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Reportaje Especial

Juliantina: “No son solo hechos con las manos, también con el corazón”

Emprendimiento ha sido clave durante 4 años.

Por Ambar Segura | 11 de Feb. 2024 | 1:11 pm

Una madre de un niño y una niña encontró en las ganas de estar en la casa con ellos la motivación que necesitaba para dejar atrás su trabajo y volverse emprendedora. 

Rosa Hernández, de 30 años y quien es vecina de Moravia, es la artista detrás de Juliantina, emprendimiento que lleva por nombre una mezcla de los nombres de sus hijos: Julián, de 9 años, y Valentina, de 4.

A Julián lo cuidaban en una guardería y descubrió por medio de exámenes y revisiones que cada cierto tiempo se enfermaba porque no se sentía a gusto en este lugar. Este hecho se juntó con el nacimiento de Valentina y fue el momento en el que decidió dejar su trabajo en una cafetería.

Junto a su esposo, Engel Zamora, empezaron a pensar que podía hacer Rosa para seguir aportando a las cuentas de la casa. Ella intentó vendiendo productos por catálogo, pijamas y productos para tejer, pero ninguna de estas opciones funcionó.

Rosa siempre tuvo interés en el tejido y recordó que por ahí, en su casa, tenía una aguja y un hilo. A partir de aquí empezó la aventura.

Ella inició tejiendo alfombras, pero siempre que veía tutoriales en YouTube le salía en videos recomendados algo que se llama "Amigurumis", que hoy en día es el centro de su emprendimiento.

"Yo aprendí todo sola en pandemia con tutoriales de YouTube. Mi primer amigurumi fue una jirafa y me encantó, y no he parado", contó Hernández.

Los Amigurumis son muñecos tejidos que se utilizan como apego para los bebés. La idea es que una semana antes de entregárselos, los padres los usen para que se les impregne el olor y así los bebés se sientan seguros al tenerlos al lado.

Estos muñecos son una tradición japonesa y un dato importante es que no tienen boca, ya que la historia dice que guardan secretos.

Rosa los crea 100% a mano con hilo de algodón hipoalergénico, que es el material más seguro para los bebés. De hecho, los pueden utilizar desde que están recién nacidos.

Pero, los Amigurumis no son solo para los niños, sino que también los adultos los disfrutan. Pueden personalizarse y encargarlo inspirado en cualquier personaje. Estos tiernos muñecos van desde los 10.000 hasta los 36.000 colones, cada uno toma hasta 4 horas de trabajo artesanal.

Piedras y luces en el camino

Según relató Rosa y su esposo, el proceso no ha sido sencillo. La principal dificultad que han tenido es el poco valor que le dan las personas al trabajo a mano.

"Apoyen a los pequeños emprendedores y lo hecho a mano. Definitivamente, no solo es hecho a mano, también es con el corazón", dijo Hernández.

En momentos donde las ventas han aflojado y necesita comprar materiales, ella le envía sus productos a influencers que le han ayudado mucho en el proceso como: Carolina Cruz, Andrea Fernández, Sophia Rodríguez y Mimi Ortiz.

Gratitud

Gracias a Juliantina, Rosa ha podido aportar a comprar medicamentos para su hija, quien ha tenido dificultades de salud.

Cuando Valentina comenzó a caminar, sus padres notaron que algo no estaba bien. Ella renqueaba, pero en los centros médicos le decían que todo estaba bien, hasta que un pediatra la vio y la refirió al Hospital Nacional de Niños (HNN).

En este centro médico le diagnosticaron displasia de cadera y tras más de un año de espera lograron que la operaran. Por esta larga espera, la otra cadera de la niña se le vio afectada y requiere ser operada de nuevo.

Para la recuperación, Valentina necesitaba un medicamento específico, pero la calidad del de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) no era suficiente, por lo que tenían que comprarlo aparte. Con cada Amigurumi que vendía, Rosa podía aportar a la compra de estos medicamentos. 

Si usted desea comprar un Amigurumi, puede hacerlo por medio de Instagram en la cuenta @juliantina.cr, también puede comunicarse al telefóno 8614-7629. Un servicio espectacular y un compañero para toda la vida le espera.

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