El sabor más dulce de su infancia la convirtió en empresaria

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(CRHoy.com) Basta salir del país de origen por unos días para extrañar algunas costumbres o tradiciones; entre ellas, la comida.

Eso le pasa -desde hace catorce años- a Liza Seifart, quien tras salir de su natal Paraguay y radicarse en nuestro país comenzó a extrañar el dulce sabor del gelato, el tradicional helado que se disfruta en cada esquina de su país. Aunque comía gelato con frecuencia, nunca encontraba uno que tuviera la misma cremosidad y sabor que los de su tierra, así que decidió hacer unos "tan buenos" como aquellos que disfrutó a lo largo de su infancia.

En los gelatos vio su nueva oportunidad de negocio y de tener, en suelo tico, un "pedacito" de sus raíces. Liza es profesional en administración de empresas y  project management, pero en el 2017 se quedó sin trabajo. Ese fue el momento en que empezó a darle forma a la idea de emprender.

Durante un viaje a Italia, probó un gelato que le cambió la vida, la hizo recordar que toda su vida ha compartido los mejores momentos familias alrededor de un gelato; de hecho, la cultura del helado es tan fuerte en Paraguay, que tomar la decisión de cuál sabor o marca comparar ameritaba "toda una reunión" familiar. Así fue como decidió que su nuevo trabajo sería hacer gelatos y alfajores.

Todo iba "viento en popa", pero en la Navidad del 2017, mientras ella, su esposo e hijos, estaban en Paraguay, recibieron una noticia que cambió todos los planes y prioridades. Esteban, su marido, tenía un tumor en el cerebro.

Tras una exitosa operación él se recuperó y Liza volvió a poner sus fuerzas en cumplir su sueño: emprender. Esa palabra no era nada extraña para ella, ya que la familia de su esposo también se dedica a la cocina y a la venta de repostería. En ellos vio el ejemplo, el éxito y el manejo de los difíciles retos que supone tener un negocio propio.

Con energías renovadas se contactó con un maestro heladero que le enseñó todo lo que necesitaba para hacer gelatos y alfajores, tal y como los que saboreaba en su querido Paraguay.

Sus familiares se convirtieron en los catadores de sus productos, y luego la impulsaron a "tirarse al agua" y es así que su negocio  se estrenó en una feria escolar y en tan solo dos días vendió la producción que tenía lista para 4 días.

Ella utiliza solo productos de primera calidad y frescos y ahí está la clave del sabor:  selecciona las mejores frutas y hace "a mano" las pulpas y la crema para los gelatos. Su empresa se llama Manarola, como el pueblo italiano en donde decidió cuál iba a ser su emprendimiento.

Aunque el camino no ha sido fácil, Liza cumple su sueño todos los días y sabe que con cada gelato está reviviendo su infancia y los mejores momentos compartidos con su familia.

Los pedidos se pueden hacer por medio del perfil de Facebook HAGA CLIC EN Manarola Gelato Artigianale o a los números telefónicos: 8835-7865 / 8992 6994.