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Estudio revela que 74% de trabajadoras sexuales son jefas de hogar

Mujeres afirmaron que consumen alcohol o drogas para aminorar síntomas de estrés o ansiedad.

Por Paula Córdoba | 5 de Dic. 2023 | 11:01 am

Un estudio realizado por el Instituto Costarricense sobre Drogas (ICD) y Asociación Casa Mint (Mujer Integral) sobre el involucramiento de trabajadoras sexuales en consumo de sustancias psicoactivas y/o actividades delictivas en el distrito de Jacó, reveló que el 74% de las mujeres que se dedican al trabajo sexual, son jefas de hogar  y por ende, son las responsables de llevar el sustento y de tomar las decisiones en su casa. 

De acuerdo con el documento, divulgado días atrás, las encuestadas manifestaron que se dedican a esta actividad económica porque no les alcanza el dinero y porque tienen al menos a una persona menor de edad o un adulto mayor que depende económicamente de ellas. Además, a las mujeres también se les consultó si cuentan con una red de apoyo familiar y el 50% manifestó no contar con una.

"La mayoría de respuestas por las cuales las mujeres ejercen el trabajo sexual, refiere a aspectos de violencia estructural (falta de oportunidades en educación, acceso a la salud, empleo y falta de apoyo por parte del Estado), entre los principales: no le alcanza el dinero, no tiene trabajo y para mantener a su familia. Por lo tanto, se identifica que este grupo poblacional presenta diversas situaciones de exclusión y vulnerabilidad", menciona.

"Es una población que tiene personas dependientes económicamente, en tanto únicamente un 11,1% refiere que nadie depende económicamente de ellas. Este aspecto debe ser contextualizado en un espacio donde históricamente se le ha asignado a la mujer un rol de cuidadora, no solo de sus hijos e hijas, sino de otras personas", añade.

Sin embargo, esta no fue la única característica que se menciona en el informe, pues también hace referencia a la edad de las 54 mujeres encuestadas, el consumo de drogas y alcohol durante el trabajo sexual, lugar de residencia, nacionalidad, si cuentan con seguro médico y los entornos bajo los que fueron criadas.

Sobre la edad, la mayoría, 27,7%, tienen entre 19 y 25 años, 22,2% tienen entre 26 a 32 años, 20,3% entre 33 a 39 años, 22,2% están entre los 40 a 46 años y 7,4% tienen 47 años o más. Por su parte, el 45% vive en Puntarenas, seguido por Limón y San José. Además, el 40,7% de las personas refirieron como cantón de residencia Garabito y el 100% de quienes refirieron ese cantón, viven en el distrito de Jacó.

El estudio explica que se seleccionó ese distrito por ser considerado por nacionales y extranjeros como un "espacio para el ejercicio del comercio sexual", también llamadas zonas rojas o zonas de tolerancia.

"Se selecciona la zona de Jacó, en tanto esta ha sido conocida como un espacio donde el turismo sexual es una realidad, además deben considerarse situaciones problemáticas que van de la mano con el trabajo sexual, entre las que se pueden mencionar la desigualdad, la violencia y la criminalidad", señala el documento.

En el aspecto educativo, 31% dijo tener secundaria incompleta, 31% secundaria completa, 17% primaria completa, 6% primaria incompleta, 7% universidad completa, 4% universidad incompleta, entre otros.

Uso de drogas

La encuesta también constató el uso de drogas y alcohol, como una "estrategia" que utilizan las mujeres para afrontar los pormenores del trabajo sexual, es decir, consumen sustancias psicoactivas para aminorar los síntomas del estrés, la ansiedad y la depresión. Las bebidas alcohólicas y la cocaína son las sustancias de mayor prevalencia en la población de estudio.

En números, 67% afirmaron consumir alcohol durante el trabajo sexual, mientras que el 69% dijo que ingería drogas en el ejercicio del oficio sexual.

Además, un 11,1% refirió que ha realizado actos sexuales que no hubiera hecho de no estar bajo los efectos del alcohol u otras sustancias psicoactivas, y un 27,7% ha consumido alcohol u otras sustancias psicoactivas con el propósito de soportar ciertos actos sexuales.

"La presencia de sustancias, principalmente alcohol y tabaco, es una realidad en las mujeres entrevistadas, sin embargo, el porcentaje de consumo de drogas en los actores que se refieren también debe ser un llamado de atención. Es importante destacar que la legalidad de la sustancia no implica que esta no sea dañina, pues se ha demostrado que el consumo de alcohol y tabaco, tiene importantes implicaciones en la salud de las personas", señala.

Entorno

El documento también estudió el entorno en que crecieron las encuestadas. Un 53,7% de las mujeres afirmó que había sido abandonada por su padre y/o madre. Asimismo, un 30% dijo que alguna vez no tuvo suficiente para comer, tuvo que usar ropa sucia o no tuvo a nadie que la protegiera, cuidara o la llevara al médico.

"Como se observa, son mujeres que provienen, en muchos casos, de situaciones donde la violencia estuvo presente durante su niñez y/o adolescencia, tanto en el aspecto emocional como físico. Son mujeres que han presenciado violencia en distintas etapas de su vida, aspecto que las coloca en mayores situaciones de exclusión y de vulnerabilidad, en tanto configuran su vida, en ocasiones, validando situaciones de violencia", indica el estudio.

Entre las recomendaciones que emite la investigación están realizar un trabajo en conjunto entre las instituciones del Estado, para que las trabajadoras sexuales tengan acceso a un seguro médico, considerando que 1 de cada 2 no lo tiene. Igualmente, se pide que se realicen acciones preventivas que le permitan a estas mujeres contar con una adecuada salud mental.

"Se debe priorizar el apoyo técnico y financiero para la generación de emprendimientos de las mujeres trabajadoras del sexo, que por su rol de cuidadoras y con escolaridades bajas, se les dificulta incorporarse a un trabajo formal", enfatiza el escrito.

"El INA debe ofrecer opciones de capacitación para personas adultas con escolaridades bajas, con metodologías mixtas y en horarios variados. Tanto el CEN-CINAI como el CECUDI, deben brindar servicios alineados a las necesidades de las personas usuarias, que no se limiten a un horario de oficina. El Inamu debe tener mayor presencia y un rol más activo para el abordaje de la discriminación y desigualdad", agrega.

 

 

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