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Este relato de jueza es clave en juicio contra abogada que quiso sobornarla para favorecer a Pancho Villa

Otro sujeto también habría participado: ambos son acusados del delito de procuración de impunidad

Por José Adelio Murillo | 3 de Nov. 2025 | 12:46 pm

La abogada Gracel María Arguedas González y un hombre de apellidos Paniagua Paniagua afrontan un juicio desde este lunes, acusados del delito de procuración de impunidad, pues son señalados de haber ofrecido un soborno a la jueza Hazel Murillo Beita para favorecer a la agrupación del narcotraficante Darwin González Hernández, alias Pancho Villa.

Según el Ministerio Público, Arguedas intentó corromper a la jueza a cambio de que ella testificara a favor del cabecilla narco y de los 13 sospechosos restantes que conformaban la banda, quienes fueron juzgados por narcotráfico y lavado de dinero el año pasado.

En febrero de 2024, en medio del proceso, al parecer el grupo criminal asentado en el sur del país habría contactado a la jueza a través de Arguedas, aprovechando que ambas fueron compañeras de universidad en 2005.

Se presume que durante ese reencuentro, la imputada intentó realizar gestiones en beneficio de la estructura criminal a cambio de un pago para la juzgadora, tras establecer contactos previos con los sospechosos.

En setiembre del año pasado, cuando Pancho Villa y sus secuaces estaban en el banquillo de los acusados, Murillo Beita acudió como testigo y relató detalladamente al Tribunal Penal Especializado en Delincuencia Organizada (JEDO) el supuesto intento de soborno, ocurrido en el parqueo de un conocido hotel capitalino frente a su hijo.

CR Hoy estuvo presente durante el testimonio rendido el 13 de setiembre de 2024, que puede ver a continuación:

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«En uno de los estacionamientos yo le pregunté que era lo que me tenía que decir. Entonces me dijo que hacía unos días la había buscado la gente del caso del sur, de Darwin, para que ella me buscara a mí y me viniera a hacer una propuesta. 

Yo le dije que no tenía que hacerme ninguna propuesta de nada. Yo por este proceso he estado afrontando una causa penal, una causa disciplinaria, he aparecido en la prensa. ¿Qué más quieren?

Ella me dice: "yo les dije a ellos que conociéndola a usted, yo sabía que no iba a aceptar absolutamente nada. Ellos me dijeron que la contactara y que le dijera a usted que ellos querían que usted fuera a decir algo al juicio donde ellos están. Que vaya a acreditar que este muchacho, el investigador… Yo les dije a ellos que en el tiempo que estuve con usted en la universidad, a la persona que conocí fue a su esposo, que nunca la vi con otra persona, pero ellos me dijeron que le hiciera una propuesta".

En ese momento, mi hijo atrás le dice: "es que a mi mamá no me tienen que hacer propuestas de nada.Mi mamá cumplió su deber como jueza y a ella no le tiene que hacer propuestas de absolutamente nada y menos un grupo criminal narcotraficante. Mi mamá es íntegra, tiene sus principios y valores y no tiene por qué hacerle ofrecimientos de nada".

Entonces, ella aprovecha en ese momento y empieza a decirle a mi hijo que vea alrededor del parqueo. Precisamente en la cafetería, habíamos estado conversando que ella tiene una hija muy similar a la edad de mi hijo y que habían aprendido a manejar carro.

Entonces ella ahí aprovecha y le dice a mi hijo que se fije alrededor del parqueo, que cuál carro le gusta. Entonces ella dice: "imagínese si a su mamá le pagaran, podría comprarle un carro, vea aquel", y le mostró como un tipo de Fortuner. 

Entonces mi hijo volvió a ver el carro y le dijo: "ah sí, ese es como el carro de mi mamá". Ella le dijo: "imagínese si a su mamá le pagan a usted le podrían comprar ese carro". Entonces mi hijo se devuelve y le dice: "mi mamá no tiene que aceptar nada de ninguna banda de narcotraficantes, no va a hacer eso. Ni por $200 millones ni por $1 millón ni por ningún monto de dinero".

Le vuelve a mostrar creo que como una Ranger blanca que ingresa al parqueo y ella le dice nuevamente: "pero vea aquel otro carro, ¿cuánto cuesta uno de esos? Como $150 mil. Imagínese, si a su mamá le pagan le podría comprar uno de esos".

En ese momento se vuelve a mí y me pregunta si yo aceptaría que me pagaran. Yo le dije: "Voy a pensar que lo que usted está haciendo aquí en mi carro es choteando. Usted me conoce perfectamente, sabe bien quién soy yo y cuáles son mis principios. Yo nunca voy a aceptar absolutamente nada de una banda narcotraficante. Y dígale a esas personas que no me busquen porque esto no se queda así si ellos me intentan buscar a mí".

Ella me dijo que si la volvían a contactar, ella les iba a comunicar y se bajó del carro».

¿Para qué el soborno?

Al parecer, la abogada indicó que había sido contactada por el grupo criminal para solicitar esas gestiones a cambio de un pago. En el pasado, la jueza Murillo estuvo a cargo de diligencias del expediente penal.

No obstante, los abogados defensores sostienen que la jueza debió apartarse del caso porque supuestamente mantuvo una relación sentimental con uno de los imputados, un exagente del OIJ investigado por facilitar información y escoltar vehículos con droga de la red criminal.

Por ello, los defensores llevaron a la jueza como testigo para demostrar que actuó con imparcialidad y que no participó en la fase preliminar del juicio. La intención del supuesto soborno en teoría era que ella testificara en favor de una actividad procesal defectuosa para traerse abajo el caso.

Cabe destacar que el 21 de marzo de 2024 detuvieron a Arguedas por el supuesto intento de soborno y allanaron su casa en Laurel de Corredores, donde se decomisó evidencia vinculada a la causa. Permanece en prisión preventiva al menos hasta noviembre.

El 6 de agosto de ese año se detuvo a Paniagua Paniagua, de 38 años, por aparentemente colaborar con la abogada para ofrecer el soborno a la jueza. Fue capturado en una vivienda en Bella Luz de Corredores, Puntarenas.

En los operativos se encontraron seis celulares, al menos cuatro pistolas, una carabina, otra arma, municiones, computadoras portátiles, tarjetas de memoria, un vehículo e indicios relevantes para la investigación.

Asimismo, se decomisaron dos celulares a Pancho Villa en una celda de máxima seguridad en La Reforma, durante un allanamiento en San Rafael de Alajuela. El fiscal general, Carlo Díaz, indicó que el objetivo era recabar pruebas adicionales sobre el caso.

La estructura criminal fue condenada a finales del año anterior por tráfico de droga desde Sudamérica, parte de la cual se exportaba fuera de Costa Rica y el resto se distribuía en el Pacífico Central. Entre los implicados figura el empresario agropecuario Darwin González, su esposa, familiares y dos exagentes del OIJ.

Darwin recibe mensualmente al menos ₡54 millones y continuará recibiendo esa cifra mientras esté encarcelado, tras ser absuelto del delito de legitimación de capitales. Este empresario de la Zona Sur cumple únicamente 12 años de prisión por tráfico, almacenamiento y comercialización de drogas, y pese a su condena reducida, busca su liberación.

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