El jugador del FC Barcelona, que llegó la madrugada del martes a Buenos Aires, había sentido el domingo una molestia en el aductor izquierdo, cuya evolución era incierta y dejaba en suspenso su presencia ante la Celeste.
"Messi trabajó normal. Ayer (martes) lo hicimos descansar un poco más. Está con muchos deseos de jugar", afirmó Bauza al sostener que "hubiéramos sido los primeros en no arriesgar si Messi tenía algún problema".
El entrenador insistió en que "Messi está bien. Lo veo sin problemas. Va a ser un partido intenso y se va a requerir de él".
Tras una práctica a puertas cerradas por la mañana en el predio de Ezeiza de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA), en la periferia de Buenos Aires, el equipo emprendió vuelo hacia Mendoza, 1.000 kilómetros al oeste, donde se disputará el partido contra Uruguay, por la sétima fecha de la clasificatoria sudamericana al Mundial de Rusia-2018.
El entrenador que debuta al frente de la selección se dijo confiado en poder derrotar a la Celeste, que lidera la clasificatoria junto con Ecuador.
La llegada de Messi y los suyos despertó pasiones en Mendoza y centenares de personas se acercaron para tratar de conseguir un autógrafo o una imagen con sus ídolos.