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El milagro de Pamela: cáncer, 2 desahucios, infertilidad total y la fuerza de ser madre

Por Rebeca Ballestero | 12 de Jul. 2025 | 8:01 am

Lo que ha vivido Pamela Arguedas es digno de contar. En el 2014, cuando tenía 21 años, le diagnosticaron cáncer y, luego de someterse a todos los procedimientos para curarse, le dieron al peor de las noticias, tenía linfoma de Hodgkin, un tipo de la enfermedad que le ha impuesto grandes retos que ha superado, tras enfrentarse a él durante 11 años.

El linfoma de Hodgkin refractario es una condición en la que el cáncer regresa una y otra vez a pesar de los tratamientos convencionales, incluyendo quimioterapia y radioterapia.

En 2019, la doctora le comunicó que ya no existían tratamientos disponibles para su caso, una noticia que la llevó a ser desahuciada por primera vez. Sin embargo, su historia daría un giro inesperado un año después.

"Quedé embarazada en el 2020, pese a tener un diagnóstico de infertilidad total por la quimio y la radio que había recibido. Para los médicos no parecía posible, pero Dios me mandó a Daniel", relató Pamela.

Según comentó, su embarazo, aunque lleno de temor debido a su delicada condición, culminó con un parto completamente normal el 22 de septiembre de 2020.

Sin embargo; la alegría de ser madre se vio opacada en agosto de 2021 cuando contrajo COVID-19 y fue hospitalizada debido a su condición de alto riesgo. Fue entonces cuando descubrieron un linfoma de aproximadamente 12 centímetros en su pulmón derecho, desconocido hasta ese momento. La noticia fue devastadora: nuevamente desahuciada y con un pronóstico de pocos meses de vida.

"Los doctores me dijeron que ya no había nada qué hacer. El segundo desahucio fue lo más duro porque, como mamá, ya no vivo por mí, sino por mi hijo. Yo, por supuesto, quería verlo crecer, vivir todo lo que una mamá normal desea para su hijo. Recuerdo que le decía a Dios que no podía haberme mandado a mi hijo para luego no poder verlo crecer. Ese día nunca se me va a olvidar; entré en una crisis profunda porque solo pensaba en querer verlo crecer. En ese entonces, él tenía apenas 11 meses."

A pesar de los pronósticos, Pamela luchó para acceder a un costoso tratamiento de inmunoterapia no cubierto inicialmente por la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS). Gracias a un recurso de amparo que ganó, comenzó este tratamiento en noviembre de 2021, el cual ha mejorado significativamente su calidad de vida. Aunque el linfoma no ha desaparecido por completo, la esperanza está intacta.

"La doctora me informó en ese momento que me quedaban aproximadamente cuatro meses de vida y que el tratamiento que necesitaba tardaría entre seis meses y un año en ser aprobado. Ante esa situación, decidí continuar el proceso y enviamos el caso a análisis en farmacoterapia, aunque la Caja rechazó la solicitud. Entonces, interpuse un recurso de amparo, el cual gané, y así pude comenzar el tratamiento en noviembre de 2021. Desde entonces, he estado bajo ese tratamiento que me ha brindado una notable mejoría. Aunque el linfoma aún está presente, la calidad de vida que tengo es muy buena. El objetivo es que este tratamiento me permita vivir bien a largo plazo y, con la ayuda de Dios, que algún día la enfermedad desaparezca por completo".

Pamela destaca el rol fundamental de su esposo, su "talón de apoyo", con quien comenzó una relación un año antes de su diagnóstico. En 2022 lograron casarse y construir su hogar, fortaleciendo así su familia. Su hijo Daniel, que cumplirá cinco años en septiembre, es una fuente constante de alegría y motivación para ella.

 

Además de compartir su experiencia en redes sociales para ayudar a otros pacientes, Pamela destaca un mensaje para la sociedad.

"A mí me gustaría que la gente fuera un poco más agradecida. Muchas veces tenemos salud y no la valoramos ni aprovechamos; cosas tan simples como hacer deporte están al alcance de muchos, pero no lo hacen. Yo no puedo hacerlo, y eso me hace reflexionar. Por eso, siempre he pensado que debemos ser un poco más agradecidos con las pequeñas cosas que la vida nos regala. Creo que, muchas veces, tenemos milagros en casa y ni siquiera los vemos, sobre todo cuando se trata de la salud."

Un detalle tierno que Pamela comparte con cariño es la pasión de su hijo por la Liga Deportiva Alajuelense. Desde muy pequeño, disfruta con emoción cada partido, una pasión que ha viralizado en sus redes sociales y que ha conmovido a muchas personas.

"Ama a la Liga, los ama demasiado. Yo no sabía que un chiquito pudiera disfrutar tanto un partido. Desde que tenía como año y medio ha sido muy fan".

 

Pamela concluyó su relato con una reflexión que resume su espíritu de lucha y esperanza.

"Siempre he vivido con la mentalidad de que la actitud puede hacer la diferencia entre la vida y la muerte, y sea cual sea la situación en la que la gente pase, todo pasa. La actitud hace la diferencia".

Con esta convicción, Pamela continúa enfrentando su enfermedad con valentía y un optimismo que contagia a quienes la conocen.

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