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Falsos brujos, cobros gota a gota y secuestros virtuales suman hasta 800 casos de extorsión este año

Denuncias por gota a gota, sextorsión y secuestro virtual muestran cómo los delincuentes diversifican métodos de intimidación y cobranza ilegal en Costa Rica.

Por José Adelio Murillo | 10 de Sep. 2025 | 11:23 am

Los timadores han implementado todo tipo de tácticas para extorsionar a personas a cambio de importantes cantidades de dinero, de acuerdo con el Organismo de Investigación Judicial (OIJ).

Desde los cada vez más comunes agresivos cobros por préstamos gota a gota, hasta los secuestros falsos a emprendedores o los falsos brujos que hacen a las víctimas desnudarse para luego coaccionarlos, la policía judicial ha detectado distintos métodos por los que cerca de 800 personas ya fueron afectadas durante el primer semestre.

Las autoridades han identificado al menos tres grandes tipos de extorsiones en los cuales los victimarios hacen caer a las personas para cobrarles algún tipo de dinero.

Extorsión cobratoria: 464 denuncias

Adicionada el año pasado al Código Penal, esta modalidad consiste en el uso de amenazas personales, graves e injustas, ejercidas directamente o por terceros contra el deudor o sus familiares, con el fin de exigir un pago. A julio se reportaban al menos 464 casos de este tipo.

El caso más frecuente ocurre con los préstamos gota a gota: se cobran intereses elevados hasta que se devuelva el monto total en un solo tracto. Además, imponen multas por atrasos y otros cargos que terminan acumulando deudas millonarias.

Ante la presión, las víctimas suelen recurrir a nuevos préstamos informales para cubrir los anteriores. Las amenazas se realizan por redes sociales y mensajería, pero también de forma presencial.

En ocasiones, los cobradores llegan violentamente a la casa del deudor, patean portones, gritan e intimidan acompañados de varias personas. Este delito se castiga con penas de entre cuatro y ocho años de prisión, con agravantes cuando la víctima es un adulto mayor o una persona en condición de vulnerabilidad.

La recomendación de las autoridades es que en caso de padecer una situación de estas se debe mantener la calma, guardar evidencia (mensajes, capturas de pantalla, videos o registros de daños) y denunciar para que el OIJ pueda iniciar diligencias.

El prestar dinero mediante créditos informales no es delito; lo que se sanciona son las formas ilegales y violentas de cobro.

Sextorsión: 257 denuncias

La sextorsión adopta distintas formas. Una de ellas ocurre cuando las víctimas ingresan a páginas que ofrecen servicios sexuales. Tras consultar precios o concretar un encuentro, reciben mensajes de supuestos proxenetas que reclaman dinero por "haber perdido el tiempo".

Para presionar, envían fotos o videos explícitos, incluso de violencia extrema, y amenazan con divulgar información personal a familiares.

Otra práctica común es cuando la víctima comparte contenido sexual propio con un desconocido o conocido, quien luego exige pagos a cambio de no difundir las imágenes. En ocasiones, el estafador se hace pasar por menor de edad, asegura que los padres descubrieron el material y amenaza con denunciar si no recibe dinero.

También circulan anuncios de brujería. Los falsos "brujos" ofrecen amarres o limpias, solicitan pagos y piden a la víctima desnudarse en una videollamada. Posteriormente, usan esas grabaciones para chantajearla.

Igualmente, la recomendación es mantener la calma, informar a un familiar cercano y conservar todas las pruebas digitales.

Secuestro virtual o psicológico: 26 casos

Los extorsionadores seleccionan a víctimas que ofrecen servicios a domicilio —como constructores, decoradores, camarógrafos o jardineros— y los citan en lugares alejados o de difícil acceso.

Desde números extranjeros, realizan una videollamada y les hacen creer que entraron en una zona controlada por un cartel, usualmente mexicano. Les aseguran que hay francotiradores vigilándolos y que morirán si se mueven.

Durante la llamada, les ordenan mostrar las manos mientras toman capturas de pantalla. Luego, contactan a familiares de la víctima, muestran esas imágenes como supuesta prueba de secuestro y exigen transferencias a cuentas nacionales o extranjeras, o vía Sinpe Móvil.

Las personas intimidadas suelen acceder a pagar, perdiendo sumas considerables de dinero. Con frecuencia, los delincuentes reinciden: si una víctima consiguió medio millón de colones en pocas horas, asumen que puede reunir más en menos tiempo.

La recomendación: llamar de inmediato al 9-1-1, denunciar al OIJ y mantener contacto con la policía para frenar la extorsión.

La cifra oculta

Aunque las denuncias oficiales suman cientos de casos, el número real de víctimas es difícil de determinar. Muchas personas no reportan por vergüenza, temor a represalias o por haber sufrido agresiones físicas previas.

En algunos casos, solo denuncian cuando ya no tienen dinero para pagar o sienten amenazada la seguridad de sus familiares, según explicó Marlon Carrillo, investigador de la Sección de Delitos Varios de OIJ.

"Es una situación muy común que incluso interpongan la denuncia y luego digan que no quieren continuar. Sin embargo, se les asesora porque son víctimas de un fenómeno criminal que debe ser investigado. La recomendación siempre es que mantengan la calma y no cedan ante las presiones, porque los responsables continuarán", explicó investigador del OIJ.

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