¿Quién gana y quién pierde con la caída del precio del dólar?
Empresarios del turismo y exportadores entre los más afectados
La disminución del precio del dólar favorece a unos y perjudica a otros a la vez.
Afecta negativamente las operaciones, planes de inversión y competitividad de empresas que dependen del turismo y negocios relacionados con esa actividad y de productores y exportadores, entre otros. Pero también beneficia a importadores de bienes.
Si se analiza desde el punto de vista de los deudores en dólares, les favorece porque el costo del crédito se ha abaratado, pero indirectamente perjudica a quienes tienen deudas en colones.
Representantes de cámaras empresariales y de sectores productivos, así como economistas hacen sus valoraciones sobre las implicaciones de la disminución del tipo de cambio registrada desde el año pasado.
Ganadores
Más allá del impacto negativo que la disminución del valor de la moneda extranjera ha tenido para algunos sectores, hay otros que han ganado.
José Antonio Salas, presidente de la Cámara de Comercio Exterior de Costa Rica y de Representantes de Casas Extranjeras (Crecex), reconoció que la depreciación del dólar ha beneficiado a algunos importadores, aunque demandó mayor claridad sobre la estabilidad del tipo de cambio.
Explicó que si el tipo de cambio muestra estabilidad, ya sea con valores bajos, como los de ahora, o altos, los empresarios pueden hacer sus proyecciones y presupuestos con mayor certeza.
Con respecto a los importadores, aclaró que se debe tomar en cuenta que hay algunos de ellos que importan en dólares y venden en esa misma moneda en el mercado local. Para ellos, un tipo de cambio a la baja o al alza, podría ser indiferente porque así como compran, así venden.
Hay otros importadores a quienes la disminución del tipo de cambio les ha favorecido porque el costo de los productos adquiridos en el exterior es menor, lo mismo pasa con el costo de las importaciones propiamente que incluye fletes o servicios de importación tasados en dólares.
Evidentemente, al estar más bajo el tipo de cambio, pues menos son los costos y entonces ahí tienen una mejoría, pero depende del importador, si el importador también vende en dólares, pues ahí no hay mucho que le beneficie o le perjudique.
Luis Vargas, economista del Colegio de Ciencias Económicas de Costa Rica (CCECR), dijo que es posible que sectores dependientes de las importaciones hayan tenido aumentos en sus márgenes de utilidad.
¿Qué pasa con los deudores?
La caída del precio del dólar también ha beneficiado a quienes tienen deudas pactadas en esa moneda y generan colones, explicó el economista Ronulfo Jiménez. Esto, porque el costo del crédito en dólares se ha abaratado.
Pero dijo que indirectamente también han resultado perjudicados los deudores en colones. ¿Cuál es la razón?
Porque para mantener este tipo de cambio bajo el Banco Central ha mantenido tasas de interés en colones altas y entonces los deudores en colones no han podido beneficiarse de una caída sustancial de las tasas de interés.
Perdedores
Exportadores y quienes dependen del turismo destacan entre los perdedores con la caída abrupta del tipo de cambio.
La apreciación del colón ha provocado una pérdida neta en el valor exportado en colones de 6,7% hasta el momento, según datos recientes del Colegio de Ciencias Económicas de Costa Rica.
La apreciación de la moneda local significa que cada dólar exportado se traduce en menos colones, lo cual se asocia con menores márgenes de utilidad en materia de exportaciones de bienes y servicios.
Vargas, economista del CCECR, explicó que tras considerar la evolución de los precios al productor y la apreciación del colón, el resultado es una potencial pérdida neta en el valor exportado en colones de -6,7%.
A manera de ejemplo, mencionó que si se hubiera mantenido el valor del tipo de cambio al cierre de 2022 (¢592 por dólar), el valor exportado de bienes y servicios en colones sería 9,6% y 6,4% superiores, respectivamente
En el caso del turismo, Bary Roberts, vocero del Movimiento Turismo por Costa Rica, dijo que la apreciación del colón ha generado una afectación seria sobre la actividad turística en dos dimensiones.
La primera es en la rentabilidad y productividad de las empresas que dependen del turismo. Explicó que las tarifas que rigen en la industria turística se establecen en dólares con uno o dos años de anticipación y no se pueden modificar una vez que se han acordado los contratos.
Hicimos las ofertas cuando el dólar estaba en ¢680, ¢660 y ahora estamos recibiendo ¢510. Es un bajonazo de más de un 25%, sin que haya ningún incremento en las tarifas. Eso significa menos ingresos, significa más gastos porque entonces el personal lo estamos teniendo que pagar en colones, la cuota de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) es en colones, la electricidad y el agua, que nos siguen subiendo, es en colones, los impuestos son en colones. El costo se nos ha incrementado en los últimos cuatro años más de un 20% para poder hacer el negocio.
La segunda dimensión que se debe considerar es a nivel internacional. La depreciación del dólar estimula que el tico viaje más al exterior, en vez de los destinos locales.
Del año pasado a este, se incrementó en más de $400 millones el gasto del tico hacia afuera, lo cual significa que de los dólares que entran ya hay $400 millones menos porque los ticos se los llevaron para gastarlo en otro lado. Pero así como es para los ticos, igual es para los extranjeros. Costa Rica se ha vuelto muy cara. Les está tomando más dólares para comprar el mismo refresco, el mismo casado, para visitar el mismo parque, están teniendo que pagar un 30% más de dólares para lograrlo.
A ello sumó que la merma en el crecimiento de la actividad turística incide sobre el empleo.
Vargas, por su parte, recordó que las empresas que perciben ingresos en dólares y que enfrentan gastos en colones pueden ser las más afectadas, dado que sus ingresos se convierten en menos colones, mientras que sus gastos aumentan o se mantienen.
Mencionó que las empresas de sectores como el agrícola, la industria alimentaria o manufactura que se dedican a la exportación, así como las empresas de turismo, son las que enfrentan típicamente ese riesgo cambiario y, por tanto, serían las más golpeadas por la apreciación del colón y, dependiendo de la afectación, podrían haber optado por reducir su planilla.