El impacto de las redes sociales en la juventud de Costa Rica: Entre la conexión y la adicción
¿Alguna vez te has detenido a pensar en el papel omnipresente que los celulares juegan en la vida de nuestros jóvenes? A medida que se acerca el inicio de clases, es un momento oportuno para reflexionar sobre este compañero constante de nuestros niños y adolescentes: el celular.
Una mirada a los datos
Según revela la II Encuesta Kids Online, llevada a cabo por el Instituto de Investigaciones Psicológicas y la Fundación Paniamor, la edad promedio en la que un niño recibe su primer celular es a los 9 años. Sorprendentemente, alrededor de 7 a 8 de cada 10 niños, o el 73.9%, navegan en internet desde sus móviles. Hootsuite, una plataforma global de estadísticas, nos dice que en Costa Rica, 3.1 millones de personas utilizan Facebook y 2.5 millones Instagram, destacando la presencia fuerte de estas plataformas en la vida cotidiana.
Las redes sociales a examen
Una demanda reciente en Estados Unidos contra Meta ha sacado a la luz preocupaciones significativas. Se alega que Meta ha moldeado las realidades psicológicas y sociales de una generación entera, empleando tecnologías avanzadas para captar, involucrar y, finalmente, atrapar a los jóvenes y adolescentes en sus plataformas, todo por beneficio económico. La demanda critica cómo Meta ha diseñado funciones de plataforma que manipulan psicológicamente para maximizar el tiempo que los jóvenes pasan en línea. Es decir están construidas con ese propósito: capturar la atención de los muchachos y muchachas.
Observando las consecuencias
Miremos a nuestro alrededor: niños y adolescentes, absortos en sus pantallas, ajenos al mundo. Como bien señala Jessica Holzbauer, trabajadora social clínica del Instituto Huntsman de Salud Mental, nuestros smartphones están diseñados para ser adictivos, recompensándonos con cada notificación, cada "me gusta", como si de una droga se tratara.
Las redes sociales han sabido cómo seducir a los más vulnerables con sus "caramelos" digitales, capturando su atención de manera incesante y cada vez quieren más. Sin embargo, es crucial no demonizar la tecnología sino comprender su impacto y cómo gestionarlo. Porque no cabe duda que la forma en que interactúan actualmente es digital y por su celular.
Hacia un futuro consciente y equilibrado
Es esencial que como sociedad, tomemos cartas en el asunto. Los padres y tutores deben ser más que meros observadores pasivos; es imperativo involucrarse activamente en la vida digital de sus hijos. Los educadores tienen la responsabilidad de integrar la educación digital en el currículo, preparando a los estudiantes para navegar en este mundo conectado de manera responsable. Se les deben dar las capacidades digitales para que se comprenda en su totalidad lo que está sucediéndoles. Asimismo, los proveedores de servicios deben comprometerse a ofrecer contenidos adecuados y constructivos para nuestros jóvenes.
Conclusión
Nos encontramos en un punto crítico respecto al impacto de las redes sociales y la tecnología móvil en nuestros jóvenes. Es un desafío colectivo que requiere una respuesta colectiva, donde cada uno de nosotros tiene un papel que desempeñar. La meta es fomentar un uso de la tecnología que sea saludable, enriquecedor y consciente, evitando las trampas de la adicción y el aislamiento. No hacerlo, tiene consecuencias impensables para la vida de nuestros jóvenes.
Sugerencias de seguimiento
- Reflexionar sobre la relación personal y familiar con la tecnología: Considerar cómo la tecnología afecta las interacciones cotidianas y buscar maneras de equilibrar su uso.
- Investigar más sobre educación digital: Buscar recursos y estrategias para promover un uso saludable de la tecnología entre los jóvenes.
- Promover discusiones abiertas sobre el tema: Iniciar conversaciones con jóvenes, padres y educadores sobre los beneficios y riesgos de las redes sociales y la tecnología móvil, fomentando un diálogo constructivo.