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2026 iniciará con desafíos para avanzar en la consolidación fiscal

Por Alexánder Ramírez | 18 de Dic. 2025 | 10:39 am

Ministerio de Hacienda. (CRH).

Costa Rica iniciará el 2026 con un panorama fiscal que combina señales de avance y advertencias, según un análisis realizado por el Grupo Financiero Mercado de Valores.

El gasto público se mantiene controlado y la razón deuda/PIB continúa por debajo del 60 %, lo que permite un escenario menos restrictivo de la regla fiscal, pero los ingresos tributarios avanzan con menor fuerza, pues apenas crecieron un poco más del 2 % acumulado a septiembre, en comparación con el mismo período del año pasado.

Para Mercado de Valores, la desaceleración en la recaudación tributaria evidencia que los efectos de la reforma fiscal de 2018 se agotaron, mientras que la fatiga fiscal reduce el dinamismo en el pago de impuestos.

Estos factores limitan la capacidad del Gobierno para sostener el ritmo de consolidación alcanzado en los últimos años.

Según Pablo González, Gestor Junior de Portafolios de Mercado de Valores, la tendencia de los ingresos públicos plantea retos.

Tras el repunte de 2021, debido a la reforma fiscal, las tasas de crecimiento se han debilitado y en 2024 la apreciación del tipo de cambio redujo las utilidades empresariales, afectando la recaudación del impuesto sobre la renta.

Como la mayor parte de los ingresos proviene del Régimen Definitivo (RD) —que crece menos que el PIB nominal—, la recaudación ya no avanza al ritmo de la economía en su conjunto. Esto obliga al Gobierno a reforzar la modernización tributaria y la lucha contra la evasión.

En cuanto al gasto, el Gobierno entrará al 2026 con un mayor margen gracias a que la razón deuda/PIB se ubicó por debajo del 60 % en 2024, condición que se mantendría para 2027.

No obstante, el experto advierte que ese espacio debe administrarse con prudencia, pues el gasto corriente sigue siendo rígido y la inversión pública continúa en niveles bajos.

La sostenibilidad fiscal para 2026 dependerá de mantener un balance primario positivo, es decir, que los ingresos del Gobierno sigan superando sus gastos, sin contabilizar el pago de intereses de la deuda.

Actualmente, este indicador se ubica en 1,3 % del PIB, aunque muestra una tendencia a la baja, debido a que el gasto crece más rápido que los ingresos. Conservarlo en números positivos será clave para sostener la reducción de la deuda y evitar nuevas presiones sobre las finanzas públicas.

A este panorama se suman riesgos que deben vigilarse, especialmente los movimientos del tipo de cambio. Una devaluación del colón frente al dólar podría aumentar el valor en colones de la deuda externa y elevar nuevamente la razón deuda/PIB. Por ejemplo, una devaluación apenas superior al 5 % llevaría este indicador por encima del límite superior del escenario C de la regla fiscal, el más restrictivo.

También una desaceleración en las exportaciones afectaría el crecimiento del PIB, lo que presionaría ese indicador desde el lado del denominador.

"El reto para 2026 será mantener la disciplina a pesar del mayor margen de gasto. Un balance primario robusto es indispensable para evitar retrocesos; a su vez, la distribución del presupuesto debe atender algunas tareas del Estado que se han desatendido en los últimos años, es decir, que se materialice la mejora fiscal en programas más plausibles para la población", afirmó González.

En financiamiento, el Ministerio de Hacienda ha incorporado alternativas como las emisiones de deuda en euros con participación de inversionistas extranjeros, lo que amplía las fuentes disponibles para gestionar vencimientos y reducir tensiones sobre la deuda. Aun así, abaratar su costo promedio continúa siendo un desafío en un entorno de tasas relativamente elevadas.

Avanzar en 2026 exigirá fortalecer los ingresos, mejorar la calidad del gasto y anticipar riesgos. La interacción de estas variables será determinante para preservar la estabilidad fiscal sin comprometer los avances de los últimos años.

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