Logo

La trocha quedó pegada en la pared de don Mario Cambronero

Comunidades lamentan "engaño" con proyecto que nunca terminó

Por Pablo Rojas | 3 de Abr. 2017 | 12:03 am

(Chorreras, Cutris de San Carlos). La única trocha fronteriza que de verdad existe en Costa Rica está pegada en una pared de la humilde casa de madera de Mario Cambronero, en Chorreras de Cutris.

Ese documento oficial, elaborado por el Consejo Nacional de Vialidad (Conavi), le fue entregado hace varios años, cuando llegaron a promocionar la fallida obra como una vía al desarrollo.

Todas las mañanas cuando sale el sol, Cambronero se detiene enfrente de su pared y observa el papel. Luego vuelve la mirada hacia afuera y ve lo que queda de la trocha al frente, metros más allá el río San Juan.

Ambos son signos de tensiones diplomáticas entre Costa Rica y Nicaragua. Para él y sus vecinos no son más que elementos de la vida diaria.

Chorreras es, quizás, una de las comunidades más remotas en Costa Rica. Está en la rivera del San Juan. Para llegar hay que transitar largas horas por un complejo camino de piedras. Está a más de 1 hora del pueblo más cercano.

Aquí, la autoridad que los vecinos observan es al ejército nicaragüense. Por el río fronterizo pasan unas 3 veces cada día, ataviados en uniformes verdes y a gran velocidad. Hacen labores de vigilancia entre la comunidad de San Carlos de Nicaragua y la desembocadura del San Juan.

Mientras observa a los soldados pasar al frente de su casa, Cambronero explica que la trocha significaba algo más que una simple calle. No solo los comunicaría con otras comunidades fronterizas, les permitiría sacar con mayor facilidad los productos que siembran o hasta empezar a vivir del turismo.

"Juegan con nosotros"

La trocha quedó en nada y tampoco lleva a algún lugar.

"En 2012 se pararon los trabajos. Juegan con los sentimientos de los campesinos. Al final de cuentas unas 4 personas se aprovecharon de la nobleza de los campesinos", citó el vecino.

Cambronero recordó, como si fuera ayer, el día que altas autoridades de la administración Chinchilla Miranda (2010-2014) llegaron a la zona para explicar el proyecto y asegurar que sería una oportunidad para explotar actividades comerciales, como el turismo. 

La ruta de 160 kilómetros fue como tentar a un niño con un confite y después arrebatárselo de la boca. Pero, acostumbrados a enfrentar el olvido, los vecinos se las ingeniaron para evitar que lo poco hecho se pierda. Han dado un mantenimiento básico a la trocha, con la esperanza de que algún día la terminen.

"Cuando la trocha se inició, parecía un mercado. La gente llegaba en cantidad. Pero lamentablemente, 5 años después, llega menos de lo que venían antes de la trocha. Es como un camino fantasma en nuestra imaginación. Nada más", apuntó Cambronero, con una evidente desilusión.

Por el despilfarro y el fracaso de la trocha, el Ministerio Público imputó a 26 personas. Se investiga un perjuicio económico que superaría los 1.200 millones de colones.

Olvidados en la frontera, condenados al olvido y con la esperanza hundida en falsas promesas, don Mario, su familia y sus pocos vecinos ya no esperan nada de nadie.

Comentarios
6 comentarios