Informe: País repunta en competitividad, pero no debe confundirse con éxito
La calificación global de Costa Rica en competitividad mostró un repunte moderado en 2025 en comparación con el año pasado.
Sin embargo, ese avance no representa una mejora estructural y sostenida, sino un ajuste coyuntural impulsado por las tecnologías de información y comunicación (TIC).
Así lo concluye la quinta edición del Índice de Competitividad Nacional (ICN), elaborada por el Consejo de Promoción de la Competitividad (CPC).
Este indicador es un instrumento independiente para medir la capacidad de los cantones costarricenses de generar prosperidad, atraer inversión, retener talento y garantizar oportunidades de bienestar.
Su propósito es diagnosticar y visibilizar las brechas territoriales que afectan la productividad y el desarrollo humano, así como ofrecer insumos concretos para la formulación de políticas públicas y estrategias empresariales basadas en evidencia.
El índice, que se elabora desde 2021, permite observar la evolución de seis grandes pilares de la competitividad —instituciones, infraestructura, adopción de tecnologías de información y comunicación, salud, habilidades y competencias, y dinamismo de mercados—, medidos a partir de 29 dimensiones y 125 indicadores a escala cantonal.
Mejora, pero hay retrocesos
Según el estudio, el puntaje nacional en competitividad pasó de 54,5 en 2024 a 56,2 en 2025, un incremento de 1,7 puntos.
Por competitividad se entiende el conjunto de instituciones, políticas y factores que crean las condiciones para que los distintos actores económicos puedan desarrollar su potencial, mediante un ambiente propicio para generar inversiones y emprender proyectos que impulsen la economía de la región, mejoren la calidad de vida de sus habitantes, su productividad y la sostenibilidad.
"Los resultados del ICN 2025 muestran una mejora respecto al año anterior, pero el avance no es estructural ni homogéneo", señala el informe.
La calificación de Costa Rica continúa siendo baja, y debe considerarse que el 73 % de esta mejora proviene exclusivamente del sector de telecomunicaciones, sin avances comparables en educación o infraestructura, y más bien con retrocesos pronunciados en salud y seguridad.
Este resultado revela que el progreso en competitividad es aún frágil y concentrado, y que el país mantiene profundas desigualdades entre territorios, así como señales de deterioro en áreas críticas para el bienestar social.
El pilar de tecnologías de información y comunicación es el que mayor puntuación ha obtenido el país en los últimos años, alcanzando 63,7 puntos en el ICN 2025.
En segundo lugar, destaca el pilar de infraestructura, con un puntaje de 60,1, especialmente por el elevado acceso de la población a servicios básicos como agua potable, electricidad y recolección de residuos, aunque incluso en estos factores existen cantones muy rezagados, particularmente en las costas.
El pilar de habilidades y competencias es el tercero con mayor puntuación (59,5), debido a niveles de cobertura cercanos al 100 % en casi todos los niveles educativos, pero con rezagos importantes en el acceso al currículo completo y en el bajo logro educativo de la población adulta.
Este pilar aún no incorpora indicadores directos de la calidad del sistema educativo, lo que se explica por los constantes cambios en la evaluación de los estudiantes que ha realizado el Ministerio de Educación Pública (MEP) desde 2018 y que continúan sin consolidar un sistema de macroevaluación robusto.
Los pilares de instituciones (51,0), salud (52,2) y dinamismo de mercados (50,5) son los más rezagados.
"La gestión de los gobiernos locales, el alto nivel de inseguridad ciudadana, los deterioros en indicadores de salud, la alta concentración de las actividades productivas en la Gran Área Metropolitana (GAM) y la volátil calidad del servicio eléctrico son parte de los factores que explican estos bajos resultados", detalla el documento.
¿Por qué los cambios?
El pilar de adopción de tecnologías de información y comunicación (TIC) fue el motor casi exclusivo del avance nacional en el ICN 2025, con mejoras en los 82 cantones del país.
El 73 % del incremento total del ICN 2025 respecto a 2024 proviene del crecimiento en el acceso a internet fijo y de la calidad de las redes móviles.
El progreso en este pilar refleja la expansión de la conectividad en los territorios, aunque aún existen limitaciones en su acceso en los hogares y en el sistema educativo: solo el 34 % de las escuelas y colegios disponen de conectividad adecuada según las necesidades de su población estudiantil.
La mejora responde, principalmente, a la consolidación del mercado de telecomunicaciones, abierto desde 2011, que hoy ofrece mayor velocidad, cobertura y competencia, y que superó 1,2 millones de conexiones fijas en 2024 en todo el país.
También aportó de forma positiva al ICN el pilar de habilidades y competencias (36 %), impulsado por la mejora en las capacidades en ciencia y tecnología de la fuerza laboral actual y por la inversión educativa por estudiante, en la cual influye la reducción de la matrícula.
Por el contrario, los pilares de salud y dinamismo de mercados registraron variaciones negativas (-15 % y -19 %, respectivamente), mientras que instituciones e infraestructura permanecieron prácticamente estancados (5 % y 2,1 %, respectivamente).
Los datos muestran que la competitividad del país mejoró en conectividad este año, pero se debilitó en salud y seguridad.
"Las señales de alerta son claras: sin avances en capital humano, seguridad ciudadana e infraestructura, el crecimiento de la competitividad no será sostenible", concluye la investigación.
