Duke, el perro guerrero, es hoy embajador de la protección de los animales
Duke demostró que si hay amor hay esperanza

Como parte de su nueva vida, Duke visita kínderes y escuelas. Durante sus visitas se dan charlas sobre la tenencia responsable de animales.
Cuando en mayo de hace casi un año vieron en Facebook el pedido de auxilio para un perrito brutalmente atacado de un machetazo en su hocico, las voluntarias de la asociación Vida Animal no sabían que estaban ante un caso de maltrato animal que sería distinto.
No era que no hubieran rescatado a animalitos en iguales o peores condiciones; tampoco que tal tipo de crueldad fuera la primera vez que la veían; menos que no recibieran siempre muestras de apoyo y solidaridad por su trabajo.
Simplemente, por alguna razón que desconocen, el ataque a Duke -nombre con el que renacería el querido perro- y su posterior rescate lo convertirían en un fenómeno mediático que contribuiría a visualizar el trabajo, muchas veces anónimo, de los rescatistas.
No solamente los amantes de los animales se volcaron a repudiar lo sucedido y ofrecer su apoyo a los rescatistas y al "guerrero", como cariñosamente se le comenzó a decir a Duke, sino que las muestras de aliento se multiplicaron y llegaban desde las más inimaginables latitudes.
Hoy, a casi un año de aquel momento en el que el destino uniría a Duke con las personas que le cambiarían la vida, nos acercamos a Vida Animal para preguntar por la labor de rescate que desde hace exactamente 3 años realizan y, cómo no, para saber las buenas nuevas de Duke.
Labor incansable

Rescatada en San Carlos, Maisha recibió un machetazo en su cráneo y que le hizo perder un ojo.
Lógicamente, cómo nació Vida Animal fue la pregunta con la que empezamos la conversación. Ante nosotros, Mary Mesalles, presidenta de la asociación, nos responde, mientras a su alrededor juguetean Bobby, Fred, Panterita y Luna, los cuatro perros que le llenan de alegría.
"Vida Animal nació cuando un grupo de amigos con experiencia en rescatar animales nos unimos para luchar por un mismo objetivo. Quisimos unir fuerzas para sacar a más animales de las calles. Eso fue el 4 de marzo de 2014", cuenta satisfecha.
Al día de hoy, más de 20 voluntarios oficiales conforman la asociación. Personas de áreas diversas que donan su tiempo libre para rescatar, sanar y rehabilitar animales maltratados. A este equipo lleno de fe y optimismo se le une una red de voluntarios que dan su servicio de "casa cuna", así como médicos veterinarios y veterinarias que ayudan con precios especiales a la ya de por sí titánica labor.
414 rescates y sumando

Rayito fue rescatada en Desamparados, tras ser abandonada en una caja de cartón. Nació con una malformación en sus patas delanteras.
Vida Animal suma 414 rescates; uno cada dos días y medio en promedio. Si pensamos que como ellos existen otras asociaciones y personas que rescatan animales, podemos ver la magnitud del problema del maltrato animal en Costa Rica.
"De estos tres años, ¿cuáles han sido los tres casos que más han impactado a Vida Animal?", le pregunto a Mary. "Es difícil escoger tres casos impactantes; todos lo son a su manera. Pero podría decir que serían Maisha, Rayito y Duke", dice mientras enumera las condiciones en las que los encontraron.
"Maisha es una perrita que rescatamos en San Carlos. Tenía un machetazo a nivel del cráneo y un ojo. Estuvo al borde de la muerte. Rayito era un pequeñito de Desamparados que nació con malformación en sus patitas delanteras y lo dejaron a su suerte en una caja de cartón. Y Duke fue rescatado en Tres Ríos con un machetazo que le amputó la parte superior de su hocico. Pese a lo impactante de sus casos, los tres son hoy perros felices en hogares que los tratan con amor", relata.
Duke, el guerrero

Salvo mantener limpia la zona de su nariz, Duke hace una vida normal.
La conversación fue derivando hacia Duke. "Fue tal el impacto de la foto que vimos que de inmediato llamamos y coordinamos con el ángel que lo trajo a la veterinaria en donde nosotros lo esperábamos", recuerda Mary.
Del por qué se mediatizó su caso, nadie tiene la respuesta. Pudiese ser por la coyuntura de la ley de maltrato animal que calentaba (y todavía hoy) la Asamblea Legislativa. O también pudiese ser que la lucha de Duke por su vida demostró que con amor siempre hay esperanza.
"Creemos que el nivel de crueldad que se vio en una sola foto decía más que mil palabras; la atrocidad que vivió Duke hizo que se movieran las masas y su caso se hiciera viral", nos relata.
Hoy Duke es un perrito feliz. Tras dos cirugías que le salvaron la vida, está 100% recuperado.
--> "Siempre hay que tener cuidado de mantener limpia la zona de su nariz pero aparte de eso, Duke hace su vida normal. Él tiene una mamá humana que lo adora y cuida, muchas tías que lo amamos, tiene varios perros y gatos, con los cuales juega todo el día", añade Mary.
Como parte de su vida diaria, visita kínderes, escuelas y colegios en donde se dan charlas a las futuras generaciones sobre la tenencia responsable de mascotas.
Y como si esto fuera poco, Duke tiene su propia página oficial de Facebook (Duke el guerrero), en donde se registran todas sus aventuras.

Duke posa junto a sus rescatistas de la Asociación Vida Animal. Se ha vuelto el mejor embajador de su propia causa.