Él se enfrentó al reto de crear una empresa con el crédito manchado
En el país alrededor de 66 mil personas tienen el crédito manchado
Hace 7 años, Juan Mora tenía un trabajo estable en una entidad bancaria. No tenía dificultades para adquirir un crédito a la hora de sacar un electrodoméstico o pedir un préstamo en una oficina financiera, hasta que cambió de trabajo y dejó de percibir el mismo salario.
Sin embargo, su estilo de vida no cambió y a base de tarjetas de crédito mantuvo un estatus de apariencia que en cualquier momento se derrumbaría. Así fue como llegó a quedar manchado en la Central de Información Crediticia (CIC). Perdió la casa, el carro y el trabajo.
Con ayuda de amigos, Juan volvió a levantarse rápidamente. Consiguió un buen empleo, bienes materiales, pero cuando menos lo esperaba, en el año 2012, fue despedido. Los dueños de la transnacional en la que trabajaba se fueron del país y no asumieron ninguna responsabilidad social y un sin número de deudas quedaron fuera de su capacidad de pago.
"Por los desórdenes que tenía volví a quedar manchado, los bancos no aceptan eso y llegué a un punto en que debía todo. Mi felicidad era la parte económica, tenía que tener dinero, invitar amigos y empecé a endeudarme hasta que se volvió inmanejable", comenta.
Mora arrastró a sus familiares en la bola de nieve que crecía cada vez más. Su mamá perdió un terreno producto de una de sus deudas y él tuvo que ingeniárselas para salir de una depresión. El deporte fue su aliado y sin darse cuenta llegó a perder más de 25 kilos.
Para adquirir bienes, tenían que estar inscritos a nombres de terceros. Su carro, electrodomésticos, prácticamente todo está a nombre de amigos y familiares. No le ha sido fácil y poco a poco ha tratado de ir saliendo de sus deudas pero aún mantiene algunos "monstruos".
"Hay cosas que todavía estoy pagando. Aprendí a tener paz y como empresario tuve que empezar sin una ayuda financiera, Eso es muy difícil, aunque uno se ponga al día ya quedaste manchado y se te niegan opciones laborales y créditos", señala Mora.
Posteriormente Juan probó suerte en el campo de la belleza. Aprendió diferentes conceptos relacionados con productos para el cabello: keratinas, máscaras de color y diferentes tipos de champú y empezó a venderlos.
Empezó a aprender tips por medio de tutoriales de Youtube, luego asistió a seminarios, capacitaciones y surgió como candidato para ser el distribuidor de la empresa Nutihair en el país. Solo hubo un problema: su récord crediticio está manchado, al igual que el de 66 mil costarricenses.
En la empresa le pedían hacer su primera compra de contado, pero para él era imposible. Acceder a un crédito tampoco era una opción. Tuvo que poner el carro que tenía a responder como una prenda valorada en millón y medio de colones. Era el único activo que tenía.
Aunque costó, la negociación dio frutos y en tres meses logró liberar la prenda. Empezó a tocar puertas y ofrecer el producto. Hoy tiene casi 200 clientes en zonas como Puriscal, Orotina, El Roble, San José, Cartago y labora con 5 colaboradores.
"El negocio va a compras de contado, hemos crecido poco a poco y vamos posicionando la marca. En un futuro esperamos llegar a más lugares del país, la idea es buscar más vendedores y crecer", comenta Mora quien le dice a las personas que pasan por una situación similar deben hacer es perdonarse a sí mismos, porque por naturaleza uno se acusa por las malas decisiones.
"Lo que pasó ya pasó. Yo tuve que pedir perdón porque le quedé mal a mucha gente y todavía sigo en el proceso, pero lo más importante es encontrar la paz que Dios me dio, porque lo que es para uno, no se va a ir. Hay que planificar las deudas, tratar de hacer arreglos y mantener la mente ocupada con acciones en busca de las soluciones", comenta Mora de 37 años.
Juan ahora sueña con expandir la empresa y asegura que el hecho de estar manchado más bien le ha dado fuerzas para tratar de salir adelante, porque "sí se puede". Es así como un hombre que no tiene acceso a un crédito ha desarrollado su empresa que este mes ya cumple un año.