad. Ese, afirmó, es el principal factor de riesgo.

Cortés agregó que los agresores suelen aprovechar la confianza que los padres depositan en ellos, así como la accesibilidad que tienen hacia los menores sin supervisión constante.

Los padres dejan a sus hijos en manos de sus educadores, y eso facilita la accesibilidad de los agresores hacia los niños, señaló.

Falta de protocolos y cultura del silencio

El fiscal advirtió sobre la ausencia de protocolos claros en muchos centros educativos, los cuales no saben cómo proceder en caso de detectar una situación de abuso.

A ello se suma la cultura del silencio, que permite la continuidad o invisibilización de estos delitos. Esto se debe, en gran parte, al temor de los menores a sufrir represalias si denuncian.

Además, el fiscal indicó que ese silencio, en ocasiones, proviene de los mismos centros educativos, que buscan evitar responsabilidades civiles. Se refirió así a la culpa in vigilando:

Culpa in vigilando: responsabilidad civil de quien tiene el deber de vigilar a otra persona y omite esa obligación, derivando en un daño, según se expone en el diccionario del Poder Judicial)

Confianza progresiva como estrategia

Cortés explicó que los agresores suelen mostrarse como figuras protectoras, cariñosas o serviciales, y muchas veces hacen regalos o promesas para generar cercanía con el menor.

Esta estrategia busca establecer una manipulación emocional, haciendo sentir a la víctima que “debe algo” a cambio de los beneficios recibidos.

El fiscal fue enfático en que no existe un perfil único de abusador, ya que este tipo de delito ocurre en todos los niveles y contextos sociales.

El abuso no requiere contacto físico

Una de las principales aclaraciones del experto fue que muchas personas tienen la idea errónea de que si no hay tocamientos o penetración, no existe delito.

El abuso sexual, recalcó, también incluye comentarios de connotación sexual, besos, caricias o cualquier acto con fines sexuales que afecte al menor.

No obstante, hizo un llamado a no estigmatizar las interacciones sanas entre docentes y menores, ya que también puede existir afecto legítimo dentro de una relación respetuosa.

Señales de alerta

El fiscal mencionó algunos signos de alerta que podrían indicar que un menor ha sido víctima de abuso:

  • Cambios bruscos en el comportamiento
  • Pesadillas frecuentes
  • Regresiones en actitudes o hábitos
  • Rebeldía sin motivo aparente
  • Conductas sexuales inapropiadas para su edad
  • Dolores, malestares o infecciones en los genitales
  • Bajo rendimiento escolar
  • Falta de interés en actividades que antes disfrutaba

¿Cómo denunciar?

  • Los delitos sexuales contra menores pueden denunciarse a través de:
  • Línea 9-1-1
  • Línea gratuita 800-8000-645 del OIJ
  • Cualquier Fiscalía del país
  • Oficinas del Patronato Nacional de la Infancia (PANI)
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