La Sabana se llena de ilusión y ritmo en la antesala del Festival de la Luz
Calles llenas de ilusión, niños ansiosos y sonrisas en cada rostro es lo que se pudo presenciar la tarde de este sábado en los alrededores del parque Metropolitano La Sabana, donde decenas de agrupaciones costarricenses se presentaron en las principales calles josefinas durante el pasacalles del Festival de la Luz.
Bandas rítmicas, líricas e incluso agrupaciones en formato marching band comenzaron a engalanar las calles con sus impresionantes melodías. Así fue como se empezó a calentar el ambiente de una jornada marcada por la celebración: el desfile más grande del año, que da la bienvenida a una de las épocas más queridas por los ticos.
Las agrupaciones desfilaron con llamativos trajes cargados de escarcha y detalles cuidadosamente pensados. Sus ritmos provocaron que los asistentes bailaran al son de la música navideña y de otras piezas ampliamente reconocidas. También se hicieron presentes instituciones como la Junta de Protección Social y el Museo de los Niños, que llevaron presentaciones llenas de ilusión, con bailarines vestidos de Santa Claus y elfos.
Desde tempranas horas de la tarde, decenas de personas instalaron sus sillas, llevaron alimentos en recipientes y lucieron gorros navideños, creando un ambiente festivo previo al inicio oficial del Festival de la Luz, programado para las 6:00 p.m., con la participación de las mejores agrupaciones marching band del país.
Una de las asistentes fue Susan López, quien llegó acompañada de su esposo y sus tres hijos. Para su familia, asistir al desfile es una tradición anual, por lo que siempre procuran llegar temprano para asegurar un buen espacio, pese a que horas antes se registraron lluvias en La Sabana.
López comentó que, días antes, junto a su familia, planifica la visita para llegar bien preparada, con suficiente comida y todo lo necesario para disfrutar la jornada.
Otra de las personas que no dudó en hacerse presente fue Francis Mora, quien asistió con toda su familia, incluidos sus sobrinos, con el objetivo de que los niños vivieran la ilusión del desfile al máximo. Desde la 1:00 p.m., Mora y sus acompañantes se encontraban a la espera de las agrupaciones que participaron en el pasacalles durante la tarde y, especialmente, de las que se presentarían en la noche.
Cerca de las 4:00 p.m., las calles de La Sabana ya estaban colmadas de niños, expectativas y, sobre todo, de una profunda pasión por ver la cultura costarricense en todo su esplendor.