Logo

Lago del volcán Poás reaparece con temperatura de hasta 60°C

Cuerpo de agua con niveles extremos de acidez y salinidad

Por Pablo Rojas | 26 de Ene. 2018 | 1:23 pm

Así se encontraba el lago el 20 de enero anterior (Ovsicori).

Su formación se consolida y poco a poco los científicos ponen la lupa de nuevo sobre él. Se trata del lago del volcán ácido Poás, el cual reapareció desde inicios de este año.

Un reporte elaborado por el Observatorio Vulcanológico y Sismológico de Costa Rica (Ovsicori), señala que ese cuerpo de agua posee una temperatura de 60 °C y un color gris lechoso que denota niveles extremos de salinidad y acidez.

"Un nuevo lago ácido está emergiendo y aumentando de volumen gradualmente en el fondo del cráter activo del Poás desde mediados de enero de 2018, como resultado de una combinación del cese gradual de la actividad magmática y la reducción en la emisión de gases.

"Así como el del calor del magma a través del cráter y los altos montos de precipitación pluvial entre agosto y diciembre de 2017 y enero de 2018 registrados en el país", citó el Ovsicori.

El lago emana vapores de niebla ácida que escapan hacia la atmósfera, como resultado de la presencia de una actividad fumarólica subacuática moderada ubicada en una de las 2 fumarolas activas.

El 6 de julio de 2017 se confirmó la desaparición del lago cratérico existente previo al incremento del ciclo eruptivo.

Antes de las erupciones registradas a principios del año pasado, la laguna compuesta por aguas ácidas y calientes medía 300 metros de diámetro y 40 de profundidad.

Este tipo de formaciones termo-minerales están allí desde hace por lo menos mil años, sostenidas en gran parte por el agua de lluvia. Su función radica en impedir que los gases se liberen directamente a la atmósfera.

Crisis del lago

Previo a 1986: experimentaba ascensos y descensos de nivel, coincidentes con la estación lluviosa y seca.

1986: descenso no regresivo, hasta secarse en abril de 1989.

1989: actividad en el lago levantaba columnas de vapor y gases sulfurados y clorados que se elevaban sobre el cráter y eran barridas por el viento predominante del este. En consecuencia, se mantuvo la lluvia ácida en los flancos oeste y suroeste del volcán. Hubo afectación agrícola y de salud.

1993: lago se encontraba en un buen nivel de recuperación.

1994: Actividad se retornó vigorosa, el lago casi desapareció y quedaron charcos aislados. Continuó por varios meses y la lluvia ácida dejó pérdidas por $1.5 millones.

2017: desaparece tras actitvidad con puntos altos en abril y mayo. Tras el ciclo eruptivo que inició el 14 de abril, el cuerpo líquido se comenzó a secar hasta alcanzar la desaparición total en julio.

2018: cese gradual de la actividad magmática y la reducción en la emisión de gases, aunado a las fuertes condiciones lluviosas de finales de 2017 y principios de año, provocan reaparición del lago.

Comentarios
1 comentario
OPINIÓNPRO