Dos meses de pandemia pasan cara factura al Estado
Algunos ingresos reportaron caídas de hasta un 60%

En dos meses de crisis, la caída por impuesto a bebidas alcohólicas fue de un 23%. Foto CRHoy
(CRHoy.com) Los primeros dos meses de pandemia han significado para el Estado costarricense una caída en la recaudación tributaria de casi ₡60 mil millones, un 7,3% menos en el acumulado.
El dato representa la suma de lo recaudado en marzo y abril de 2019 comparado con los mismos meses de este año. Solo en abril la caída había sido de un 23% como lo había anunciado ya el Ministerio de Hacienda la semana anterior.
La pandemia fue declarada formalmente por la Organización Mundial de la Salud desde el 11 de marzo. Unos días antes – el 6 de marzo- Costa Rica había reportado el primer caso por lo que prácticamente una semana después se comenzaron a anunciar medidas restrictivas y de confinamiento.
Si bien abril fue el mes más fuerte en cuanto al golpe a las finanzas estatales, los efectos comenzaron a sentirse a mitad de marzo con cierta importancia.
Con base en las cifras oficiales de Hacienda, CRHoy realizó un análisis de lo ocurrido en ambos meses, y los comparó con el mismo periodo de hace un año. De un total de 17 grupos de impuestos, solo cuatro reportaron una mejora y el resto reducciones que van desde el -8% al -62%.
Grupos de impuestos muy importantes por su peso, como por ejemplo en consumo, importaciones y otros como el único a los combustibles, bebidas alcohólicas y no alcohólicas, registraron notorias variaciones negativas.
Los tributos en donde se mejoró fueron los de ingresos y utilidades, el cual fue empujado especialmente por una mayor recaudación del impuesto a las personas jurídicas (21% más).
El impuesto a la propiedad también registró una mejora del 4%, impulsado por los ingresos de sociedades anónimas y propiedad de vehículos.
En donde hubo mejor desempeño fue en impuestos a exportaciones y timbres fiscales
Estas variaciones representan al final de cuentas menos recursos para que el Estado pueda atender sus gastos.
Mientras el impuesto por ingresos y utilidades apenas mejoró en su recaudación en unos ₡5.649 millones, el de ventas cayó en unos ₡18.588 millones; es decir, 3,2 veces lo que representó la mejora en ingresos y utilidades.
El impuesto de ventas, ahora rebautizado como impuesto al valor agregado (pero aún catalogado en los informes estadísticos de Hacienda como "ventas"), ha venido a representar la joya de la corona para el Estado costarricense, debido a que a partir de su vigencia en diciembre de 2018 ha venido a representar una de las mayores inyecciones de recursos crecientes a las finanzas estatales.
Esta caída concuerda con lo ocurrido en el impuesto al consumo, que reporta unos ₡16.872 millones menos en ambos meses de pandemia, en relación con el mismo periodo del año pasado, en donde el principal golpe es por consumo en Aduanas. También el impuesto por importaciones cayó en unos ₡8 mil millones, evidenciando las consecuencias de las medidas restrictivas en las compras provenientes del extranjero.
En el resto de impuestos han sufrido notorias caídas ingresos por la venta de bebidas alcohólicas por el orden de unos ₡1.736 millones y bebidas no alcohólicas por unos ₡1.204 millones, ambas muy acorde con los cierres aplicados en bares y restaurantes.
Los derechos de salida del territorio nacional, que cayó en unos ₡6.722 millones, correspondiente con el cierre de fronteras y del turismo en general, y el impuesto único a los combustibles, que debido a las medidas de confinamiento y restricción vehicular cayó en unos ₡8.845 millones en ambos meses.
En medio de este escenario, el gobierno ha pensado en ampliar la base tributaria y funcionarios como el presidente del Banco Central Rodrigo Cubero, se han manifestado en favor de incrementar tributos como el IVA de un 12% a un 15%.
Otros más bien promulgan la eliminación de ciertas exoneraciones.
En ese sentido, en la Asamblea Legislativa hay diputados como Welmer Ramos que cuestionan la existencia de los incentivos a las zonas francas.
Las zonas francas están exoneradas de ciertos tributos, como por ejemplo sobre la importación de materia prima y derechos consulares, maquinaria y equipos, impuestos sobre el capital, ventas y consumo, entre otros.
Estas son exenciones que según la ministra de Comercio Exterior, Dyalá Jiménez, deben mantenerse, en especial porque el país compite con otras naciones que otorga los mismos incentivos o incluso otros más, y porque la inversión de esas firmas está aparejada a una obligación de encadenamiento y en especial de generación de empleos.
Así lo afirmó este martes la funcionaria.

Otros tributos como el de exportaciones acumulan una ligera mejora; la cual es explicada por el rezago de un marzo y un primer trimestre que fue relativamente bueno.
Según Jiménez, las exportaciones en general cayeron solo en abril en un 11%, generando una afectación inicial en productos como el pescado (de venta especialmente en Estados Unidos), y productos agrícolas como frutas, y flores.
"El primer impacto se ve en abril con una caída del 11% en exportación de bienes y ha ahí se empieza a ver… va a ser en el segundo semestre, principios de julio, que podamos ver y publicar y vamos a ver definitivamente el impacto (en exportaciones)", aseveró.