El lenguaje de los dinosaurios
No es mi intención ofender a ningún animal con este artículo. Los dinosaurios primigenios se extinguieron a partir de la caída de un meteorito de gran tamaño (de aproximadamente 15 kilómetros de ancho), en una zona que ahora conocemos como cráter de Chicxulub, en Yucatán, México. Sin embargo, y contrario a lo que se cree, no fue el impacto en sí lo que los acabó de forma inmediata, sino que se desencadenó una serie de eventos sísmicos y vulcanológicos concomitantes, que, pusieron a la atmosfera terrestre en condiciones de calor extremo que hizo que se rompiera la cadena alimenticia del planeta. Si a ello le agregamos el tsunami generado por la caída del meteorito y la inmensa nube de ceniza que oscureció el cielo, ello acabó con muchas especies de plantas y animales que conformaban ese delicado equilibrio natural que aún persiste.
Toda la rama de las aves procede evolutivamente de los saurópsidos, la misma que el resto de dinosaurios, reptiles y cocodrilos. Sólo ciertas especies sobrevivieron al cataclismo, pero enormes grupos de dinosaurios perecieron, es decir, esa es la "extinción masiva" de la que hablamos. Recientes investigaciones han mostrado un dato muy peculiar, si el meteorito hubiera caído en otro sitio, probablemente la historia podría haber sido distinta. La gran roca cayó sobre un mar superficial, con una gran concentración de hidrocarburos y azufre. La combinación de estas circunstancias formó un denso hollín de aerosoles de sulfato en la estratosfera, una gran capa de ceniza que asfixió y ayudó a que -literalmente- se propagaran incendios globales. Lo curioso es que, en esa época, solo el 13% de la superficie terrestre contaba con la concentración adecuada de las sustancias para producir una hecatombe como esta y generar una reacción en cadena de hollín en el aire, sequía y el enfriamiento por oclusión del sol, causando la muerte paulatina de los dinosaurios. Los pequeños mamíferos supervivientes fueron quienes retomaron la batuta evolutiva y en un punto dado… los grandes primates aparecieron y luego el homo sapiens sapiens.
En tiempos de saturación informativa y noticias no comprobadas, he escuchado a personas (sobre todo jóvenes) conversar sobre los supuestos reptilianos entre nosotros, prefiero reír frente a ellos y les digo que vienen de Chicxulub, que tengan cuidado porque son supervivientes natos. Evidentemente no entienden la broma.
Un poco más en serio, los profesores de la Universidad de Harvard, Steven Levitsky y Daniel Ziblatt, han estudiado comparativamente la democracia como sistema de gobierno. Mientras Ziblatt se ha especializado en Europa, Levitsky se enfoca en Latinoamérica. Desde su enfoque, ambos académicos han analizado el surgimiento, la consolidación y el colapso de las democracias. En el libro ¿cómo mueren las democracias? (enero 2018), estos autores exponen los caminos institucionales a través de los cuales las democracias pueden colapsar. Las democracias no sólo sucumben por golpes militares. De hecho, lo común hoy en día es que la caída de las democracias sea el resultado de un proceso gradual, a veces silencioso, en el cual las propias instituciones de la democracia son empleadas para desmantelarla y así imponer un régimen dictatorial o algo parecido a ello. Las democracias mueren, entonces, en manos de las propias instituciones llamadas a protegerla. Sobre todo, cuando la democracia permite la elección de líderes populistas en las tres franjas de la división de los poderes del Estado. Los cuales, en nombre de la defensa de la democracia tienen como agenda secreta socavarla haciendo uso de sus propios organismos.
Aunque la ciencia actual revela que los rugidos del T Rex pertenecen más al cine que a la realidad, los dinosaurios, al igual que todos los animales, tenían un sistema de comunicación no verbal y con sonidos mucho más pacíficos de lo que nuestro imaginario podría suponer. Entonces, el lenguaje de los dinosaurios aplicado a la actualidad, si le aplicamos antropomorfismos, equivale a susurros, opacidades, murmullos, rumores, cuchicheos, sombras, borrosidades. Al fin y al cabo, los dinosaurios han sido grandes y pequeños en tamaño, pero temibles depredadores de propósito, eficaces en sus objetivos casi siempre y reinaron mucho tiempo en este planeta hasta que el tiempo los extinguió con un meteorito.
Jaime Robleto