El drama de las obras inconclusas en Puntarenas
No sé si esto se llama "desvestir un santo para vestir otro", o peor aún, quedarse con todos los santos desnudos. Lo cierto es que lo que hoy vivimos era una crónica de una muerte anunciada. En el año 2023, el gobierno del presidente Rodrigo Chaves tomó la decisión de trasladar $100 millones del proyecto de ampliación de la Ruta 1, en el tramo Limonal–Barranca, con el objetivo de completar los fondos que le hacían falta al gobierno para avanzar con la carretera a San Carlos.
¿Qué pasó? Se quedó botado el proyecto Limonal–Barranca. Luego, también se presentaron nuevas dificultades en la carretera a San Carlos. Y para colmo, parte de esos recursos fueron trasladados a otro proyecto más: Ciudad Gobierno. O sea, se movió la plata de un lado al otro… y al final ninguno de los proyectos se concluyó.
Y no, esto no es una crítica politiquera. Lo digo con claridad: yo no voté por este gobierno, y no creo en muchas de sus decisiones, pero sí tengo claro que es el Gobiernos de todos los costarricenses, y lo que hace o deja de hacer nos afecta a todos.
Para nosotros, los porteños, esta decisión fue especialmente dura, porque en ese mismo tramo de la Ruta 1 estaba también incluido el financiamiento para la ampliación completa de La Angostura, esa vía que todos sabemos es la puerta de entrada y salida a Puntarenas. Hoy tenemos un proyecto a medio hacer, con poco más de un kilómetro pendiente, cuando se prometió que en 2024 se retomarían las obras. Y hasta hoy, nada.
Esto no solo afecta a Puntarenas. También golpea a Monteverde, Montes de Oro, y todo Guanacaste. ¿Cuántas veces nos hemos quedado horas en presa por un choque? ¿Cuántas veces hemos sufrido por las inundaciones entre Naranjo y Cuatro Cruces, o por el estado lamentable de los puentes del Río Seco? ¿Y qué decir de los cruces elevados inconclusos de Sardinal, Chomes y todas las vigas de puentes tiradas esperando una obra que no llega?
Con todo respeto, pero esto refleja la falta de planificación y visión de una administración que no ha podido concluir ni los proyectos que recibió con financiamiento y avance.
Repito, esta no es una queja por politiquería, es un llamado a la reflexión y a la acción. A quienes creen en este gobierno, a quienes tienen cercanía con los jerarcas, a las diputaciones, a las fuerzas vivas del país, cerremos filas por Puntarenas. No es justo que sigamos quedando relegados mientras se juega con nuestras esperanzas de desarrollo.
Ojalá, en la próxima visita del señor Presidente y su Consejo de Gobierno, en septiembre, no venga solo con discursos o promesas. Ojalá venga con la noticia de que se ha restituido el financiamiento para esta obra y que antes de que termine esta administración se reinicien tanto los trabajos en el tramo Limonal–Barranca como la culminación de La Angostura.
Puntarenas no merece quedar de último. Puntarenas también es Costa Rica. Y los porteños merecemos hechos, no excusas