Logo

La era del populismo nacionalista

Por Randall Arias | 1 de Dic. 2016 | 9:09 am

No soplan buenos vientos para el mundo libre. Vivimos una preocupante era de fatiga en las democracias liberales, con países estandarte que parecen renunciar a su necesario liderazgo en la promoción de los valores de la Libertad, la igualdad y la solidaridad, como sucede en los Estados Unidos de Trump.

En este contexto, Trump simplemente representa el ascenso del populismo nacionalista con tintes autoriarios a la nación símbolo de La Libertad, amenazando el orden mundial democrático, pacífico y abierto que tanto ha costado construir.

Pero debe recordarse que antes que Trump llegaron Putin a Rusia, Cháves a Venezuela y Duterte a Filipinas, solo por mencionar otros populistas en varios contienentes. Marine Le Pen en Francia y muchos otros simplemente se sienten envalentonados a seguir sus tenobrosos pasos.

En las democracias consolidadas estos tristes personajes representan un serio retroceso no sólo a lo interno de sus países, sino además un pésimo mensaje para las democracias en transición y los regímenes autoritarios. Interpretarán éstos que tienen licencia para hacer al menos lo mismo en sus propios países, convirtiendo en un "problema interno" manipular y limitar las libertades a sus pueblos.

El multilateralismo inspirado en el idealismo liberal liderado por las democracias más emblemáticas de Occidente parece desvanecerse por ahora. Asoma sus narices un nuevo orden mundial que se olvida o reniega de los valores esenciales de las sociedades abiertas y que desprecia la solidaridad y solo se precoupa por sus connacionales, sin importar los demás (otredad negativa).

Por ello, angustia ver que quienes antes se decían demócratas liberales hoy se tornan cínicos ante el populismo nacionalista, ya sea de "derecha" o de "izquierda". Un liberal de verdad no es digno de llamarse tal si considera a Trump como un ejemplo de praxis política – electoral, reivindicando su exitosa estrategia electoral que precisamente se basó en un discurso anti-liberal.

Peor aún si valoran seguir sus tristes pasos de xenofobia convertiendo a las migraciones no en un tema humanitario sino en puro cálculo electoral para ganar votos azuzando los sentimientos chovinistas. Es claramente anti-liberal negarle a las personas el derecho fundamental de buscar su felicidad como inmigrantes.

La Unión Europea (por ahora aún con Gran Bretaña) y Canadá están hoy moralmente obligados a retomar el liderazgo democrático al que hoy Estados Unidos renunció con Trump. Tranquiliza un poco ver el liderazgo de la Canciller Alemana Angela Merkel, pero no pueden dejarla sola en tar difícil tarea.

En estos días se pone a prueba la verdadera fibra liberal del mundo ante la embestida populista, nacionalista y autoritaria, máxime cuando se combina con la obsesión por el poder.

Hoy los valores y principios democráticos valen más que nunca, aunque puedan ser popularmente despreciados.

Comentarios
8 comentarios