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Enfermero del Hospital de Alajuela saca sonrisas a pacientes con serenatas en fechas especiales

Por Johan Rojas | 29 de Jun. 2025 | 4:40 am

Gabriel Torres es enfermero del Hospital San Rafael, en Alajuela, desde hace 17 años. Allí combina su otra gran pasión: la música, que utiliza para sacarle una sonrisa a sus pacientes a través de serenatas en fechas especiales. Su objetivo es que disfruten esos momentos de forma distinta, en medio de una situación difícil.

Su gusto por la música nació muchos años atrás, cuando aún estaba en el colegio. Componer dos canciones le abrió la mente y le dio un nuevo propósito a ese talento.

Eso nació cuando tenía 17 años. En una graduación del colegio compuse dos canciones y las canté. Una de ellas era sobre el positivismo, porque en ese tiempo se consideraba que el fracaso podía acabar con la vida en edades tempranas. La canción hablaba de levantarse después de caer. La respuesta de mis compañeros fue muy positiva, incluso me felicitaron. Ahí me di cuenta de que la música podía lograr cosas que no imaginaba.

En el año 2008 fue contratado por la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) para trabajar en el hospital alajuelense. Todo comenzó con la curiosidad de un paciente, que dio pie a lo que hoy es una tradición en el centro médico: sus serenatas en fechas especiales como el Día del Padre, el Día de la Madre y Navidad.

Un día andaba con la guitarra en el hospital y un paciente me preguntó si sabía tocar. Le respondí: ‘Sí, ahí alguillo le hago'. Me pidió que le tocara una canción para alegrarles la tarde, así que les canté varias piezas. Mi supervisora me vio; pensé que me iba a regañar, pero le gustó y me dio permiso para que lo hiciera más seguido.

Al principio, las serenatas eran frecuentes durante varios meses, pero con el paso del tiempo y al iniciar sus estudios de especialización universitaria, su disponibilidad disminuyó. Aun así, decidió concentrar las serenatas en fechas especiales, aunque admite que, si tiene tiempo libre, toma la guitarra y canta algunas canciones.

Una de las principales razones por las que Gabriel canta a los pacientes es porque, según estudios, la música ayuda a reducir la presión arterial en personas hipertensas, las calma y las relaja en medio del trajín hospitalario. Además, ha vivido momentos inolvidables.

He visto a pacientes que han sufrido un derrame en la mitad del cuerpo y, en el momento en que toco una canción, de pronto mueven un pie siguiendo el ritmo. En 2017 llevé un coro para la serenata navideña. Por casualidad, había una pareja de adultos mayores internada que ese día cumplía 50 años de casados. Llevamos al señor a la zona donde estaba su esposa y les dimos una serenata de boleros. Él le tomó la mano, se miraron fijamente mientras tocábamos las canciones… fue un momentazo. El coro terminó llorando de la emoción al ver que, con el paso de los años, todavía se querían.

Me marcó mucho porque cuesta ver hoy en día parejas que mantengan ese amor tantos años. Verlos mirarse con tanto cariño mientras cantábamos fue increíble.

En otra ocasión, cuando cantábamos villancicos, llegamos a la habitación de una señora que parecía estar en coma. A los cinco minutos de estar allí, abrió los ojos y empezó a aplaudir, después de no haberse movido casi nada.

Un repertorio para todos los gustos

La serenata navideña la bautizó como “Gira intrahospitalaria: un regalo al corazón”. En varias ocasiones lo acompañan otros músicos, y su duración mínima es de tres horas. Lo que más valora Gabriel es la reacción de los pacientes.

La gente se pone muy feliz, bailan y hasta aplauden. Las mujeres cierran los ojos y cantan, mientras que los hombres bailan y hasta chiflan. El ambiente en los cubículos cambia por completo. Al principio están tranquilos porque creen que será otro día más internados, pero luego se convierte en una fiesta. Los familiares se impresionan porque no imaginan que algo así pueda pasar en un hospital.

Como conoce bien los gustos musicales de sus pacientes, tiene un repertorio muy variado. Una de sus reglas es que este puede cambiar en cualquier momento, ya que las personas siempre le piden canciones distintas para complacerlos.

La gente pide muchos boleros, canciones de Juan Gabriel, a veces de Ricardo Arjona. En el Día del Padre no puede faltar “Viejo, mi querido viejo” y en el Día de la Madre siempre piden “Amor eterno”, de Juan Gabriel.

El repertorio va desde Joan Sebastian, Juan Gabriel, Vicente Fernández, hasta Los Panchos. La mayoría de los pacientes tienen más de 45 años, así que les preparo un buen repertorio de boleros, que les encantan.

El único año en que no realizó las serenatas fue en 2020, debido a la pandemia de COVID-19. Luego de eso, cambió un poco el formato, especialmente para los pacientes contagiados. En esos casos les canta desde cierta distancia, para evitar riesgos, y ellos siempre le agradecen el gesto.

En una ocasión, incluso, tuvo que “correr de más” gracias a una supervisora que casi le suspende una serenata, pero que ahora recuerda con mucha risa.

Una vez, una jefa de servicios legales, que ya se pensionó, me estuvo persiguiendo con unos policías mientras daba una serenata, porque no había sacado los permisos. Mientras ella salía por un pasillo, otra supervisora nos metía por otro para que no nos encontrara. Nosotros seguíamos cantando, y ella intentando detenernos.

Las supervisoras y los directores de enfermería siempre han metido mano para que yo no tenga problemas al hacer las serenatas.

Gabriel comentó que a veces otros músicos lo apoyan. Si desea colaborar con él en sus próximas presentaciones, puede contactarlo en sus redes sociales como Gabo Torres Oficial.

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