En menos de dos años, regresaron a Costa Rica dos enfermedades desaparecidas por décadas
De febrero de 2024 a la fecha se han confirmado casos en el país de dos enfermedades que fueron erradicadas décadas atrás: gusano barrenador y fiebre amarilla.
El gusano barrenador fue erradicado en el año 2000 y el último caso de fiebre amarilla registrado en Costa Rica fue en diciembre de 1952. Pese a esto, ambas enfermedades volvieron a tocar suelo costarricense en los últimos dos años.
Este domingo 12 de octubre se confirmó un caso de fiebre amarilla tras 72 años sin registros oficiales. Se trata de una mujer estadounidense de 29 años que estuvo en la región amazónica de Perú, zona endémica de fiebre amarilla.
Un análisis de 1974 relata cómo se vivió la fiebre amarilla durante los años 50 y revela que en 1951 y 1952 la enfermedad azotó Costa Rica. En julio de 1951 se dio la primera muerte por fiebre amarilla en el Puerto de Limón.
El año 1951 cerró con 157 casos de fiebre amarilla. Así se distribuyeron los enfermos, según el estudio:
La paciente del nuevo caso no contaba con la vacuna y desde 1954 los análisis ya resaltaban la importancia de la inmunización, asegurando que los pacientes sin vacuna eran quienes, en su mayoría, fallecían.
Mariela Marín, viceministra de Salud, explicó que a la mujer no se le solicitó al ingresar a Costa Rica por ser estadounidense.
En el Aeropuerto Juan Santamaría se interpretó que la estadounidense estuvo en Perú en tránsito. Además, desconocían que estuvo en la región amazónica, debido a que el vuelo era proveniente de Lima, una zona urbana donde no se han registrado casos.
Hasta que se detectó el caso, el Ministerio de Salud y la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) conocieron que visitó una región endémica de fiebre amarilla como lo es la región amazónica.
Gusano barrenador
En el año 2000, el Programa Gusano Barrenador – Vigilancia Epidemiológica logró erradicar la Cochliomyia hominivorax (nombre científico del gusano barrenador del ganado) del país.
Rafael Vindas, veterinario de la Universidad Nacional (UNA) y quien participó en la erradicación, explicó el proceso que llevaron a cabo para lograrla.
En julio de 1995 inició el programa oficialmente. Lo que se hizo fue que el 7 de abril de 1996 se comenzó con la dispersión de 70 millones de moscas estériles semanales en el país. De igual manera, se dispersaron las moscas en Estados Unidos, México, Panamá.
Luego, en 1999 el número de moscas se redujo a 10,2 millones semanales y el último vuelo desde una Planta en Nicaragua se dio el 29 de febrero del 2000.
La última muestra positiva de gusano barrenador que se dio durante este proceso fue el 22 de junio de 1999 en la Península de Nicoya y el 4 de octubre del 2000, se declaró a Costa Rica libre del gusano barrenador.
Actualmente, el Ministerio de Salud registra un total de 79 casos de miasis por gusano barrenador en humanos en Costa Rica durante el año 2025.
El comportamiento de la enfermedad muestra un predominio en los hombres, con 53 casos notificados, lo que representa una tasa de 2,0 por cada 100.000 habitantes, mientras que en mujeres se reportaron 26 casos, con una tasa de 1,0 por cada 100.000 habitantes.
Por grupos de edad, los datos indican que la miasis afecta principalmente a personas entre los 20 y 64 años (36 casos) y a adultos mayores de 65 años o más (38 casos). En cuanto a la distribución geográfica, la provincia de Alajuela registra el mayor número de casos (20), seguida por San José con 15.
El análisis comparativo muestra que, hasta la misma fecha en 2024, se habían confirmado 33 casos, lo que refleja un incremento significativo de la enfermedad en 2025, alcanzando 79 confirmaciones en el mismo punto del año.
Las autoridades de salud recordaron la importancia de aplicar medidas preventivas para reducir el riesgo de infección, entre ellas:
- Mantener una adecuada higiene personal y lavado frecuente de manos con agua y jabón.
- Tratar y mantener limpias las lesiones en la piel, siguiendo las recomendaciones médicas.
- Acudir al centro de salud más cercano si se presentan síntomas como dolor, picazón, enrojecimiento, secreción o presencia visible de larvas en la herida.
- Reforzar el cuidado y vigilancia de los animales domésticos, revisando y curando cualquier herida, además de reportar a Senasa la aparición de animales con gusaneras para que reciban atención oportuna.