Este 1° de setiembre se cumplen 61 años del terremoto en Bajos del Toro
Mis parientas dicen que la tierra se movía como un caballo

Sobrevivientes del terremoto de Bajos del Toro. Los hombres cargaron a los niños. Las mujeres se aferraron a la imagen del Corazón de Jesús. (Foto cortesía de Pablo Pochet).
Varios de mis parientes lo recuerdan, pero son de las pocas personas que guardan memoria del episodio. Seguramente muchos prefirieron olvidar aquel terrible 1° de setiembre de 1955…
El terremoto de Bajos del Toro, en la provincia de Alajuela, -hoy hace 61 años- fue terrible, cerca de 6.5 grados Richter y una profundidad de menos de 15 kilómetros, según datos que conserva el OVSICORI, Observatorio Vulcanológico y Sismológico de Costa Rica.
Aunque casi nadie lo recuerda, ni se noten ya sus cicatrices en el idílico paisaje de los cerros y valles que están detrás Palmira -donde funcionan ahora las plantas Toro Uno y Toro Dos del ICE- varias casas de familias campesinas quedaron aterradas por los enormes derrumbes y deslizamientos.
Algunas de las víctimas nunca fueron encontradas. Oficialmente se reportaron diez muertos y 500 damnificados. Varios sobrevivientes posaron para esta foto.
Daisy y Adita Rojas Durán, primas segundas de mi mama, chiquillas cuando eso, dicen que el rancho donde vivían cerca del río Toro Amarillo empezó a tambalearse violentamente. Eran como las cinco y media de la tarde. Ellas corrieron al patio con su hermanito menor, Olivier, y se agarraron de una macolla de zacate, porque la tierra brincaba como un caballo.
El rancho quedó inservible, pero ellas vivieron para contarlo.