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Reportaje Especial

Mamá vende almuerzos con “amor” para sacar adelante a sus hijos

Inició con ventas esporádicas y ahora vende almuerzos diarios

Por Rachell Matamoros | 23 de Dic. 2023 | 1:01 pm

Irene Carranza Hurtado, de 35 años y vecina de Batán de Limón, vende almuerzos con "amor" para sacar adelante a sus hijos, y también a su familia, luego de sufrir acoso laboral en su anterior trabajo.

Según contó Irene, el estrés y las situaciones que vivió en su antiguo trabajo le provocaron una parálisis facial de la cual aún se recupera.

Todo comenzó el año pasado, yo trabajaba en una escuela de conserje y tenía 7 años de estar trabajando ahí, pero comenzaron muchos problemas laborales y se me dio como un acoso laboral, entonces yo me enfermé y pasé mucho tiempo incapacitada.

El 15 de noviembre del año pasado, en familia, mis hijos, mi esposo y yo, decidimos que mejor yo renunciara por todo lo que estaba viviendo, contó la madre.

Tras lo ocurrido, Irene tuvo momentos de ansiedad y depresión al estar encerrada en su casa y por vivir esos momentos difíciles en su anterior trabajo.

No obstante, la fortaleza de esta madre le ayudó a levantarse de donde estaba, y tomó una decisión que le marcó un antes y un después.

"Yo comencé cocinando, vendiéndole a una amiga que trabaja en una asociación y ella les ofrecía a los compañeros, entonces yo hacía una venta pequeñita de vigorón cada 15 días, una vez a la semana", contó.

Luego de empezar a darse a conocer en la comunidad de Batán, las puertas comenzaron a abrirse y muchas personas se enamoraron de esas comidas hechas "con amor" que hacía esporádicamente Irene.

"Empecé a hacer Rice and Beans porque se me abrieron más puertas con clientes y profesores de un colegio donde yo trabajé, ellos me encargaban almuerzos, entonces pasé de cocinar cada 15 días a cocinar 3 o 4 días por semana y ya luego los trabajadores de una constructora me conocieron y ahí también fui dándome a conocer con la venta de comidas", contó Irene.

La cuchara de Chavela

De hacer ventas cada 15 días a cocinar de lunes hasta sábados (en ocasiones) para sus clientes, es el diario vivir de esta valiente madre, quien no se dejó derrotar por esos momentos amargos que vivió.

La pasión por la cocina y el amor que le pone a cada comida que hace, ha sido parte de esa fórmula mágica que tienen a muchos bataneños encantados con los almuerzos de la cuchara de Chavela.

Este emprendimiento, según contó Irene, no es una sodita, ni restaurante, es un espacio en su casa, donde en su fogón hace esos deliciosos almuerzos (por encargo) y así ha ido dándose a conocer poco a poco.

Mis comidas son a fogón, comida hecha totalmente a la leña.En mi emprendimiento ahora hago de todo, desayunos, almuerzos, como lasaña, canelones, costilla, Rice and Beans, chifrijo, pescado con patacones, olla de carne, hago de todo un poco, hasta café y empanadas para acompañar el cafecito de la tarde, detalló la emprendedora.

El comenzar a emprender ha sido un camino de altos y bajos momentos, no obstante, para Irene, el demostrarles a sus hijos que se puede salir adelante de manera honrada es lo que le satisface, ya que ellos la ven como un ejemplo.

"Es de valientes el tomar una decisión tan difícil, porque de tener un trabajo fijo a emprender es difícil. Yo empecé cocinando una vez cada 15 días y vendía tal vez 10 platos. Para mí vender esos 10 platos era la gloria porque a pesar de que mi esposo trabaja y tiene su trabajo fijo, siempre me ha gustado a mí tener mi dinero y comprarme mis cosas, y ayudar a mis hijos.

Emprender fue algo que yo decidí también por dinero, porque como dicen los ticos, la pulseo, pero rescato mucho que uno tiene que ser muy valiente y ponerse ante todo primero uno, segundo uno y luego los demás, porque uno a veces piensa en el qué dirán y al final nadie va a estar ahí para uno, solo la familia", agregó.

De chef a docente de física

Además de ser amante de la cocina, esta emprendedora en abril de 2022 se graduó como profesora de educación física.

Según contó Carranza a este medio, su única habilidad no solo es cocinar esas deliciosas comidas, sino, que también se preparó como docente.

Su interés por esta rama nació por la preocupación en la juventud actual y cómo el deporte puede cambiar sus vidas.

Me hice educadora porque yo quiero ser una profesora de educación física que le inculca a los estudiantes que el deporte, que el hacer ejercicio, el comer saludable no es porque "quiero tener un cuerpo bonito", sino porque tener buenos hábitos le mejora su calidad de vida.

También porque a como está todo, el deporte es una opción para ayudar a muchos jóvenes a salir de las drogas, a que no caigan en malos caminos, que puedan practicar voleibol, natación, otras ramas que les permita crecer como personas, explicó la emprendedora.

Actualmente, Irene anhela en que en algún momento se puedan abrir las puertas correctas para ejercer su profesión.

De momento, continúa repartiendo felicidad a través de sus comidas, un emprendimiento que sigue creciendo.

Las personas que deseen probar de "La cuchara de Chavela" y residen en los alrededores de Batán, pueden contactar a Irene a través de WhatsAapp, al número 7028-2949, medio con el que cuenta actualmente la emprendedora.

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