El bullying que sufrió de niño lo impulsó a ser -literalmente- más fuerte
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(CRHoy.com) Diego Salazar es ejemplo de perseverancia y constancia. Hoy en día es campeón nacional de fisicoculturismo, en peso mayor a los 85 kilos. Hasta aquí suena sencillo… Pero lo cierto es que Diego tuvo que superar una serie de obstáculos para llegar a este punto.
Salazar es oriundo de Turrialba, donde realizó sus estudios de escuela y bachillerato. En aquel tiempo, pesaba 59 kilos y sus compañeros le hacían bullying por flaco. "Me hacían sentir muy inseguro de mi mismo al ser tan delgado; me pegaban chicles en la cabeza, me empujaban y me agredían… Tal vez me veían como a alguien débil… ", recordó Diego. Pero eso, en lugar de derrotarlo, lo impulsó a plantearse metas y luchar por ellas; a fortalecer su mente y su cuerpo. En ese instante todo cambió y dio un giro de 180° a su vida. Decidió inclinarse por el entrenamiento físico con el objetivo de dejar de lado el acoso que sufría por su físico. Ese fue solo el inicio.
En 2003, Diego recibió un fuerte golpe cuando su papá falleció repentinamente. Eso lo obligó a buscar la forma de generar ingresos para mantener a sus familiares. En Turrialba, según narra, no sobraban las fuentes de empleo y él tenía un objetivo claro: ser entrenador físico y nutricionista.
"Yo empecé en esto de los gimnasios en el año 2002, de manera empírica. Para el año siguiente, en el 2003, falleció mi papá… Tenía que ayudar a mi mamá en la parte económica, lo hice estando en Turrialba y actualmente lo hago desde San José. En ese año empecé como entrenador en el Centro Agronómico Tropical de Investigación y Enseñanza (Catie), en Turrialba… Allí me daban el gimnasio gratis. En ese momento fue creciendo el gusto por esto del ejercicio…". Pero después Diego buscó otros empleos y trabajó en un sin fin de cosas que lo llevaron hasta Guanacaste y pensó que su faceta como entrenador había quedado atrás.
"En el colegio pesaba 59 kilos… entonces fui trabajando el aspecto de seguridad porque los demás me veían como alguien débil… En el 2004 salí del colegio… Después tuve diversos oficios para llevar el sustento a la casa; fui bartender y salonero, por 4 años en Tamarindo (Guanacaste). Luego me salió una oportunidad de regresar de nuevo al Catie…"
Pero solo los ríos no se devuelven y el Catie le ofreció de nuevo una oportunidad. En 2008, uno de los encargados del gimnasio de ese centro le dijo: "Diego, ¿por qué no entrena a ese muchacho? Usted puede"… Esas fueron las palabras mágicas que lo impulsaron a ingresar de nuevo en el mundo del ejercicio y la salud. De hecho ese año participó en la primera competencia fisicoculturismo, en la categoría de 65 a 79 kilogramos. Lo demás es historia… hasta que el pasado 18 de agosto se arriesgó -de nuevo- a participar en un concurso con una fundación mexicana denominada Wabbe, donde resultó campeón de la categoría de más de 85 kilos.
Hoy, a sus 33 años, reconoce el valor de la humildad, del sacrificio, de la disciplina y el trabajo fuerte. El bullying solo lo impulsó a ser más fuerte. "Aprovecho para decirle a las personas que los sueños se hacen realidad, uno debe luchar por ellos… para mí es lo máximo ir a representar a Costa Rica en noviembre próximo, en México. El nivel de satisfacción que tengo es muy alto. Luché y cada uno de mis logros son producto del esfuerzo", aseguró.
Diego es graduado de los cursos libres de entrenador físico de la Universidad Nacional y estudia Nutrición. Como parte de sus metas y proyectos planea establecer un gimnasio para motivar a las personas a buscar una vida saludable. Además, dará talleres sobre buena alimentación, vida sana y el complemento entre el ejercicio y la dieta.
Si usted desea seguir la carrera de Diego puede HACER CLIC AQUÍ.