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Los Orientales: así se formó la primera célula del Tren de Aragua que operó en Costa Rica

Primera célula desarticulada en Costa Rica de la megabanda criminal venezolana, con presencia en al menos nueve países de América Latina

Por José Adelio Murillo | 17 de Jul. 2025 | 5:11 am

La red criminal conformada por una decena de suramericanos que operaba una red de trata de migrantes y explotación sexual en Costa Rica se hacía llamar Los Orientales, debido a la región de Venezuela de donde eran oriundos.

De acuerdo con el Organismo de Investigación Judicial (OIJ), esta banda fue en algún momento un tentáculo del Tren de Aragua, una megabanda de origen venezolano que se convirtió en la más poderosa de ese país y en la única organización delictiva venezolana que ha logrado afianzarse en el extranjero, con operaciones a lo largo de Latinoamérica.

Aunque su presencia es conocida en países como Colombia, Perú, Ecuador, Bolivia y Chile, esta es la primera vez que se detecta un músculo operativo de esta red transnacional en suelo costarricense.

No obstante, según la amplia investigación realizada por el OIJ, Los Orientales ya no tendrían una línea de mando directa con el Tren de Aragua ni respondería jerárquicamente a Héctor Rustherford Guerrero Flores, alias Niño Guerrero, máximo capo de esa pandilla internacional, quien transformó la organización en un grupo criminal estructurado y con rasgos "terroristas".

Randall Zúñiga, director del OIJ, explicó que este grupo operaba por su cuenta, aunque emplean las mismas técnicas que el Tren de Aragua.

"Se trata de una organización que son venezolanos en su mayoría y que se  autodenominan como "Los Orientales". Estas personas, de  acuerdo a lo que tenemos de investigación, en algún momento era un apéndice o una célula del Tren de Aragua.

Tuvieron alguna diferencia con la casa matriz del Tren de Aragua, por así decirlo. Se separaron y ahorita están ubicables aquí en Costa Rica", explicó el jefe policial.

El Tren de Aragua surgió como una organización que tomó el control de la cárcel de Tocorón, en Venezuela. Con el paso de los años, y aprovechando el éxodo masivo provocado por la crisis política, comenzaron a incursionar en el tráfico de migrantes, la trata de personas y la explotación sexual.

Las células que operan para este grupo criminal ampliaron su portafolio delictivo, incursionando también en contrabando, minería ilegal, narcomenudeo, ciberdelincuencia, robo, trasiego de drogas y tráfico de armas.

Por esa razón, para las autoridades costarricenses, la desarticulación de Los Orientales no solo representa el rescate de mujeres sometidas a servicios sexuales forzados y el sometimiento a la justicia de los responsables, sino también un freno para arrancar de raíz los tentáculos del Tren de Aragua antes de que incursionen en otros negocios ilícitos.

El fiscal Asdrúbal Montero explicó que el modus operandi de estas células consiste en incursionar por etapas en diversos delitos, por lo que la prioridad es neutralizarlas antes de que avancen en su esquema criminal.

"Normalmente consta de tres fases: en Costa Rica estamos logrando contenerlo en la primera fase, evitando su expansión en otros delitos como el narcotráfico y el tráfico de armas, a efectos de financiar estos otros proyectos delictivos", explicó el fiscal Asdrúbal Montero.

El eventual asentamiento del Tren de Aragua —o de sus remanentes— en Costa Rica podría generar conflictos por disputas territoriales y enfrentamientos con otros grupos de crimen organizado, lo que a su vez podría desencadenar un aumento de la violencia, incluyendo homicidios. De hecho, una disputa interna ya había causado un doble asesinato meses atrás.

Operación en Costa Rica

El OIJ logró desmantelar esta célula, conformada por nueve hombres de nacionalidad venezolana, un ecuatoriano y una mujer nicaragüense de apellido López Carraza.

Cuatro de los venezolanos —de apellidos Velásquez Mendoza, Granado Rodríguez, Bogado Bank y Uriel Barrios— también figuran como sospechosos de un doble homicidio.

