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Bonos cero cupón: el “espejismo” que el gobierno quiere usar para patear la bola de la deuda

Medida no resuelve problema, únicamente le da oxígeno al gobierno para tener más flujo de caja

Por Luis Valverde | 26 de Nov. 2020 | 12:04 am

(CRHoy.com) La mesa de diálogo promovida por el gobierno del Partido Acción Ciudadana (PAC) no solo generó propuestas insuficientes para atender la agobiante crisis fiscal que atraviesa el país, sino que además, las ideas planteadas no ayudan a solucionar el problema de manera estructural, y más bien lo alargan en el tiempo, heredándolo a administraciones futuras.

Una de las ideas planteadas por la mesa que más claro reflejan esta situación es el instrumento de los bonos cero cupón.

De acuerdo con la propuesta, el Ministerio de Hacienda emitiría bonos cero cupón en 2022 para generar un "ahorro" del menos 0,20% del Producto Interno Bruto (PIB), lo que equivale alrededor de ₡64 mil millones.

Esto indica el acuerdo de la mesa de diálogo respecto al tema:

Que el Ministerio de Hacienda emita una nueva serie de bonos fiscales cero cupón ampliando el plazo del actual año a períodos hasta de 10 años, hoy estos bonos no existen. Este mecanismo será consultado a la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) y a todas las instituciones administradoras de los fondos de pensiones del país. La naturaleza de cero cupón de estos bonos permite que el flujo de caja de la Tesorería Nacional se reduzca de manera significativa.

Según la propuesta, Hacienda "evitará" el pago de unos ₡64 mil millones que corresponden al 5% del total de intereses que se deben pagar en 2022. La medida únicamente pateará la bola para adelante, generando incluso un costo nominal mucho mayor para los gobiernos venideros.

Edgar Robles, economista y exsuperintendente de Pensiones, calificó la medida como un "espejismo financiero", un "truco" que en nada resuelve el creciente problema de la deuda, pues lo que hace es pasar a futuro el pago de intereses.

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Elio Rojas, economista, coincidió con la visión de Robles, al señalar que se trata de un mecanismo para patear la bola hacia adelante.

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¿Cómo funcionan estos bonos?

Para comprenderlo es necesario repasar las diferencias que existen con los bonos estándar con los cuales el gobierno tiende a financiarse.

Un bono estándar obliga al gobierno a pagar cada año un monto de intereses al inversionista y al final de su vencimiento paga su valor. Es como si en la deuda de una persona por algún electrodoméstico tuviera que pagar mes a mes solo por los intereses, sin amortizar al principal,  y cuando se vence el plazo del contrato es cuando paga todo el principal.

En cambio, en un bono cero cupón el gobierno no tiene que pagar intereses. En su lugar, al final del vencimiento para el valor del bono más un premio.

Veamos este ejemplo a partir de un bono ficticio por un valor de ₡1 millón a una tasa del 6% a tres años plazo o un rendimiento del 6% en el caso del cero cupón.

Si la emisión fuese estándar, el gobierno tendría que pagar el equivalente a ₡30 mil de intereses para al final del periodo pagar  ₡1.030.000 correspondiente a los intereses de ese año y el vencimiento. Al final del periodo el bono tendría un costo nominal para el Estado de ₡180 mil; este es el monto por encima del valor inicial; o sea, la ganancia del inversionista.

Si en cambio el gobierno emitiera un bono cero cupón por el mismo millón de colones, se gana cinco periodos sin tener que pagar intereses, pero trasladará el total de la deuda para el final. El costo nominal sería de ₡191 mil por encima del millón inicial, por lo que el Estado terminaría pagando un costo nominal mayor.

El cálculo fue realizado por el economista Elio Rojas, quien además cuestionó que si la intención del gobierno es reducir la carga financiera, "el cero cupón no ayuda en nada".
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En vez de solucionar el problema o generar un cambio estructural, el bono cero cupón únicamente le da oxígeno al gobierno para tener asegurado su flujo de caja. El problema, quedará para futuros gobiernos.

El gobierno enfrenta una agobiante situación fiscal para los próximos años que solo en 2021 representará un déficit del 8,8% del PIB, lo que equivale a unos $5.200 millones.

Varios especialistas económicos han pujado para que el gobierno realice una reingeniería de la deuda interna del país que involucre alargar plazos pero evitando generar una bola de nieve a futuro.

El problema es que las soluciones planteadas o dadas a conocer hasta ahora no reducen en casi nada los vencimientos.

La segunda herramienta que surgió de la mesa de diálogo es el canje de deuda cara por deuda barata, lo cual también tiene un tope del 0,20% del PIB a partir del 2021.

El monto, cercano a los ₡64 mil millones, está muy lejos de los más de ₡2 billones en vencimientos proyectados para 2021, y un monto ligeramente inferior para 2022.

Para este año, la deuda pública del país superará el 70% del PIB; esto es casi nueve años de presupuestos para la educación.

Si no se dan propuestas reales para reducir el déficit fiscal, este nivel de endeudamiento seguirá creciendo de manera descontrolada, ahogando cada vez más los presupuestos estatales.

 

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