Edad, diabetes e hipertensión, aumentan riesgo de sufrir silenciosa enfermedad cardiovascular
Puede generar que la sangre se estanque y se convierta en coágulos, que generalmente van al cerebro
La fibrilación auricular se trata de una arritmia cardiaca muy común a nivel clínico. Se caracteriza por latidos desorganizados, que producen un ritmo cardiaco rápido e irregular.
La edad y enfermedades crónicas como la hipertensión y la diabetes, aumentan el riesgo de sufrir el mal, que puede desembocar en cuadros clínicos más serios.
Luis Fernando Valerio, presidente de la Asociación Costarricense de Cardiología, explicó que esta es una complicación que puede presentarse con una gran variedad de enfermedades adicionales.
Se puede sufrir de manera silenciosa, pues no genera síntomas. Pero también se puede manifestar de manera súbita y con síntomas bastante marcados e incapacitantes, que interrumpen la actividad diaria.
Este es un problema creciente de salud pública y se considera una de las epidemias cardiovasculares crecientes del siglo XXI. Su presencia aumenta con la edad; mientras que en las personas en general su prevalencia es hasta en un 1%, en los mayores de 80 años la prevalencia es de hasta un 8%.
En los últimos 20 años las hospitalizaciones por Sta causa, aumentaron en un 66%.
Estancamiento de la sangre
Según el Dr. Valerio la fibrilación auricular aumenta el riesgo de sufrir accidentes cerebrovasculares. Esta genera en las aurículas del corazón, que sufren de una vibración que puede generar tres principales complicaciones:
Mayoría de pacientes no saben que lo padecen.
El corazón se va a acelerar, por lo que los pacientes dicen que se sienten agitados, que sienten mareos, debilidad, inestabilidad y pueden llegar a sufrir desmayos.
Las aurículas hacen que la sangre se estanque, y la sangre que no se mueve, tiende a coagularse. Esto genera que se formen coágulos pequeños que pueden tener tamaños como el de la cabeza de un alfiler. No suponen ningún riesgo siempre y cuando se queden en las aurículas,el problema es cuando el corazón los bombea y se van hacia distintas partes del cuerpo (brazos, piernas, dedos o a la cabeza).
Factores de riesgo
Además del envejecimiento, hay otros factores de riesgo de desarrollar esta complicación.
De acuerdo con el cardiólogo, entre ellos podemos mencionar la hipertensión, insuficiencia cardiaca asintomática, cardiopatía congénitas, la obesidad, la diabetes, la apnea del sueño y la enfermedad renal crónica, entre otros.
Algunos pacientes necesitan de fármacos que intentan controlar la frecuencia cardiaca, en caso de que se den coágulos necesitan un tratamiento anticoagulante.