Este último, junto con otro sujeto también de apellidos Velásquez Mendoza, así como Escobar Gómez, Lima Vizcaíno (ecuatoriano), García Grateron, Ferrer Vera y la mujer nicaragüense, son señalados por el delito de trata de personas con fines de explotación sexual.

Durante un operativo ejecutado el martes en San José, Alajuela y Puntarenas, las autoridades también incautaron dos vehículos, una motocicleta, un arma de fuego, dinero en efectivo, computadoras, teléfonos celulares y dispositivos de almacenamiento utilizados por la organización.

El grupo traía mujeres desde Venezuela mediante engaños, prometiéndoles trabajos bien remunerados y una vida mejor. Les ofrecían supuestos empleos como generadoras de contenido, pero una vez en Costa Rica las coaccionaban para mantener relaciones sexuales con hasta 100 hombres, en contra de su voluntad.

Durante los allanamientos se identificaron al menos 20 víctimas, de las cuales tres interpusieron una denuncia formal.

Según la investigación, las víctimas eran incomunicadas, despojadas de su libertad y de sus teléfonos, y extorsionadas con el argumento de que debían saldar una deuda relacionada con el traslado, la alimentación y el hospedaje, mediante encuentros sexuales con "clientes" que contrataban los "servicios" a través de redes sociales o sitios web.

Se presume que las víctimas sostenían relaciones sexuales con más de un centenar de personas, por montos que rondaban los ₡45.000. El dinero, al parecer, se transfería mediante Sinpe Móvil a uno de los imputados.

Estos encuentros tenían como propósito "saldar" una supuesta deuda por el traslado, que oscilaba entre $5.000 y $8.000. Sin embargo, las mujeres eran sometidas a un sistema de multas constantes —por acciones mínimas como llegar tarde— que les impedía salir de la red.

El grupo criminal ofrecía estos servicios sexuales de manera exprés o a domicilio, utilizando plataformas digitales, citas personales o trasladando a las víctimas en vehículos acompañadas por otro miembro de la banda.

Una vez en el lugar donde se solicitaba el "servicio", el sospechoso —miembro de la organización— esperaba fuera de la vivienda hasta que concluyera el acto, para luego llevar nuevamente a la víctima al sitio donde la mantenían cautiva.

Este método es idéntico al utilizado por el Tren de Aragua en países como Chile, Colombia, Perú, Ecuador y Bolivia, lo que refuerza la hipótesis de una operación criminal transnacional.

Se realizaron siete allanamientos en hoteles y centros de operación ubicados en Barrio México y el distrito Merced, en San José; así como en Jacó de Garabito y en el cantón central de Alajuela. La investigación inició en noviembre de 2024, tras una denuncia confidencial.

Las autoridades identificaron un patrón de maltrato físico y psicológico, además de severas restricciones para que las víctimas se comunicaran con sus familias. Varios de los sujetos relacionados con Los Orientales también están vinculados a un doble homicidio.

El crimen ocurrió el 20 de noviembre de 2024, minutos antes de las 10:00 p. m., durante una balacera en un bar cercano al Museo de los Niños, en San José. En el sitio, tres personas resultaron heridas.

Un hombre venezolano de apellido Pérez, de 25 años, murió en la escena; mientras que otro, de apellido Piñate, de 34 años y también venezolano, falleció minutos después en el Hospital San Juan de Dios. Un tercer herido, identificado como Lima, de 24 años y nacionalidad ecuatoriana, sobrevivió.

Según el OIJ, el móvil del crimen habría sido una riña entre sujetos de nacionalidad extranjera, motivada por disputas jerárquicas dentro de la organización y conflictos relacionados con mujeres que pretendían explotar sexualmente.

Los agentes de la Sección de Homicidios lograron identificar a cuatro sospechosos de haber participado en el doble asesinato y en la tentativa de homicidio. Todos forman parte de la misma agrupación criminal.

El caso se investiga bajo el expediente penal 24-000064-1321-PE.

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