Información sensible de pacientes está en riesgo, advierte diputado
Una base de datos con información sobre los padecimientos de salud de los costarricenses estaría siendo vulnerable y no contaría con el resguardo necesario para garantizar la confidencialidad de la información.
El jefe de fracción del Partido Liberal Progresista (PLP), Gilberto Campos Cruz, denunció que el sistema de receta digital que impulsan el Ministerio de Salud y la Radiográfica Costarricense (Racsa) compromete la privacidad de datos sensibles sobre la salud de los ciudadanos.
“Las personas, naturalmente, prefieren que sus padecimientos se mantengan en la intimidad de su familia o en su privacidad. Pero resulta que al sistema tiene acceso una gran cantidad de personas: farmacias, todo el personal de farmacia, importadores, droguerías, distribuidores, Racsa y la empresa Soin, que desarrolló el sistema. El resguardo de las bases de datos está hoy en una nebulosa. No se sabe quién sabe qué tiene usted, si lo están tratando por cáncer o si tiene una enfermedad de transmisión sexual. Eso no está claro”, advirtió el legislador.
Campos señaló que ni el Ministerio de Salud ni Racsa asumen responsabilidad por la situación y que ambas instituciones han hecho caso omiso ante la gravedad del asunto.
“Este tipo de cosas pueden generar usos muy inadecuados. Desde el morbo de un funcionario de farmacia, que sabe lo que usted tiene, qué le recetaron y cuándo, hasta una persona encargada de inventarios, que nunca tuvo contacto con el paciente, pero digita su número de cédula y le aparece toda su información”, agregó.
El congresista aseguró que el Colegio de Médicos ya advirtió sobre el riesgo y recomendó medidas correctivas. Según indicó, la organización sugirió que, al momento de registrar un diagnóstico en el sistema de receta digital, se utilicen descripciones genéricas como:
- Infección bacteriana no especificada
- Infección viral no especificada
- Enfermedad parasitaria no especificada
- Micosis no especificada
“Si el mismo Colegio de Médicos está diciendo que se debe resguardar la privacidad de los pacientes, ¿por qué el Estado insiste en mantener una base de datos a la que cualquiera puede acceder? ¿Para qué quiere un tercero esta información? ¿Con qué fin el sistema necesita conocer los padecimientos de los costarricenses?”, cuestionó Campos.