La Tricolor debe acabar con los fantasmas del 3-3
(Curazao) El último juego entre las selecciones de Costa Rica y Haití terminó siendo traumático para los dirigidos por Miguel Herrera.
La Sele iba ganando por diferencia de dos goles, pero en un abrir y cerrar de ojos ya perdía, lo que generó un silencio total en la "Joya" de La Sabana.
Al final, con un gol de Juan Pablo Vargas, todo se igualó y Costa Rica rescató al menos un punto en un partido que parecía perdido.
Aquel encuentro generó fantasmas e inestabilidad, al punto de que se puso en duda la continuidad del "Piojo".
Antes de volverse a enfrentar, Miguel Herrera fue claro en que nadie puede subestimar a ningún equipo, y mucho menos verlos por debajo del hombro.
"Subestimar, nada jamás. Los partidos no se ganan hasta que se juegan, como lo dije desde que llegué…", señaló.
Herrera reiteró que un simple parpadeo cambió todo por completo en aquel compromiso.
"Ha sido un equipo que, reitero, jugó bien, pero donde parpadeamos, aprovecharon… Es un buen equipo, pero hay que demostrar que somos superiores".
Hoy los descuidos no están permitidos, ya que un resultado que no sea el triunfo, será decirle adiós al Mundial.
