Familia denuncia que tico que estuvo desaparecido en EE. UU. fue deportado en estado casi vegetal

Familia denuncia que tico desaparecido en EE. UU. fue deportado en estado casi vegetal
La familia de Randall Gamboa Esquivel, un costarricense de Pérez Zeledón que migró a Estados Unidos en busca de mejores oportunidades, exige respuestas a las autoridades estadounidenses tras lo que califican como un "abandono inhumano" durante su detención por encontrarse sin papeles al día.
Gamboa, de 52 años, fue deportado el 2 de septiembre en un vuelo ambulancia, después de 3 meses de desaparición bajo custodia del Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés).
Según relató su hermana, Greidy Graciela Mata Esquivel, Randall viajó a Estados Unidos para trabajar en maquinaria pesada y mejorar su situación económica. Sin embargo, el 27 de diciembre de 2024 fue detenido por el Servicio de Control de Inmigración y Aduanas en el condado de Webb, Texas. Desde entonces, permaneció en un centro de detención migratoria, donde mantenía contacto constante con su familia a través de videollamadas pagadas desde Costa Rica.
"Ahí estábamos tranquilos, pese a que estaba en la cárcel, porque teníamos contacto con él y podíamos verlo por medio de videollamadas, las cuales pagábamos desde acá. Él nos llamaba dos o tres veces al día, y eso nos mantenía tranquilos.", dijo Greidy a CR Hoy.
De acuerdo con su testimonio, Randall solicitó asilo político, pero el proceso se complicó. Según su hermana, tres abogados los estafaron durante el trámite. La última llamada con Randall ocurrió el 12 de junio de 2025. A partir de esa fecha, la familia perdió todo contacto.
"Yo fui al consulado y pedí, por favor, que me ayudaran a encontrar a mi hermano, que estaba desaparecido en una cárcel en Estados Unidos. Sin embargo, no logré pasar de la caseta del guarda. También fui a la Corte Interamericana de Derechos Humanos, pero igualmente no pude pasar del portón; quien me atendió fue el guardia.
Además, mi hermana, la novia de mi hermano y yo enviamos correos al consulado. Logramos que nos contestaran y nos hicieron un enlace, de manera que las tres recibíamos las mismas comunicaciones. El consulado se puso en contacto con la cárcel a través de ese enlace y nos indicaron que Randall no quería ser contactado ni por el consulado ni por la familia".
Para la hermana del afectado, fue justo en ese momento que se encendieron las alarmas.
"Eso nos empezó a parecer muy extraño, porque Randall tiene un vínculo muy cercano con nosotros, es muy apegado y cariñoso. Que no quisiera hablar con nosotros encendió todas las alarmas; era algo imposible de creer."
Hallado en condiciones críticas
Gracias a la intervención de una amiga de la familia en EE. UU., una abogada de inmigración logró localizar a Randall en un estado crítico. Según su reporte, presentaba encefalopatía (daño cerebral) y rabdomiólisis, una grave afección muscular.
"Cuando la abogada lo encuentra, nos dice: 'Lo encontramos vivo, pero apenas, porque Randall no come, no habla, no se mueve ni camina'. Esto se debía a que él tenía encefalopatía y rabdomiólisis; la rabdomiólisis le impedía moverse y la encefalopatía le impedía hablar. Lo único que podía mover eran los ojos, y así continúa hasta la fecha.
A partir de ese momento, la abogada comenzó a exigir explicaciones y respuestas sobre por qué su cliente estaba en ese estado, por qué Randall había llegado a esa condición tan grave en tan poco tiempo, desde el 12 de junio hasta agosto."
La familia afirma que el Servicio de Control de Inmigración y Aduanas firmó su deportación y financió el vuelo ambulancia para trasladarlo a Costa Rica sin brindar explicaciones sobre el deterioro.
"Nos anuncian el 2 de septiembre que viene para Costa Rica deportado y llega en un vuelo programado para llegar a la 1:45, sin embargo, llegó a las 2:30 más o menos al Juan Santamaría. En un vuelo ambulancia financiado por el gobierno de los Estados Unidos. Cruz Roja donó el transporte".
"Era un despojo humano"
Greidy recuerda con dolor el momento de reconocer a su hermano.
