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Reportaje Especial

Internet fue su primera “maestra” y gracias a eso hoy es toda una emprendedora

Por Yaslin Cabezas | 25 de Ene. 2020 | 12:01 am

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(CRHoy.com) Karla Valdés tiene más de 2 años de ser pastelera profesional, pero si alguien le hubiera dicho que a eso se iba a dedicar, no lo habría creído.

Todo empezó en mayo del 2014 cuando ella decidió vender repostería desde su casa, donde podía criar a su hija y además, ayudar a su esposo con un ingreso extra.

Poco a poco se fue dando a conocer y los mismos clientes empezaron a pedirle otro tipo de productos como queques, postres y alimentos más elaborados. Sin embargo, ella nunca lo había hecho.

"La misma insistencia de los clientes fue la que me impulsó a probar otro tipo de cosas y a salir de esa zona de confort. Empecé a practicar mucho y soy perfeccionista, entonces todo me gusta que quede bien y viendo tutoriales y videos en Internet aprendí. Recuerdo una vez que un señor me pidió que le hiciera un queque de camarógrafo y yo no sabía ni por dónde empezar, pero lo logré", citó.

Valdés empezó a asistir a ferias de emprendedores y reconoce que de cierta manera le daba vergüenza que los clientes se dieran cuenta que ella había aprendido viendo tutoriales, así que se matriculó en un curso en el Instituto Nacional de Aprendizaje (INA) para obtener su título como profesional.

"En ese momento quedé embarazada de mi segunda hija y quise prepararme, para certificarme. Después de que salí del INA empecé a trabajar en una empresa donde me formé un poco más durante un año, pero me llegaban muchos pedidos a mí, entonces era muy difícil partir el tiempo y me quedé solo con mi negocio desde la casa. Además, con eso yo podía estar más cerca con mi hija", afirmó.

Como todo emprendedor, esta mujer de 32 años reconoce que también hay momentos difíciles, pero afirma que Dios la ha respaldado en su negocio Kari's Bakery.

"Lo más satisfactorio es que, yo veo en mi, cosas que jamás creí que podría lograr. Nunca pensé que yo iba a llegar a ser pastelera porque cuando inicié en mi mente no estaba llegar hasta donde estoy ahora. Es lindo porque es una gran motivación tener clientes que empezaron con uno y lo han apoyado siempre. Lo mejor de todo es que yo puedo ver crecer a mis hijas, pasar tiempo con ellas", dijo.

Trabajo en equipo

Los fines de semana Karla hace alrededor de 8 pasteles elaborados y pasa varias horas ultimando detalles para que todo quede perfecto. Sin embargo, reconoce que no lo lograría sin el apoyo de toda su familia.

"A veces mientras yo estoy haciendo un queque mi esposo se encarga de repartirlos y pongo a mis hijas Arianna y Samantha a cortar o armas cajitas. Mi suegra también me ayuda muchísimo. Es un negocio 100% familiar", expresó.

En noviembre anterior Karla y su esposo vivieron una de las situaciones más difíciles como matrimonio. A él le perforaron el cráneo tras una operación en la nariz y estuvo mucho tiempo internado.

"Era una cirugía ambulatoria pero salió mal. Fueron momentos muy duros porque él no se podía levantar de la cama ni para ir al baño. Yo tenía que ir a darle de comer, estar con él en el hospital y llegar a la casa a hacer los pedidos porque estaba con la agenda llena de trabajo y no podía quedarle mal a los clientes. No podía dejar de trabajar porque era el sustento de la casa", señaló la vecina de Guadalupe.

Además de pasteles y repostería ahora hace las llamadas "mesas dulces" en bodas y fiestas y siempre tiene agenda llena. Si usted desea contactarla puede hacerlo a través del teléfono 8394-0615 o en Facebook haciendo clic aquí. 

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