"Cuando lo vi, era un despojo humano. Tenía 56 úlceras abiertas, desnutrición extrema y estaba sucio, hediondo, en una condición inhumana. A partir de ahí, una vez que lo reconocí, lo llevamos al Hospital San Juan de Dios, gracias a que la Cruz Roja nos proporcionó un transporte adecuado, ya que el traslado no era sencillo y requería atención avanzada o de primeros auxilios. Cuando lo evaluaron en el hospital, presentaba múltiples úlceras y traumatismos. Nosotros, como familia, creemos que le pudo haber sucedido de todo."

Condiciones actuales de Randall Gamboa Esquivel
Exigen investigación y apoyo
Actualmente, Gamboa está internado en el hospital de Pérez Zeledón, su ciudad natal, donde recibe terapia y atención especializada.
"He recibido llamadas de personas que nos dicen: 'Mi hermano estuvo ahí; a mi hermano me lo devolvieron en una cajita de madera, a mí me lo devolvieron en una urna, hecho cenizas'. Estos testimonios de quienes han pasado exactamente por el mismo lugar donde estuvo mi hermano nos hacen pensar muchas cosas. Por eso, con el corazón en la mano, pedimos respuestas. Sé que para el gobierno de Estados Unidos él puede ser solo un número más, pero para nosotros es nuestro amor, nuestro 'hombrecito de la casa'. Es un hijo muy amado, un hermano muy querido, y necesitamos que nos den respuestas: ¿qué le hicieron? ¿Qué le pasó?".
La familia de la víctima insiste en que él pudo haber sido maltratado o incluso torturado durante su detención en EE. UU.
"¿Qué temo yo? Por su diagnóstico reservado y por la condición en la que lo vi, estoy casi segura —aunque no puedo afirmarlo completamente— de que mi hermano pasó por agresiones. Casi sería como tapar el sol con un dedo si dijera que no. Yo pienso que incluso pudo haber sido torturado. No lo creo solo por su condición física, sino también por los testimonios de personas que han visto noticias alrededor del mundo y me llaman para contarme sus testimonios".
Expediente médico desde Estados Unidos
De acuerdo con el testimonio, Randall llegó a Costa Rica junto con un expediente médico enorme de Estados Unidos, lleno de enfermedades que "aquí ya descartaron".
"Él venía con una epicrisis desde Estados Unidos, donde se indicaba que tenía cirrosis hepática. La cirrosis hepática es una enfermedad irreversible una vez diagnosticada, pero al llegar al hospital aquí le realizaron exámenes y comprobaron que no la tenía. Esa es solo una de las muchas enfermedades que aparecen en su epicrisis, un documento enorme de unas 600 páginas, con múltiples diagnósticos inventados que los médicos ya han descartado. Sin embargo, allá lo trataron intensamente por esas enfermedades.
Sabemos que el consumo de medicamentos en altas dosis, dependiendo de la enfermedad que le estén tratando y si no la tiene, puede dañar otros órganos. ¿Cuál es la intención? O sea, si no tengo cáncer, ¿por qué me administran quimioterapia, por ejemplo?".
Llamado a las autoridades costarricenses
La familia de Randall solicitó apoyo a las autoridades costarricenses. Ellos claman por respuestas.
"Nosotros queremos que las autoridades pertinentes en Costa Rica se toquen el corazón y nos ayuden. No estamos pidiendo dinero, aunque la recuperación de Randall será muy costosa, porque necesitamos terapeutas, terapia de lenguaje, terapia física y otros especialistas que son caros. En este momento, nuestro enfoque está directamente en la recuperación de Randall, pero para lograrlo necesitamos saber si lo que sospechamos realmente ocurrió. ¿Qué medicamentos le administraron? ¿Qué le hicieron a su cuerpo para que los médicos puedan contrarrestar los daños?
Evidentemente, Estados Unidos no va a dar respuestas, pero considero que el gobierno de Costa Rica, por ser un país de paz y democrático, debería apoyarnos. Por eso, a las autoridades pertinentes les pedimos, por favor, que se pongan las pilas y nos ayuden a encontrar las respuestas que necesitamos. Por justicia, porque mi hermano merece justicia y nosotros necesitamos saber la verdad.", finalizó diciendo la hermana de Randall.